Antonio Praena

La belleza del otro

 

 

 

 

 

ACLARADO

 

La poesía es un lenguaje que no
comprendemos, pero que nos entiende.
T. S. Eliot

A lo muy farragoso de entender o decir

ningún apego tengo.

La urgencia de verdad

exige ser muy claro hasta en lo oscuro.

La humildad y la hondura

son formas de decencia inseparables

de la mano que lava y la que escribe.

Aquello que está limpio huele a limpio

de lejos y de cerca.

Si entiendes lo que digo, estoy salvado.

Un Dios que no se aclara es un Dios muerto.

 

 

 

 

HUMUVIA

 

No siempre es necesaria la palabra

que define las cosas.

Y menos necesaria la que intenta

la unión de los opuestos.

El olor que desprende la tierra tras la lluvia

estaba ya en la tierra y en la lluvia

y en ninguna de ellas por sí sola.

Humuvia lo han llamado,

pero no era preciso.

Tan solo la memoria necesita

renombrar su recuerdo,

y a nadie se le oculta

que es cosa del futuro la memoria.

Por ello es mi deseo que regrese

lo que una vez olí

sin saber de su nombre.

Y olvidarlo de nuevo

para hacerlo posible.

 

 

 

 

DÉDALO

 

No he podido enterrarte,

porque eres mi conciencia.

No usaste imperativo

—quédate—,

sino el tiempo futuro

—caerás—,

así como perífrasis verbales

—vas a caer—

que no eran advertencia sino solo

precisa profecía.

 

Ni hacia el sol que derrite la cera de las alas,

ni en la espuma que lastra las ansias de despegue:

vuela siempre en el medio.

 

Verme nacer,

saber del laberinto y de sus hilos

te dio la potestad de hacerme libre.

Predecir mi futuro

debió frenar mi vuelo. Y, sin embargo,

no usaste imperativo,

cayendo en mi caída.

 

 

 

 

LA BELLEZA

 

Quién no ha visto una tumba del siglo veintiuno

cuyo mármol con fechas

y nombres es anuncio de la aurora.

 

Quién no ha visto flamencos

tan rosados y juntos

que aquello daba igual sobre qué cementerio

volaban y a qué mundo.

 

Quién no ha visto a mi padre

muerto pero dormido,

completamente muerto pero solo dormido,

confiado en despertar por la mañana

que sigue a tanta venda,

la que sigue al cansancio de los justos

y al vuelo de las alas;

la segura mañana en que salir

del mármol, de la escarcha, del sepulcro

y abrazarme de nuevo,

 

que lo sigo esperando.

 

 

 

 

NO LUGARES

 

Son las descomunales escombreras

junto a los campos de patatas

en tierras de Castilla y en Dakota del Norte.

 

Anuncios de desvío,

kilómetros de yeso, barbacoas

y jóvenes con casco que conducen

maquinaria pesada y tienen novia

en una pedanía de Albacete.

 

Golondrinas que anidan en las peñas

y porciones de pizza, doble queso.

 

Hay caballos pastando, don quijotes de forja

y búfalos eléctricos de feria.

Semáforos mecidos por el viento

en una carretera de provincias

que en los años 80 fue famosa.

Duchas para viajantes. Gasolina en garrafas.

Mecánicos que apenas te saludan,

aun cuando miran a los ojos.

 

Y otra vez los montones de patatas

que esperan viajar lejos

 

sobre cintas transportadoras

y grúas monobrazo conducidas

por un tipo gordito

con una cruz armenia dibujada

sobre los pectorales.

 

Mudas lavanderías y algún aparcamiento

con carros de la compra sin su amo.

Buganvillas que fingen

las lindes de jardines con estatuas

de piedra artificial.

 

No lugares propicios a la no permanencia.

 

Con los ojos cansados de Cervantes

o los de Frances McDormand,

los viste en muchos sitios, pero nunca

pensaste que es tu casa.

 

 

 

 

___________

-Antonio Praena
La belleza del otro
Colección Visor de Poesía
España, 2024

 

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