Déjanos ir…
(Traducción del inglés al castellano por Khédija Gadhoum)
Déjanos ir…
Respuesta a TS Eliot en su “Canción de amor” de J. Alfred Prufrock
After TS Eliot’s ‘The Love Song of J. Alfred Prufrock
déjanos ir entonces, tú y yo
por calles confinadas bajo el cielo
con mentes derrotadas y suspiros agotados
déjanos hallar el olvido de las miradas en el páramo de los ojos
y el viento sin rumbo al anochecer.
cuando menos nos damos cuenta, se va deslizando
acá y allá y por todas partes
el Covid está conquistando nuestra guarida
y una pregunta pendiente en el aire
déjanos arrancarlo, déjanos intentarlo.
oh, pregúntanos, “¿Qué es?”
déjanos sanos y fuertes.
en la sala entran y salen los líderes
debatiendo políticas maquiavélicas.
y mientras la sombría luz se guarece en el cristal de la ventana
las nubes acumulan sus aguaceros en el cielo
para enjuagar tejados y pecados
y penas de trabajadores migrantes abatidos
barriendo alcantarillas y sembradíos verdes
desinfectando heridas mientras cicatrizaban
las almas de los que no pueden llorar
cuando sus seres queridos ceden y mueren.
y sin duda, habrá un día
en que la sombría luz nos muestre el camino
ondulando la calle de nuestra ciudad
y nos disponga a conocer
los monstruos que acechan nuestras vidas
desde las asambleas de colmenas políticas
habrá tiempo para despertar nuestro interés
de resistir, salir y protestar
y aunque el virus siga recorriendo
y las teorías de conspiración sigan robando nuestro día
tocaremos nuestras campanas de promesas
nos reiremos y cantaremos.
en los campos entran y salen los líderes
sembrando hostilidad y discordia.
y sin duda, habrá un día
en que me apetezca extraviarme
en los rebeldes pesares de la vida
en la incertidumbre del mañana
(dirán: “¡se está volviendo loca!”)
que poco a poco se está encogiendo
que tiene nubes negras en los ojos
que el temblor está cada vez más fuerte
¿alguna injuria dirá? ¿alguna injuria dirá?
¿desafiará el silencio del universo?
¿mantendrá el virus a raya
¿o, dará por terminado el día?
porque he conocido traiciones
he conocido caprichos de la vida
he medido mis horas con esmero delicado
para calmar el pánico que ha llevado
al mundo a una infinita pausa
entonces, ¿cuál es la causa que yo debería suponer?
he sostenido el prisma en mi mente—
la mente que construye y deconstruye
y cuando el mundo está clavado en el terror
¿he de cerrar mis oídos para no oír
el redoble viral en los medios?
¿he de suponer que es esquizofrenia?
¿he de elegir el camino recto?
he visto a amantes desesperados
que ya no pueden respirar el aire perfumado
de un dulce romance junto al mar y la arena
porque las puertas encerradas no tienen llaves
ahora se encuentran en espacios digitales
comparten besos imaginarios y abrazos virtuales.
¿debería asumir entonces,
que para una vida surrealista, hay espacio infinito?
¿debería asumir entonces que los trabajadores migrantes no están condenados?
¿que el salario diario sólo se gasta
por una desgracia que es un mero intervalo?
tal vez esté alucinando un poco
tal vez esté retirándose mi cordura.
y en trance serpentean las horas del día
mientras don quijote zarandea su lanza
y en castillos se tornan las marchitas cabañas
y las miradas ávidas empiezan a encandilar
¿debería yo después de una rica comida
sentir en mis vísceras una mísera culpa?
pero aunque truene y aunque maldiga
este virus es maligno, quita el aire
conquista los barrancos, saquea a los humildes
asalta a los pudientes y además
nos enseña a no discriminar
y, en pocas palabras, a no odiar.
y no merece la pena, después de todo
somos insignificantes, demasiado pequeños
átomos en el universo
¿por qué, entonces, maldecimos
entre nuestra afligida carencia
e insaciable codicia?
hay una pregunta que quiero sembrar
así que, lectores, por favor, presten atención—
cuando esta tierra ya está quebrada
¿por qué, por qué la seguimos hiriendo?
dejaremos pues, un legado
de ruinas para esta centuria;
y eso no es todo. eso no es todo.
y si eso no fuera todo, detengamos
la pandemia en su Corona que se arrastra
tras reuniones a puertas cerradas
tras golpizas tiranizadas
La crueldad, cada vez más cruel—
Los embusteros, con más leña al fuego—
si llevar o no llevar una mascarilla
esa es la pregunta que seguimos haciendo
¿no hubiera merecido la pena
seguirles a Arden y Tsai?
y a todas las mujeres sensatas que no dudaron
en luchar contra el Covid antes de que sea muy tarde.
No, no soy el Príncipe Eliot, ni estaba destinado a serlo;
soy un esclavo de dictados y sueños que hacia mí retornan
Cercando cielos y vientos y mares
viviendo al borde del sosiego
al borde de la cordura hendida
con miles de heridos encerrados por tanta calamidad.
llenos de vacíos y ecos insonoros
que retumban sus eternos infortunios —
casi, como sombras perdidas.
me vuelvo audaz … me vuelvo audaz …
denuncio a los líderes cuyas almas rematan.
¿seré capaz de provocar algunas parodias? ¿me atrevo a cantar una canción de protesta?
llevaré mi disfraz y tomaré las calles
he oído el canto apasionado de los rebeldes
están encarcelados, ¿serán liberados?
los he visto confinados en las celdas
inquietos por haber sido virtuosos
porque los embusteros temen la pura verdad
porque todo lo que anhelan es impuro
un día, un día su arrogancia será su perdición
porque ese día, lo atesoraré en esta vida.
déjanos ir … déjanos ir …
semillas de paz déjanos esparcir.
4 de agosto, 2020