David Cruz

Oda digital y otros textos

 

 

 

ESPECTRO

 

Mi alma sale a dar una vuelta.

Le sugerí quedarse en casa por la tormenta,

pero desiste.

Sale y deja este cuerpo

como un estuche sin vida.

Los perros ladran y se preguntan:

¿qué tipo de espectro nos merodea?

Sólo sienten mi presencia.

 

Abandonar la trinchera

es la única forma de creer

que la tristeza

es el segundo nombre

de la inmortalidad.

 

 (Inédito)

 

 

 

ODA DIGITAL

 

Para Miguel Hernández,

Roque Dalton y Bertolt Brecht

Un hombre camina sin rostro

entre la multitud.

Sólo deseaba pastorear sus cabras,

hacer el amor con su esposa.

Tiempo después, su mujer recibe

como despedida “Nanas de la Cebolla”.

 

Un hombre cambia de apellido

cada mañana y olvida el verdadero.

La humedad de San Salvador

y el recuerdo a vodka

de la URSS

se le pegan al cuerpo

como si el hambre de vivir

fuese sarna

o una enfermedad incurable.

 

Un hombre sin lengua

escribe teatro,

porque es su única garantía

para no ser olvidado.

Años más tarde

en el diario Tagesspiegel,

un agente cita:

«Quería denunciar

a la Seguridad del Estado…

después murió de un infarto »

 

Soy un hombre carente

de rostro, apellido y lengua.

Estoy frente a una computadora.

Alguien cree que soy sospechoso

de un crimen que no he cometido.

 

(Inédito)

 

 

 

ÁGRAFO ELÉCTRICO

 

El último habitante de la ciudad táctil

sabe que sus manos no son reales.

Entre cables y circuitos

intenta descifrar su árbol genealógico,

pero todo son datos fríos e inconexos.

Por su cabeza deambulan

los transeúntes de muchas vidas.

Recuerda todas las mañanas

cuando abordaba el metro

y miraba un libro de Ángel González.

Se resignaba a que jamás comprendería

la tristeza que puede dejar una guerra.

A veces le dan ganas de tirarse

por la ventana desde el sexto piso.

Entonces recuerda que a los hombres como él

no se les entierra,

que a los hombres con códigos de barras

no se les marchita el rostro,

que a los hombres de hojalata

no se les pudren los recuerdos.

 

(Inédito)

 

 

 

TRACK 19

 

Te esperé toda la noche pero nunca llegaste.

Area City.

Boys Don’t Cry, The Cure.

 

Bailé

con Wislawa Szymborska, con Remedios Varo,

con Olga Orozco, con Elizabeth Barret,

con Anna Ajmátova, con Edith Piaf,

con Marilyn Monroe, con Nina Simone.

 

Violeta Parra se negó rotundamente.

 

Bailé

con Sor Juana Inés de la Cruz, con Ingrid Bergman,

con Khertek Anchimaa-Toka, con Eunice Odio,

con Virginia Woolf, con Katherine Hepburn.

 

Marie Curie me miró sospechoso toda la noche.

 

Bailé

con Gloria Fuertes, con Virginia Grütter,

con mi madre, con Anaïs Nin, con Marina Tsvetáeiva,

con Juana de Arco, con una actriz porno.

 

Algunas veces una espera puede ser el faro

para desenterrar todas las nostalgias.

 

 (De A ella le gusta llorar mientras escucha The Beatles)

 

 

 

TRACK 19, lado b

 

Los lindos saben que son lindos,

y salen con su mirada erguida en autos elegantes.

Tienen trabajos lindos, ropas caras que disimulan

lo poco feo que pueden tener.

Miran a los feos que caminan

por las aceras en busca de otros feos.

 

Los feos saben que son feos y cada mañana

sus miradas cansadas contaminan las oficinas,

las tiendas, los edificios en construcción.

Miran las revistas de moda con desconfianza.

 

Los lindos tienen otros amigos más lindos y eso los deprime.

Viajan a otros países y allí se sienten feos.

Entonces regresan.

 

Los feos cada fin de semana inundan los parques.

Miran a otros feos con más hijos que ellos

y se alegran por comprar un granizado a los suyos.

Llevan comida en tasas plásticas y la recalientan.

 

Los lindos saben que sus parejas los engañan

con los feos que son sus empleados.

Entonces resignados todos creen que son felices.

 

(De A ella le gusta llorar mientras escucha The Beatles)

David Cruz (San José, Costa Rica, 1982). Más de 200 críticos de 100 universidades (Harvard, Oxford, Columbia y Princeton entre ellas) lo eligieron c ... LEER MÁS DEL AUTOR