El poeta del condado
NUEVAS VOCES DE LA ARGENTINA
Por Luis Benítez
La poética de Claudio Rosales traza con fuertes pinceladas el paisaje urbano y suburbano de Las Heras, el departamento de la provincia de Mendoza donde reside, conocido popularmente como “el condado”. Pero el poeta no se queda en el trazo localista ni reduce los alcances de sus versos al costumbrismo, sino que universaliza los sentidos y los hace fácilmente accesibles a la sensibilidad del lector proveniente de cualquier otra región, al tiempo que conceptualmente extiende su polisemia para abarcar un universo que, siéndole propio, produce potentes resonancias y rizomas por medio de imágenes donde tienen cabida tanto los usos de la lengua coloquial como la iconografía cultural, hábilmente combinadas ambas referencias. Las siguientes piezas pertenecen a su poemario Las Heras y otros poemas (2020).
Poemas de Claudio Rosales
*-***lasmusas
son muñecas
están calcadas
son postizas están armadas
son mellizas
no recuerdan.
evacuadas como van,
tan mansitas
con calor,
hasta los quedados,
y en ninguna,
poetas fritos
mirando cuentos de la tv.
Arturo les trajo flores,
César les pintó un tigre,
después todos prendimos fuego
al cañaveral. y desde ahí
encabritadas relamen
el mohín
del zarpazo.
*
reclinado hacia atrás;
sostuve la distancia
que más te gustó.
que mientras
te despegabas,
un perro te olía,
los autos
quedaban atrás;
inquietos
ante lo último
de la luna
en los pasillos.
smog
cuando el humo negro se condensa,
cubriendo el cielo del barrio, es como
esas chimeneas calentando el ambiente,
donde el aire derrite las plantas y salimos
a cortar una ruta con el calor que hace.
donde el humo se disipa y respiramos
es en la temporada templada, entonces
barremos y limpiamos el hollín de árboles
y techos, de ventanas y coches los niños
disfrutan esos días, y logramos olvidar el entorno
de ciencia & progreso en el que vivimos.
traducción fallida de un poema de John Ashbery
aquel es maravilloso; y escucha enlazado a los otros,
el decir inmóvil, quietos en las cuadras del barrio,
traman el encuentro casual
y ordinario, cada mañana
del mundo donde tratan de decirte a vos y a mí que son
algo que tocar, amar, y explicar esto es admirable
con su
silencio fantástico, aureolado de luz, donde ellos, parecen
enlazar con sus ramas, y entre ellas, los sueños de todas y
todos, como una larga cola de gato
abrazando tus piernas y
las mías, ciertos árboles dan a este mundo un silencio, …
a lo largo de este lado de la calle.
precog
extinta la jirafa y el rinoceronte,
y hace tiempo desaparecidos los elefantes,
en un domingo de invierno: plácido gato
sobre el sillón lame
su larga cola.
biblioteca pública
viajo sentado en el colectivo de la mañana,
por la tarde miro los estantes de libros y libros.
casi que dejé de oír las conversaciones de los usuarios
lectores de Cicerón,
admiradores de Domingo Sarmiento.
viajo parado en el colectivo de la tarde, tengo cuarenta años
y mi cuerpo se mueve entre otros en esta frontera
donde las estaciones son impuntuales,
y la condena es desigual y colonial.