Dritëro Agolli

Nuestros rostros

 

Versiones al español de Mira Meksi y Francisco J. Uriz.

Selección y presentación de Albert Lázaro-Tinaut.

Los poemas seleccionados pertenecen a la antología Poesía albanesa de hoy,
publicada por la Diputación de Zaragoza en 1992.

 

 

 

 

¿Qué hacer?

Qué hacer cuando dormir no puedes,
Qué hacer cuando estás solo, disputar con quién,
Con quién rivalizar en la reyerta?

Qué hacer cuando dormir no puedes,
Qué hacer cuando estás solo, quisieras fumar,
Pero el mechero no tiene llama?

Qué hacer cuando dormir no puedes,
Qué hacer cuando estás solo, con quién amanecer
Y de la noche guardarte?

 

 

 

Nuestros rostros

Estampados quedaron nuestros rostros
En hojas de cuaderno de los ya lejanos años
En el fondo sumergidas de un baúl vetusto
Que solo a veces vagamente recordamos.

De antaño olvidamos los signos juveniles,
Su rubor ingenuo y claro;
Nuestros rostros acabaron tornándose indecentes
Por la desvergüenza de la vida aviesa hollados.

Únicamente de noche, en el lecho desolado,
Traemos a la memoria su temprana lozanía
Y purgamos con mortificación su desamparo:
Encenegamos su honestidad inmaculada.

 

 

 

La gran obsequiosidad

No hay pena más grande que ver
Al hombre leal en la miseria y en el llanto.
Ver cómo suplica humillado, el corazón destrozado
Pidiéndole ayuda y esperanza a un gilipollas.

 

 

 

El juego de los verbos

No te calles cuando no tengas ganas de callarte,
No insultes cuando no tengas ganas de insultar,
No te rías cuando no tengas ganas de reírte,
No llores cuando no tengas ganas de llorar.

¡Basta de llorar como una monjita
Cuando no tengas que llorar!
¡Basta de insultar como un lobo
Cuando no tengas ganas de insultar!

 

 

 

El profeta maldito

Maldecidme, insultadme hasta rasgaros los hocicos,
Soy el alma de la piedra donde rezan los cirios;

Rumiad proverbios y tejed mentiras,
Se me vuelven iconos los versos y poemas;

Lanzadme blasfemias, causadme sufrimiento,
Me sonrío porque en la montaña me espera otro nacimiento.

Golpead con palabras y herid con hierro,
Yo soy inmortal, ya que no estoy muerto…

 

 

 

Tristeza

Con tristeza me alejo decepcionado de los amigos,
Cerré también la Puerta que mantenía abierta
Para aduladores, falsarios y granujas,
Que pasaban por ser ángeles amantes.

Dónde iré, lo ignoro, mas regresar no quiero
Nuevamente a ese mundo de estafa.
Alcanzaré a cobijarme en algún rincón lejano
El rostro hundido en el cuello gris de la solapa.

 

 

 

El silencio

El cigarrillo acabó de consumirse,
Postrado en la mesa me venció el sueño,
En las ventanas no agita el viento la cortina
Y guarda silencio el corredor.

Dormir con la frente en el tablero,
Presenciar sueños floridos…
¡Qué asco!… ¡Despertar y hallar de nuevo
En el rincón los vómitos dejados por la vida!

 

 

 

Caminando por la playa

Ausente, camino por la playa.
En mis desnudos pies danza la arena;
la bruma engasta su sal en mis cabellos
y el viento pinta en yodo mis agrietados labios.
Súbitamente el mar da un soplo de nobleza a mi ser,
a mi rudo ser, y sobre mi rostro
se vierte una sonrisa de juventud
fundida al susurro de las olas.
Siento que es esta la misma sonrisa
con que los aedos recorrían esta playa
pensativos, silentes, descalzos,
portando alforjas de piel de cabra.
Oh, mar, ennobléceme grácilmente:
amaré al mundo.
Acércame tus alfombras azules,
ofréceme la almohada de tus olas.

Dritëro Agolli (Menkulas, distrito de Devol, 1931 - Tirana, 2017). Es una de las voces más representativas de la literatura albanesa contemporánea. En su ... LEER MÁS DEL AUTOR