Dioses al pie de la cama
Generaciones
Melancolía demasiado íntima-pesadez de los muebles
las mujeres de mi niñez acompañan mis emociones
allá quedaron los rostros en antiguas fotografías
mi perro enciende los astros con sus ladridos
no sabemos si estamos acá o si acaso nos escuchan
los latidos del muro, sus construcciones secretas
dicen algo.
Dioses al pie de la cama
Mido los pasos bajo los cuales
alguna vez nos soñé juntos
el agua llega hacia mis pies
y tú murmuras lenguas extrañas
el agua hoy te llevará hacia otro lugar
dioses del recuerdo dejarán sus escrituras en tu lecho
te soñaré despacio en la tormenta
un árbol, regará tus pesadillas alejadas de matices
serás casi un niño dentro de la piel de su padre
y a veces, cuando el olor de la tierra mojada
se termine
desencadenarás diferentes esbozos
a la vera del camino te veré recorriendo esos espacios
y tus manos espiarán mis noches
miraré tu rostro agudizado por rasgos ausentes
y esperaremos la llegada de los amigos
¿En qué lugar estaremos ubicados?
¿En qué parte de este gran manto de estalactitas oscuras?
Intermitente
Si lloviera iría a buscarte
y pondría niebla sobre tus ojos
para salvarte de tu propia imaginación
pero no llueve ni hace frío
sólo cae un rayo
desde el lugar en que tú estás
y se vierte sobre los refugiados.
Lámparas del pasado
Llega la bruma disfrazada de diluvio
y se vierte en los recodos del camino
en esos lugares fuimos polvo
simiente de alboradas
y se hizo de noche
pero no quisimos volver
remábamos hacia las orillas
de los pueblos abandonados
la luna caía irremediablemente
sobre nosotros
y nos cobijábamos dentro de las penumbras
a escuchar los ruegos de la oscuridad
que se vuelven insoportables
porque no reconocen aquellas reliquias.
Primavera
Una mariposa sale a contar espacios
disuelve el caos que emite la noche
y es urgente revivir los ritos
y ponerse de cuclillas a esperar el orgasmo
que aligera este desencuentro
La luz es parte de la primavera
el ojo voltea la imagen
que se cruza con la primera estación
y los trenes me atraviesan de par en par
cuando agito las aguas.
Astrales
Esta noche pienso en constelaciones
y en espíritus instalados en esta pieza solitaria
nada soy más que una peregrina mirando los refugios
pienso en la infinitud de las azoteas
pienso en astros, en satélites, en Andrómeda
en la fugacidad de este tránsito que inventa astros
horizontes y horóscopos.
Infiltraciones
Ángeles intentan despegar
son llevados por la fuerza
hacia esa parte de la casa y se orinan
en las ropas, ellos no tienen más zapatos
para circular por las húmedas habitaciones
les dirán que la mesa es el centro de algo
dentro de un todo que ya no existe.
Incógnitas
Cuando no sé ¿qué decir?
la noche ignora mis sueños
en la letanía solo él
exhala oscuras predilecciones
me distancio de las cosas
mares traen historias
en la totalidad del eclipse
nos llaman perros perdidos
olores de su cuerpo
matices despejan mi faz.
Otoñales reflexiones
El hombre espera sentado en su sillón de hojas
vientos traen vigilias a través del aire
y se mueven las persianas cuando conversamos
no hay nadie, los niños juntan tréboles
yo me deshago de a poco, solo quiero mirar
a un hombre sentado en la plaza
las gotas diluyen mis escrituras reunidas en la tierra
observo su rostro
esa voz me dice desde lejos
late su pulso enclaustrado pausadamente en la cerradura
y vuelvo a reconocer sus pupilas
observan la tentación de signos que nos destruyen
nunca llegaremos a contemplarnos, paños oscuros
sellan los astros de su frente
y a la distancia solo llora nuestro vendaval
y la penumbra es quejido de vendajes por la noche.
Aguas y hojas
Allá abajo esperé mi reflejo
desde afuera se distingue un núcleo
pequeño dios agusanado rodea el agua
como en las tardes él sube hacia lunas llenas
y alcanza partes de un cuerpo resignado al martirio
solo un farol alumbra las cornisas de la tierra y se distancia
abarcando miradas omniscientes, barcas recorren el pez
ambulatorias caen dentro, hojas apolilladas rodeadas de voces
hundimos los ojos hacia la sombra de los perfiles
eso se esparcirá en las ondas, papeles blancos, hojas podridas
y un millar de explosiones que carcomen la calle.