Brigidina Gentile

Efectos secundarios

 

 

 

 

Noviembre

Cada vez que ya no puedo sacarme el puchero de la boca
y la niebla de los ojos;
cada vez que un noviembre húmedo cae en mi alma,
aquí llega el momento de tomar el mar.
Orson Welles

 

Noviembre tiene guardadas tardes interminables llenas de lluvia

y niebla que me envuelve como velo de novia

era joven cuando dije Sí

no sabía entonces lo presumido que eran los árboles

en noviembre

ni siquiera conocía, en aquel tiempo, las hombreras con el adhesivo

las tenía ese día como se ve en las fotos descoloridas que guardo.

 

Pero hoy los recuerdos quisiera apartarlos como se hace con la ropa

por eso comencé a cerrarlos

en bolsitas de plástico herméticas

mientras estoy buscando, en vano, mapear los espacios,

aquellos indecisos.

 

El perdón es un vicio que ya no puedo permitirme

grité asomándome a la vieja jardinera oxidada

no sé si alguien me escuchó

si se puso a reír

o a llorar, ¿por qué no?

en la duda me rindo a la espera dejando que

la puesta del sol rompa el mundo en noventa y nueve piezas.

 

 

 

 

La esposa de Lot

 

Nadie sabe mi nombre.

Yo soy la esposa de Lot,

la que no resistió y

se dio la vuelta para mirar hacia atrás.

¡Sí, me di la vuelta! atrás, hacia el pasado.

El presente me asustaba.

¿El futuro? ¡Quién sabe!

Soy una mujer y ya no lo soy más.

Soy una estatua de sal.

¿No se volvió Orfeo para mirar a Eurídice?

Y ella se quedó para siempre en el Hades.

Yo me di la vuelta y por esto

fui transformada en una estatua de sal.

Y nadie me recuerda con mi nombresino como la esposa de Lot.

¿Por qué no puedo tener un nombre?

Me pregunto. ¡Les pregunto!

Soy una mujer, con la fuerza y la fragilidad,

el corazón y el alma de todas las mujeres,

soy igual y tan diferente de todas las mujeres

de ayer y de siempre.

Todavía llevo largas prendas

para cubrir mi cuerpo que es siempre joven,

siempre hermoso. ¿Qué me hace diferente?

Aun así, yo siento, en esta prisión de sal,

mi corazón que late y mis pensamientos vibrar.

Siento el fuego, la energía del deseo.

Porque fui desobediente, porque usé mi cabeza,

porque tengo curiosidad y quiero entender y quiero decidir,

por esto ya no soy una mujer, ¡no se me permite!

Soy la esposa de Lot.

¿Les dice algo Eva?

Ella desobedeció, como yo.

¿La serpiente? ¡No! No tiene nada que ver.

Eva hizo lo que quiso.

¡Ella eligió!

Yo deseaba darme la vuelta para mirar

una última vez lo que hubiera tenido que dejar

para siempre.

Quería conservar mi hogar

en mis ojos y en mi corazón.

Alguien había decidido por mí también

y sin darme explicaciones.

Alguien había y todavía tiene el poder de decidir

sobre el destino de las mujeres.

Alguien que tiene seguramente miedo a las mujeres

que continúan siendo, todavía y siempre,

brujas que hay que exorcizar.

Pero yo, desde mi prisión de sal, puedo gritar mi rabia,

mi deseo de justicia, sin recurrir a guerras y destrucción.

Y en la inmovilidad yo viajo.

Puedo cruzar océanos y continentes,

y puedo hacer oír mi voz, más veloz del rayo de luz

y más fuerte del estruendo del trueno.

Yo no traicioné a nadie, ni siquiera a mí misma.

Tomé una decisión.

Y por eso, por haber decidido, ya no soy más una mujer.

Y les pregunto:

¿Cuál es mi nombre?

Nadie sabe mi nombre.

Yo soy la esposa de Lot.

 

 

 

 

Ítaca. La espera

 

Y luego vine a Ítaca

con la máscara blanca

He caminado mucho tiempo

en las orillas y los acantilados,

entre los olivos.

Me he metido en el agua azul y clara

Quería perderme en el abrazo de las olas

escuchar sus historias

y contar la mía.

Me quedé dormida en las algas

eran suaves

olían a salmuera.

Soñé y hablé con las sombras,

sabían todo sobre de mí y Penélope,

ella que siempre está en las palabras

o en las miradas de las otras.

ella que siempre está en tierras a mí extranjeras.

Sabían que vine a Ítaca a buscarla

Buscaba a ella, pero

encontré a Ulises esperándome.

 

 

 

 

Efectos secundarios

 

A Alfredo Villanueva

 

Tu tenías una sonrisa polaroid

y esa extraña luz en los ojos,

sin destino ni curación,

destellos de una historia,

la que nunca has contado.

 

Cerrada en la torre almenada de la memoria

sin las luces de las fiestas

¿qué hago ahora con nuestros días de pasamanería

cuando deshilábamos la poesía

en el vino de la alegría?

Y las impresiones con los desnudos

de jóvenes imberbes que coleccionabas

¿dónde las pongo? Ahora…

Aquí está lleno de vidrios y no hay más lugar

ni siquiera por tus miradas rabiosas

de cuando estabas en guerra con el mundo

pero no con las palabras.

 

El día que te cansaste de estar siempre en la guardia

me dijiste que te hubiera enterrado

entre los filosos huesos de la memoria.

Pero no, aún estás aquí,

eres omnipresente.

Sigo escuchando tu voz

Nena…

que me llama

cada vez más débil… más fina

Nena… Nena, ven

Detente un momento. Siéntate a mi lado.

 

Palabra que ve, palabra que toca

de mí tendrás todas las cosas peores, decías

y yo te entendí, gota a gota.

Somos como aceitunas,

solo cuando somos aplastados

expresamos lo mejor de nosotros,

está escrito.

 

Hoy busco una felicidad diferente

y el Infinito, quizás, tendrá piedad de mi

ruidosa soledad.

 

 

 

 

Time to walk a poem

 

ese verano que los grillos no paraban de cantar

vi por primera vez las luciérnagas en tus gotas de sudor

 

la mirada se dilataba en el verde de tus ojos

que iluminaban mi oscuridad

entre las amapolas rojas

 

la vida nació esa noche

solo el tiempo de caminar a un poema

 

dentro de mí me gustaría

que volviera ahora

pero aún no sé dónde.

 

 

 

  

Funambola

 

ciertos momentos

olvido el juicio

y suspendida

voy al centro de las cosas

ciertos momentos no pienso

avanzo sin vacilaciones

 

en esos momentos soy

equilibrio puro

en el desastroso deletrear del tiempo.

 

 

 

 

Quiero perderme

 

Quiero perderme en el vientre perfecto del lunar que tienes justo

a la comisura de los labios

la mirada sombría de ojos que parecen tristes y no lo son

los valles que el pecho abre cuando respiras

el vaivén de tu cadera.

 

Quiero perderme en tu deseo

y navegar las mareas de mis orgasmos.

 

 

 

 

Eva

 

Esta noche

me gustaría freír

una página

de palabras frívolas

sazonadas con frases aromáticas.

En cambio, como de costumbre,

no herviré nada más que

bromas indigestas

al vinagre de manzana, del cual

tengo la despensa llena.

 

 

 

 

Mamparos estancos

 

parecía sin fin ese deseo de terciopelo

que nos cogía por todas partes

parecía sin fin y sin embargo se ha cuajado

nuestros cuerpos se han dicho adiós

pero las mentes no

ellas no quieren hacerse a la idea

y nosotros en la luz violeta de la tarde

codo a codo caminamos

con nuestras sombras en otras partes.

 

 

 

-Poemas de Brigidina Gentile traducidos al español por su autora.

 

Brigidina Gentile Nació en abril, el mes más cruel según T. S. Eliot, el más dulce según Geoffrey Chauser. Y desde que era una niña pequeña ha tenido u ... LEER MÁS DEL AUTOR