Presentamos dos textos del recordado poeta chileno.
Aristóteles España
POEMA REALISTA PARA ENCANTADOS
El poema sale de su rincón encantado, el poema elitista, incomprensible,
sale a los ojos de la multitud y queda mirando el iris de la masa,
el reflejo de la masa,
con un tono de profesor,
con un acento que escapa
a los hombres comunes y corrientes,
con sus números exactos de poema amoroso,
de poema escolar, de poema épico,
tiene la sombra de una égloga, de un soneto,
y sale a volar entre la muchedumbre y en el individuo,
con sus mensajes de poema político,
con sus piernas de poema erótico,
un poema chílenísimo, un poema mexicano,
un poema que tiene nariz de oda,
olor a cazuela de ave doméstica,
con sus adjetivos que son los huesos,
y las palabras que corren como la sangre
de un cordero degollado en el matadero
clandestino de un pueblo chilote,
en el sistema nervioso, en el sistema político,
un poema para todos,
un poema para nadie,
como su merced lo ordene.
LA ÚLTIMA VEZ QUE VI UN GUSANO
La última vez que vi un gusano fue en la calle N°4.
Tenía un diente, tenía una pistola que salía por sus ojos.
Y adentro de un baúl super largo estaba La Mujer.
Estábamos tranquilos porque a esa hora
Los personajes lloraban como locos.
Nada en la novela. Nada en el aeropuerto.
Qué gusano con más espinas en su cuarto!.
Porque retumbaban en las paredes los gritos
De Muchos prisioneros
Y La Mujer con un dedal en la puerta
Decía que ahora todo el fin.
Lejos, como la portada de Dios Padre,
Entrábamos a un laberinto donde esa voz
De la Calle N°4,
Maldecía como Trinidad;
Como trinidad; el hijo no fue.
Cómo qué gusano, que no ves?
Las calles con Toque de Queda
En el vientre de La Mujer.
Por qué esperas el nicho?,
Qué se te crucen los pelos?.
Ayúdame a bajar!. LA ESCALERA.
Mucho de nosotros.
No tenemos galería, perro.
La última vez que vi un gusano
Fue en la Calle N°4,
Casi no éramos tristes, mentira.