Oda digital y otros textos
ESPECTRO
Mi alma sale a dar una vuelta.
Le sugerí quedarse en casa por la tormenta,
pero desiste.
Sale y deja este cuerpo
como un estuche sin vida.
Los perros ladran y se preguntan:
¿qué tipo de espectro nos merodea?
Sólo sienten mi presencia.
Abandonar la trinchera
es la única forma de creer
que la tristeza
es el segundo nombre
de la inmortalidad.
(Inédito)
ODA DIGITAL
Para Miguel Hernández,
Roque Dalton y Bertolt Brecht
Un hombre camina sin rostro
entre la multitud.
Sólo deseaba pastorear sus cabras,
hacer el amor con su esposa.
Tiempo después, su mujer recibe
como despedida “Nanas de la Cebolla”.
Un hombre cambia de apellido
cada mañana y olvida el verdadero.
La humedad de San Salvador
y el recuerdo a vodka
de la URSS
se le pegan al cuerpo
como si el hambre de vivir
fuese sarna
o una enfermedad incurable.
Un hombre sin lengua
escribe teatro,
porque es su única garantía
para no ser olvidado.
Años más tarde
en el diario Tagesspiegel,
un agente cita:
«Quería denunciar
a la Seguridad del Estado…
después murió de un infarto »
Soy un hombre carente
de rostro, apellido y lengua.
Estoy frente a una computadora.
Alguien cree que soy sospechoso
de un crimen que no he cometido.
(Inédito)
ÁGRAFO ELÉCTRICO
El último habitante de la ciudad táctil
sabe que sus manos no son reales.
Entre cables y circuitos
intenta descifrar su árbol genealógico,
pero todo son datos fríos e inconexos.
Por su cabeza deambulan
los transeúntes de muchas vidas.
Recuerda todas las mañanas
cuando abordaba el metro
y miraba un libro de Ángel González.
Se resignaba a que jamás comprendería
la tristeza que puede dejar una guerra.
A veces le dan ganas de tirarse
por la ventana desde el sexto piso.
Entonces recuerda que a los hombres como él
no se les entierra,
que a los hombres con códigos de barras
no se les marchita el rostro,
que a los hombres de hojalata
no se les pudren los recuerdos.
(Inédito)
TRACK 19
Te esperé toda la noche pero nunca llegaste.
Area City.
Boys Don’t Cry, The Cure.
Bailé
con Wislawa Szymborska, con Remedios Varo,
con Olga Orozco, con Elizabeth Barret,
con Anna Ajmátova, con Edith Piaf,
con Marilyn Monroe, con Nina Simone.
Violeta Parra se negó rotundamente.
Bailé
con Sor Juana Inés de la Cruz, con Ingrid Bergman,
con Khertek Anchimaa-Toka, con Eunice Odio,
con Virginia Woolf, con Katherine Hepburn.
Marie Curie me miró sospechoso toda la noche.
Bailé
con Gloria Fuertes, con Virginia Grütter,
con mi madre, con Anaïs Nin, con Marina Tsvetáeiva,
con Juana de Arco, con una actriz porno.
Algunas veces una espera puede ser el faro
para desenterrar todas las nostalgias.
(De A ella le gusta llorar mientras escucha The Beatles)
TRACK 19, lado b
Los lindos saben que son lindos,
y salen con su mirada erguida en autos elegantes.
Tienen trabajos lindos, ropas caras que disimulan
lo poco feo que pueden tener.
Miran a los feos que caminan
por las aceras en busca de otros feos.
Los feos saben que son feos y cada mañana
sus miradas cansadas contaminan las oficinas,
las tiendas, los edificios en construcción.
Miran las revistas de moda con desconfianza.
Los lindos tienen otros amigos más lindos y eso los deprime.
Viajan a otros países y allí se sienten feos.
Entonces regresan.
Los feos cada fin de semana inundan los parques.
Miran a otros feos con más hijos que ellos
y se alegran por comprar un granizado a los suyos.
Llevan comida en tasas plásticas y la recalientan.
Los lindos saben que sus parejas los engañan
con los feos que son sus empleados.
Entonces resignados todos creen que son felices.
(De A ella le gusta llorar mientras escucha The Beatles)