Constantino Cavafis

En un viejo libro de hace casi cien años…

 

 

(Versión al español de José Ángel Valente)

 

 

 

Cuanto puedas…

Cuanto puedas
Si imposible es hacer tu vida como quieres,
por lo menos esfuérzate
cuanto puedas en esto: no la envilezcas nunca
por contacto excesivo
con el mundo que agita movedizas palabras.

No la envilezcas nunca
en el tráfago inútil
o en el necio vacío
de los rostros diarios
y al cabo te resulte un huésped importuno.

 

 

Desde las nueve

Doce y media. Rápidamente el tiempo
pasó desde las nueve, cuando encendí mi lámpara
y me senté aquí. Estoy sentado
sin hablar o leer. ¿A quién podría hablar
en la casa desierta?

La imagen de mi cuerpo joven,
cuando encendí mi lámpara a las nueve,
vino a mi encuentro despertando
un perfume de cámaras cerradas
y pasado placer. ¡Qué audaz placer!
También trajo a mis ojos
calles ahora no reconocibles,
lugares de otro tiempo donde la vida ardió,
viejos teatros o cafés difuntos.

La imagen de mi cuerpo joven vino
y me trajo también memorias tristes:
las penas familiares, los adioses,
los sentimientos de los míos,
los sentimientos de los muertos
apenas atendidos.

Doce y media. Cómo pasan las horas.
Doce y media. Cómo pasan los años.

 

 

Días de 1901

Esto era lo que había de excepcional en él:
a pesar de su vida disoluta,
de su larga experiencia del deseo
y de la habitual correspondencia
con que en él se mostraban la actitud y la edad,
había insólitos momentos,
ciertamente muy raros, en que daba
la impresión de una carne casi intacta.

La belleza de sus veintinueve años,
que tanto en el placer fuera probada,
recordaba de pronto paradójica
la de un adolescente que con cierta torpeza
por vez primera su intocado cuerpo abandona al amor.

 

 

El dios abandona a Antonio

Cuando, de pronto, a media noche oigas
pasar una invisible compañía
con exquisitas músicas y voces,
no lamentes en vano tu fortuna
que cede al fin, tus obras fracasadas,
los ilusorios planes de tu vida.
Como dispuesto de hace tiempo, como valiente, dile
adiós a Alejandría que se aleja.
Y sobre todo no te engañes: en ningún caso pienses
que es un sueño tal vez o que miente tu oído.
A tan vana esperanza no desciendas.
Como dispuesto de hace tiempo, como valiente, como
quien digno ha sido de tal ciudad, acércate
a la ventana. Y ten firmeza. Oye
con emoción, mas nunca
con el lamento y quejas del cobarde,
goza por vez final los sones,
la música exquisita de la tropa divina,
despide a Alejandría que así pierdes.

 

 

En un viejo libro de hace casi cien años…

En un viejo libro de hace casi cien años,
entre las hojas olvidada,
encontré una acuarela sin firma.
Ha de haber sido obra de un poderoso artista
Llevaba como título: «Imagen del amor».
En un viejo libro

-Del amor extremadamente sensual, sería más preciso.

Porque era manifiesto al contemplarla
(en nada se ocultaba la intención del artista)
que al amor ejercido sanamente, dijéramos,
al amor más o menos permitido,
el joven del dibujo
no fuera destinado: con sus profundos ojos pardos
y la sutil belleza de su rostro,
la absorbente belleza de lo anómalo,
sus labios ideales
que entregan el placer a un cuerpo amado,
sus ideales miembros hechos para camas
que infames considera la ordinaria moral.

 

Constantino Cavafis Nació en 1863 y murió 70 años después, en 1933, exactamente en la misma fecha: un 29 de abril, y en el mismo lugar: Alejandría. De los ... LEER MÁS DEL AUTOR