El aire oscuro
El aire oscuro (fragmentos)
25.
no hay epitafio en la fosa de mi padre porque
no hay fosa/ sólo lagartijas sobre la corteza
de su cuerpo/ húmedas colinas en la sombra que
arde/ lagartija en mi pulso que sube por la
higuera/
29.
fue mi padre un arcoíris fragmentario/ siete los
colores que escribió en su pensamiento/ cinco los
colores de mi cordón umbilical/ dos días repetidos
excavaba el centro de su espectro solar/
31.
como el agua cambiante los ojos de mi padre/ peces
reblandecidos en un breve mar de asfalto/ peces
hirientes que se arremolinan en la frente/ peces
que miran desde el fondo el borde del estanque/
32.
envainada su mano mi padre creaba espantos/ mano
mojada como adormidera para los niños/ cartílago
para el escepticismo/ fardo ligero en la fornicación
sobre la niebla/
34.
duermo como duerme mi padre el aire oscuro/
inmortal a ese aire duermo mis pensamientos
boca arriba/ duermen los pensamientos en corceles
muertos/ duermo la oscuridad en mi pozo de hierba/
35.
nada pacífico mi padre rojo/ cuerpos de nombres
que surcan su camino/ epitafios desnudos como
collares de manzanas rotas/ semen que del oráculo
permanece con su muerte/
Coserías (de Coso Monumental)
nada podría dar nombre al brillo o a la putrefacción
porque no existirán ni el brillo ni la putrefacción
si arrojamos al fuego nuestra máscara.
Eduardo Chirinos
i
se afirma que el buen circo
está en otra parte, mentira,
está en los sandios que alaban los cuerpos laborantes
los que asisten al lavatorio de manos
con su pastel de tres leches
para la velada cristiana
han de saberlo, este paraíso septentrional
es racional, a ustedes les consta,
aquí no solfean gallos, ni endosamos samaritanas,
se baraja sólo un nudo al corazón
un madero atorado en la clavícula
aquí en esta arena, hay siempre un despeñadero
para cada obispo enmascarado
ii
un gladiador vegeta más que la lumbre
yo sólo soy domador de pencos
poseedor de una joya
rudo en el atajo de las águilas
un gladiador existe hundido en la breña
nosotros decimos plumas y cabellos
con el añejo lenguaje de las manos
iii
luego sobreviene el martinete
malo lo probamos
truena un omóplato a línea de lona
y cruje
la sabana que titulas por su nombre
carne cruda para la felicidad
de este coso
carne cruda en este parador
para la única felicidad
y el buen gozo
que nos redime de la muerte
v
no me exijas la hurracarrana
no solicites
porque en ello hay absoluto amor
la posición no es para dos, tan diferentes
si arrancamos la médula espinal
que sea por amor
en cualquier filo de la casa
adentro
no en trapecio ajeno
viii
no asistas al otro en su lucha,
de veras
déjale en su sangre,
no prolongues su savia, no
apremies al azar la sanación de sus llagas
nunca le asistas
al húmero rudo que tiene ánimo
y un par de albas mañas
para matar dos cucos:
el amor y la ceguera
ix
y al punto la lucha de clases
: los cubiertos de arcilla
: los de sombra oxidada
andar calando bajo
se traduce –el ejército de salvación circense
equilibrando toda caída posible
con su conmutativa propiedad
arriba en las caídas
compromete una zancada como estampa
un rosario que tiembla con el peso
confiar a dios
la heráldica de la geografía natural
y del relámpago
(germanía de Manjarrez)
Manjarrez almuerza frituras y da cuenta de hongos
en las jardineras azules. Merienda
su fausto queso panela. Circunscribe
su espacio tres veces como se ducha al mediodía.
Calza considerables parajes
la longitud cíclica de los horóscopos hebdomadarios
en las notitas musicales. Su verdad mora
en la cicatriz de sus desconciertos y en la prontitud de su lengua.
La jardinera azul se cristianiza en mar
y las provisiones todas balada toda historia son pienso. Narrar
sabe a duraznos todo el plazo. No hay apuro
ojo por ojos. Nada nos suspende si Manjarrez
es una dalia. Un dominio vegetal.
Es Manjarrez fuerte que funda
la premisa del padre Garibay:
“Que se les abran los ojos y el corazón”
[Dentro]
Cangrejo de despeñadero en los fiordos
también.
En horma de tierra albardonada
alineado en barrancas y tiene cámara con branquias.
Con retruécanos y criptógamas Bebra monta
una broma entre arbustos espinosos y
yermas extensiones áridas
hacia la página occisa y capital.
Tan cangrejo por su conjunto horizontal
sus ristras de monte bajo
de puntillas
-Juan Ramón sonriendo ente sus rosas puras –
multiveloz el litoral alto y sin empacho
baten las líneas por lo demás.
¿Y qué, cangrejo? ¿El poema es edificante?
el mayor incienso en do natural
por ejemplo Charpentier o el Chaco.
De lo vulgar en tres Puntas la bizarría
grava.
Obra citada cangrejo Como el umbrío el
rojovivo el hormiguero de Jerez el
de la novia muy pobre cangrejo
en tierra adentro cangrejo de sulfato
el céfiro que cede el madrigal.
Como cierto cangrejo No
los de agua dulce los que se aventuran Valente
cuando ninguna nube se interpone
los ermitaños excepto cuando se aparean
son las palomas sufíes José Ángel?
Se antoja claro:
Cada paloma es libre
de ser el hipopótamo que quiera.
André El Gigante
Parezco un antiguo poblador de la Tierra.
Se necesita voltear la mirada hacia arriba
y recorrer dos metros con treinta y cinco centímetros
desde el suelo
y observarme de frente y de perfil
para percibir mi gramática colosal.
Aquí tienes mi corazón infantil
de doscientos ochenta kilos
más el volumen agregado,
por más de un cuarto de siglo.
Saben ustedes, como Kalimán,
que quien me tiene de compañero
lo domina todo:
es un hándicap a favor.
Un mínimo estrago heredo
a quien se resiste heroicamente a mi humanidad;
sale peor tratado que el mismo cuadrilátero
de seis por seis.
Soy el ogro de las jácaras
y he tenido como aliados de lona
a lo más granado del planeta:
Hulk Hogan, Tatsumi Fujinami
o el troglodita Abdulá The Butcher.
De México recuerdo la reciedumbre
y nervio de un gladiador multifaces,
además de la aporreada humanidad de un tabasqueño
con quien ardió Troya aquella vez que me cargó
y aplicó un martillo sobre la lona del coso cuatrocaminero.
Encontré la gloria y la prosperidad
una tarde en que mi colosal figura
retiró un árbol que imposibilitaba
el paso a un hombre
en una carretera parisina.
Aquel vaticinó que yo sería una torre
y quien más expectación pudo haber causado
entre los gladiadores suicidas del mundo.