Damaris Calderón

Mi corazón es una trampa para osos

 

 

CABALLO DE ATAR

El viento puede enloquecer a una mujer
a un hombre
caballo de atar rompe los cercos
salta la empalizada
doblega el cerebro más fuerte
como un campo de gavillas de trigo.
Ahora soy mi padre recostado junto a la ventana
que me pregunta con sus ojos muertos
“¿Estás aquí o en La Habana?”
Ahora soy mi padre
su navaja de afeitar
la herida que corre
el hilillo de sangre
y el tajo que quisiera más profundo.
¿Estoy aquí o en La  Habana?
Lo que antes fue literatura
es un río que me desborda
una tierra me segrega me expulsa
el dolor recorre mis piernas sus posesiones.
Soy mi padre.
La hija del difunto.
La extranjera.
La otra.
Ninguna.

 

 

PARA CERRAR LOS OJOS

Toda mi vida soñé con los caballos.
Ser un caballo.
Astas de viento.
Ancas de viento.
El vigor de los jóvenes potros.

Ahora que voy a morir
déjame ver los caballos otra vez.

Cuando la lengua se deshace
sin palabras ni tierra que pronunciar.
Cuando la espuma deja a mis pies
un cerco efímero
Y todo es borrado por las aguas
barrido por la niebla
déjame ver los caballos otra vez.

Una carrera.
Otra carrera.
Ninguna carrera.
Cuando el manzano es la memoria del manzano
su cáscara.
Déjame ver los caballos otra vez.
Puro vigor.
Puro deseo animal.
El macho monta a la hembra.
Muerde el pelaje.
Dobla las patas.
La penetra.
Escucho el relincho.
Tiemblo más que la hierba húmeda.
Vencida.
Despojada del hábito de ser humanos
déjame ver los caballos otra vez.

 

 

POR LA BORDA

Sol frontal
occipital
salteador de caminos
hablando el viento sur
y el ciclón tropical
(la voz de mi madre).
El pájaro que picotea el vidrio
y se refleja en la ventana
itad sinsonte mitad tordo soy yo.
La mujer que avanza de espaldas.
He aprendido con las raíces
el lenguaje de lo que se hunde
y la muerte llega a mi casa
con la vivacidad del verano.

 

 

FIN DE AÑO

Las mujeres no tienen nada que darme.
Los hombres no tienen nada que darme.
Los niños no tienen nada que darme.
Mi madre no tiene nada que darme.
El sol la tierra el viento el agua
el desierto el mar el océano
no tienen nada que darme.
El verde no tiene nada que darme.
Los pájaros
( su canto)
no tiene nada que darme.
La vida no tiene qué darme.
La muerte no tiene qué darme.
Yo
no tengo nada que darme.
¿Para qué brindar entonces
deseándonos nuevos destinos?

 

 

OSCURO

Todo debe ser demasiado.
El dolor de la palabra dolor
arrastrando el peso de sus coyunturas
el dolor  inarticulado
el dolor de las articulaciones  las vejaciones
de las prisiones las cárceles de aire
el dolor que embota  amputa  anestesia
el dolor que debe doler
las luces crueles de las linternas crueles
como guiños de ojos
crueles que no veremos más
la aguja entrando en la carne
el manotazo de la noche
el zarpazo   el lanzazo de la noche
los lanzas
el alcohol de la noche
el océano de la noche
el destilado del sol los borrachitos
el hueso el osobuco el costillar la costilla humana
la borrachera la tarantela la vida sin herrar.

 

 

MI CORAZÓN ES UNA TRAMPA PARA OSOS

Mi corazón es sordomudo
Mi corazón es una trampa para osos
De mi corazón la gente entra y sale
Como la sangre por una arteria
Mi corazón es borracho
( bebe el día y lo transforma en alcohol)
( bebe la noche y la transforma en destilado)
Mi corazón es un incendio
Es el viento
Mi corazón es una ola
(se repliega y arrasa).
Es un pirómano
Es una  flecha
(se atraviesa a sí mismo).
Es un minutero
Una bomba
Un cuentamillas.
Es hereje
Es zurdo
Es una víscera
Amorosa.
Mi corazón es un niño
Al que le falta la respiración.

 

 

CASA DE DEMOLICIONES

Esta ventana estas macetas
Cierran la calle
Estas flores se pudrieron
Se quedaron flotando ahogadas
Esta hierba
Se convirtió en maleza
Esta silla se hizo leña
Esta cama dejó de respirar
Este cuchillo se oxidó
En esta mesa se juegan solitarios
Estos ceniceros
Se estrellaron contra la pared
Estos libros se usaron
Para encender la estufa
Este diario
Para envolver la comida del perro
Aquí la luz entra
Cabizbaja
Pidiendo perdón.

 

Serie: Temblor de cielo
Poesía latinoamericana reciente
Selección: Mario Meléndez

 

Damaris Calderón Campos (La Habana, Cuba, 1967). Poeta, narradora, pintora, docente y ensayista. Ha publicado más de dieciséis libros en varios países entre los ... LEER MÁS DEL AUTOR