

Presentamos tres textos de la imprescindible poeta argentina.
Diana Bellessi
En el umbral
¿Por qué no viene
el lenguaje leve
rompiendo su capullo
y en la música pueda
yo confiar
seguirlo a ciegas
en el tam-tam
del corazón que lo vuelve
ligero hacia el mar del tiempo
como ese polluelo
que a las pavas de monte
sigue detrás
y rehace la gracia
del interior sombrío
con la luz pequeña
para así confiar,
confiar…?
Tan breve y tan eterno
Rápido anochece
y una gallineta
le canta a otra
en la orilla opuesta
del río como
cuidandosé
de la oscuridad
que llega
mientras Talita
como la noche
enfila rápido
hacia la casa
y los últimos
zorzales lanzan
su lamento
en esta hora
suave
donde apenas
cae una hoja
de los robles
y luego otra
con el sonido
misterioso
del instante
antes de la noche
sin luna
Veranito de Santa Rosa
Vamos por el Gambado y de pronto
al alzar los ojos veo
la desnudez preñada de agosto
en las finísimas ramas
de un gris de humo con sus yemas a punto
de reventar, y mansamente lloro
de alegría nomás
mientras el cielo gira
en su celeste claro
como si acaso me sonriera
o yo no sé será mi corazón
saliendo de la jaula
el que se ríe de mis ojitos
bobos mientras aplaude
a todo lo que va a nacer
y es de bellaza nomás que lloro
por volver a casa en la desnudez
preñada de agosto bajo las nubes
blancas de los ciruelos
y primicias del verde en filigrana
que aún cobija las altas
y finas ramas de los árboles
color del humo. Al fin… me dice todo,
vení, despertá, dormí dulcemente
con nosotros…