Sueñan los hombres con ser árboles
(Traducciones y nota de Geraldine Gutiérrez-Wienken)
El mundo-íntimo-museo
La imagen y el texto: pareja que siempre tiene algo que decirse. Qué lugares habita y habitan el texto, la imagen en el mundo. Hacia dónde se mueven, nos llevan. Qué zonas nos ofrecen a mirar, a ejercitar los sentidos. Cuáles zonas prefieren opacar. Estas divagaciones, más que preguntas, surgen en el laboratorio de la traducción. Sin embargo, ya desde la primera lectura, los poemas de Astrid Nischkauer (*1989, Viena) emiten señales, desplazan la mirada del lector, la confrontan en diversas direcciones. Pero este movimiento no termina aquí. Tampoco sucede solamente al lector del poema, sino también a la poeta misma que labora y se desenvuelve en el mundo de los museos, nada más y nada menos, que en el mundo de los museos de Viena. Después de muchos pensadores de arte, verbigracia Horst Bredekamp, sabemos que las imágenes nos (tras)tocan, nos (trans)forman, nos influencian, nos afectan. De ahí que los poemas de Astrid Nischkauer calcan ese mundo-íntimo-museo. En el que continuamos divagando. Nunca sabremos por qué un lienzo, un objeto, una fotografía logran (con)movernos, sin siquiera acercarse a nosotros. ¿O sí? Tal vez, por eso, porque somos nosotros quienes nos acercamos a las cosas (in)animadas. Al Otro.
museos son no-lugares
fuera del espacio y del
tiempo lugares de
encuentro y
no-encuentro
lugares de retiro en cuya luz
cálida y crepuscular
se puede olvidar todo
lo que afuera sucede
el encandilamiento
la noticia de mal tiempo
la ciudad y
el país frente a la ventana
se desvanecen
en una babilónica
algarabía
a mi entorno dónde
soy quién soy
camino en círculos
sobre el ruidoso parqué
y al mismo tiempo
en diferentes esferas
de espacio-tiempo
cambio
me transformo en
mí misma y pierdo
lo que no soy
*
Sueñan los hombres con ser
árboles o los árboles
ser hombres los
hombres sueñan con los ojos
abiertos pero los árboles
soñadores parecen más felices
la imagen el relieve
vienen hacia mí
con la mano quiero tocar el paisaje
montañoso de colores perseguir los
pasos del valle con mis dedos y
observar la onírica imagen
con los ojos cerrados sonámbula
Jean Dubuffet, Hommes et arbres somnambuliques, Leopold Museum, Viena
*
Nada perciben
de la gran masa de gente
que pasa frente a ellos
los observa y fotografía
porque hay un lugar solo
para ellos dos en su cuadro
y mucho cielo azul cielo
Marc Chagall, Les amoureux, Leopold Museum, Viena
*
convertido en móvil los ganchos de ropa
giran solos
ralentizan y vuelven a
girar si los visitantes los
rodean y yo también ahora más
deprisa, pero en dirección contraria
la proyección de la sombra en el piso
permanece por un instante luego me sigue
levita sobre la maleta vacía y el rótulo
con la dirección de Míster Man Ray
Man Ray, Obstruction, Kunstforum Viena
*
el mundo es redondo
y confuso
sin principio ni final
a menudo me preguntan
donde estamos ahora y
cómo se sale
otra vez de aquí
y por qué está
tan oscuro aquí