Edda Armas

Cofradía y otros textos

 

 

MANDALA DEL MANDATO

Veo, vería. Confianza del árbol en el fruto.
Edmond Jabés

 

Extraño aroma
el que sólo ahora, a esta edad,
comienzo a percibir.
No proviene de la flor ni del fruto
sino del querer renacer.
Levanta su apenas ala
en la idea que hace rato
con el pedaleo del andar
nos viene persiguiendo.

Esquivarla, no. Más bien
volverla carne del cuerpo.
[La libertad es ahora lo añorado] susurra.
En su incesante aparecer
con doble ala corteja
en procura de desatar los otros
nudos tramados como epifanías
en el espacio que ahora asfixia,
para que se sujete a sí misma
embalada de algunas verdades.

 

 

NUBE

Amárrate al mástil.
El cuerpo ya se aloja entre las sienes
con forma alargada de sirena.
Ilusión óptica de quien ha perdido todo.
Vaso con fondos de agua.
Llevas contigo el regreso.
Apenas una arista la sujeta al cielo.
Si blanca o gris, apenumbrada,
reposa desnuda contigo,
más turmalina que ónix
sobre navegados océanos.

 

 

PAÑUELO

Dar un paso, intervenir uno.
Dar dos pasos, intervenir dos.
Gertrud Goldschimdt

Se extravía el alma melódica cuando la onda del
instrumento cae cruzando la marea.
Trance que desdobla sin retorno aunque medie
la piedra alzada hecha palabra al buscar su origen.
Punto medio de lo que fuimos, o lo que aún somos.
La boca pequeña muerde. Levanta lo leve, aquello
que nos obsesiona preservar. Lo que da raíces en
días desalmados, en tan incomprensible ahora.
Aislarse no era lo buscado. Fortalecerse, sí. Hincar
vibraciones para apartarse del corrosivo timador.
Mantra de inaudita sonoridad, que rítmicamente
alisa frecuencias, sin distracción de ciertas claves.
Que el acorde libre urda con urgencia otro canto.
Queda lo que sin prisa bordemos para el otro.
Flotante pañuelo blanco vislumbrado en lejanía.

(De Fruta hendida, Kalathos, Madrid, 2019)

 

 

COFRADÍA

El segador gira y gira
el centro de gravedad
deduce y extiende el
temblor desapegado.

Sin trasplantar las huellas
—no pueden recogerse
en la memoria ni en el corazón
ni en las suelas de los zapatos—
el que todo lo ve
las ajusta,
las engarza
en un despliegue de alas y
algún escondite les construye.

Ancla, raíz, polos, ritual de
nubes en rotación. Mordidos
sin alas andamos en el solario
de la rotunda impermanencia.

(Inédito)

 

 

INFINIDAD

a Leonardo Da Vinci

se construye unas alas en tela y madera
ensaya riesgos y precipicios
el músculo ejercita para largas travesías
amarillos del aterrizar
mas el polvo que soñamos
alarga la despiadada noche
cuando se nos pasa sin dormir
y las ideas amenazan
con viajar hasta su origen
malabar del vocablo
caracol al oído.

(Inédito)

 

 

LEVITACIÓN

Levitar entre dos lenguas
al no comprender la palabra
que entre la nada y la resaca
hace abismo cuando escribes.

Piel eterna de lo áspero,
cuando lo no manifiesto
insufla descarnadamente al verbo
para que el alma reconquiste
el acento que le da sentido
y dimensión a nuestra lengua,

posesa del nenúfar mercurial.

(Inédito)

Edda Armas (Caracas, Venezuela, 1955). Psicóloga social especialista en creatividad y gerencia cultural. Poeta con 17 libros publicados, los recientes ... LEER MÁS DEL AUTOR