Nació en 1863 y murió 70 años después, en 1933, exactamente en la misma fecha: un 29 de abril, y en el mismo lugar: Alejandría. De los nueve a los 16 años vivió en Inglaterra, tal vez por esta razón Cavafis defendió su identidad griega en cuerpo y alma.
A pesar de haber ocupado un puesto burocrático de rango menor durante 30 años en el Ministerio de Obras Públicas de Egipto y haber publicado muy poco en vida, su poesía tiene cada vez mayor difusión y un lugar entre los clásicos. Su obra, de alrededor de 230 poemas, es proverbial.
Fue un apasionado de la historia; su amplio conocimiento del pasado helénico y bizantino le permitió plasmar frescos de vigorosa actualidad. En sus poemas, personajes y momentos históricos o individuos comunes son vistos en los instantes señeros del placer y su inminente pérdida o del poder y su consecuente caída, presentando así la fugacidad y vulnerabilidad del hombre y evidenciando magistralmente los rasgos más intemporales de la humanidad.
Los poemas que integran Una noche son un hallazgo en la medida en que José Emilio Pacheco se aproxima a tal grado a la voz de Cavafis, que la hace propia.