Damaris Calderón

La flama que tus dedos hicieron

 

 

 

-DEL LIBRO EL TIEMPO DEL MANZANO,
EDITORIAL VERBODESNUDO.

 

 

 

 

UNA VENA ASCENDIENDO

 

Una mujer

que ama a otra mujer

permanece joven para siempre.

Aunque envejezca

puedo hacerte el amor con los ojos

entrando y saliendo de tu cuerpo

como los gusanos de la tierra ávida.

Una mujer

que ama a otra mujer

se hace un estanque

un río

una vena ascendiendo

la yugular de un cuello.

(Dame tu cuello.

Vívete conmigo).

Una mujer

que ama a otra mujer

es su propio fuego.

No tendrá nunca consuelo.

No tendrá nunca desolación.

No tendré nunca las rodillas vencidas.

 

 

 

 

HACIA EL DURO CORAZÓN DEL BOSQUE

 

En la mañana toc toc toc

escucho al pájaro carpintero.

Si mi casa fuera un gran árbol.

Si la viga no estuviera muerta

y alentara en ella la rama.

Si no importase la larva.

El pájaro

del que el hombre aprendió un oficio,

taladra.

Y el sonido

(su hambre)

avanza implacable, obstinado,

hacia el duro corazón del bosque.

El amor, me digo, debe sonar así.

 

 

 

 

LA FLAMA QUE TUS DEDOS HICIERON

 

Mis pezones arden se encienden.

Soy tu lámpara de Januca

el aceite que corre por tus piernas.

La luz que golpea a la luz.

La luz que anuncia la otra.

La luz en forma de aureola de pezón.

La Fiesta de las luciérnagas

de los grillos

de las luminarias

a oscuras.

La luz que sale del abismo.

El fuego que no derribó la mano del bárbaro.

La flama que tus dedos hicieron toda la noche

hasta hacer el sol.

 

 

 

 

DONDE LAS BOCAS ALCANZAN SU COCCIÓN

 

Miel hojaldre pastel de hojaldre.

El ombligo glicina

(Ónfalos).

La lengua pincel dibujando el borde.

La aureola.

El viaje del remoto Nilo

el viaje del pequeño Amazonas.

La ruta de la seda en la carne.

El secreto guardado al centro

húmedo para ti.

Ábreme al agua regia al agua sin márgenes.

Pétalos rosados amarillos

purpura rojos

donde las bocas alcanzan su cocción.

 

 

 

 

EL TIEMPO DEL MANZANO

 

Cuando el espíritu se va de la tierra

se esconde en tus ojos.

Tus ojos avellanas almendras

para mis dientes de ardilla.

Cuando el espíritu se va de la tierra

hay que guardar la flor hacia dentro.

Los nocturnos pliegues

hasta que vuelva la Kore danzante.

Cuando el espíritu se va de la tierra

las hojas caen

los cuerpos se abrazan

se hacen enredaderas.

Mi perro cava un hoyo para guardar la luz.

Cuando el espíritu se va de la tierra

hay que poner las castañas al fuego.

Y guardar la palabra castaña

hasta que vuelva la niña encendida

tamborileando con sus rojos pies.

 

 

 

 

LA CARNE QUIERE SANGRE

 

La carne quiere sangre

la mirada sin párpados.

El deseo a galope a caballo.

El deseo hunde las botas.

Hunde al hombre en la hembra.

Hunde el duro miembro.

Marca con hierro la piedra roseta.

Los ojos buscan la primera mirada y no hay

ni mirada ni ojos.

Solo el deseo mirándose a sí mismo.

Abrasa y es abrazado.

 

Damaris Calderón Campos (La Habana, Cuba, 1967). Poeta, narradora, pintora, docente y ensayista. Ha publicado más de dieciséis libros en varios países entre los ... LEER MÁS DEL AUTOR