La muerte sola es caos
1
La muerte sola es caos.
¿Alguien ha visto un caos?
No tiene piernas, brazos.
Muerte en silla de ruedas.
Muerte, no tiene caso
ni suerte, y ruedas, ruedas.
2
Se dicen los adioses
finales. ¿Por qué lloras?
Es que no hallo las horas
de morir. Y no hay caso.
Marcho paso tras paso
detrás de las señoras
fatales. ¿Por qué lloras?
No me quieren los dioses.
3
Líbrame: flojo y aburrido
me saco chispas de centolla,
bestia redonda me suicido,
en este mundo ¿quién me apoya?
En este mundo, en este nido
no cabes, muerte, en esta olla.
4
Y cómo quisiera estar muerto,
en traje de muerto,
con cofia y este par
de ojos negros abiertos.
5
Es muy probable que no seas
ni aquello ni lo otro
ni esto ni lo uno.
Adiós, adiós. ¿Qué hubo?
Qué me resta.
No te amo…
No te amo, amo los celos que te tengo,
son lo único tuyo que me queda,
los celos y la rabia que te tengo,
hidrófobo de ti me ahogo en vino.
No te amo, amo mis celos, esos celos
son lo único tuyo que me queda.
Cuando desaparezca en esos cielos
de odio te ladraré porque no vienes.
Críticas de miedo
Los muertos que fuimos ya se aburrieron
de estar muertos. No renacimos sino que nacimos
mal hechos unas furias, maltrechos y con caras
de ningunos amigos de nadie en absoluto.
En eso estamos. Nos barrieron
debajo de los pies con escobas de arbusto.
Luego después de lo cual nuevamente nos fuimos
a las regiones lóbregas desde donde apagamos
las lámparas.
“No comprendéis aún la vida,
¿cómo querríais comprender la muerte?”
Empezad por la vida. Está compuesta de esta
incomprensión. La pregunta atrevida
no la perturba. (Desperécela y vierta
en su útero). Dormid con ella siesta.
A peor vida
Busco en vano la puerta: no hay umbrales
todo el suelo y lugar donde solía
jugar conmigo mismo a juegos tales
que no me atrevo a recordar hoy día.
Golpeo el suelo con el puño, fuerte
y se abre un hoyo cuyo nombre es muerte.
Cómo desapareces, cómo no estás: te busco.
Mis manos desoladas te buscan, aire o fuego.
Mi corazón te busca debajo de las piedras
donde hay pájaros muertos, caracoles.
Tú sueñas, ay, tú duermes, tú conoces el día:
tú me dices adiós y adiós es? nunca?.
Cuentan los hombres
que hace años hubo un crimen en el Paraíso:
algo así como un robo de manzanas.
Los culpables se enfermaron de la fruta mal habida
y fueron asistidos por los gusanos que moran en las manzanas
y la tierra fue de los gusanos.
Después de muerto, hierbas, y después
alguien pisa las hierbas y en el cielo
azul cantan los pájaros gozosos