Me diste tu amor en un plato
ME DISTE TU AMOR EN UN PLATO
me serviste a Sicilia en un cuarto de luna
exprimiste limones en la añoranza
y te rocé de cerca para quitarme el hambre.
Te comí con los ojos de conchitas, almejas y especias,
todo se mezcló con pasta de trigo mediterráneo
y tú eras un fenicio de tez torrada
con rostro de joven díscolo de cabellos largos,
ese mismo rostro oculto que habría amado
en cualquiera de mis vidas.
Sicilia era una mujer de tres piernas,
ínsula robada y saqueada a cada instante,
pedazos de muros, arena y sangre,
y tú eras de Palermo y yo una flor sin pétalos.
Rosa y negra
deambulé siguiendo tu olor a espuma,
rasgué el cielo gris para usurpar la nitidez de las sombras,
bebí la demencia y me ahogué de torpeza
para que me entregaras tu isla.
Intuyendo el salto de las olas en las rocas sedientas
detenidas iban y venían fotos de viajes;
de mesas servidas
de alcohol y de nuestro dolor.
Eras tú, la melodía,
la luz ligera y la guarida.
Cuán villana y cruel fue la parca
que encontró sin buscar
el alimento excelso en la esquina
de tus divinos párpados.
UN HOMBRE, UNA ISLA
Intuye el viento siendo sabio
que un día faltará aliento y
las manos que guardan el mundo serán tan pequeñas
que no disiparán las fauces
del dolor al olvido.
Un hombre
Una isla
Tierra insular partida en trozos de roca sobresaliente
de inmensa belleza.
Hazme saber si la historia vierte
una pizca de cordura en la nuestra;
hazme saber si sus pasos fundidos en la arena mirando al mar
coinciden con los míos.
Arrastra la vaga hondonada profunda del vértigo
ese del fondo sugerido
por el pensamiento obsoleto
de rastros perdidos.
Tiempo de ofrendas de sueños
con ojos abiertos
donde tus brazos al viento sabio
se desnudaban,
se desnudaban y lloraban.
ÉL QUE SE CREÍA SER BUENO
se sentaba inhalando el mar
esperando llenarse de algo:
un soplo, salinidad, suspiros.
Poesía
de
Ella
siendo lo mismo.
Él que se creía ser bueno
se sentaba observando al Etna,
esperando que el grito del magma
le trajera su nombre.
Siendo lo mismo
era de Ella
poesía.
LA FAVORITE
Bajo mi mirada veo dos pezones morenos arqueados de punta
cubiertos por una espesa maglia rosa.
Me miras, te provoco,
te tengo y pongo en mi boca,
la saliva te devorará entero,
me aniquilas despacio.
El lavabo de la izquierda
no nos conoce.
Sacudes mi espesa timidez
para que se entregue sin pudor
y me abras las piernas.
Et tu me baise bien et tu me baise bien.
Soy La favorite,
una putita rica que da sus nalgas
hundiendo su nariz en las baldosas de un baño inmaculado,
un día frío y lluvioso en el centro de París.
Un día
frío
y
lluvioso
en el
centro
de
París.
DE CARTOGRAFÍAS INSULARES
VENDRÁS cigarra
con tu canto constante
a disipar la noche.
-DE ESTACIÓN TROPICAL Y OTROS POEMAS SINUOSOS