La belleza del otro
ACLARADO
La poesía es un lenguaje que no
comprendemos, pero que nos entiende.
T. S. Eliot
A lo muy farragoso de entender o decir
ningún apego tengo.
La urgencia de verdad
exige ser muy claro hasta en lo oscuro.
La humildad y la hondura
son formas de decencia inseparables
de la mano que lava y la que escribe.
Aquello que está limpio huele a limpio
de lejos y de cerca.
Si entiendes lo que digo, estoy salvado.
Un Dios que no se aclara es un Dios muerto.
HUMUVIA
No siempre es necesaria la palabra
que define las cosas.
Y menos necesaria la que intenta
la unión de los opuestos.
El olor que desprende la tierra tras la lluvia
estaba ya en la tierra y en la lluvia
y en ninguna de ellas por sí sola.
Humuvia lo han llamado,
pero no era preciso.
Tan solo la memoria necesita
renombrar su recuerdo,
y a nadie se le oculta
que es cosa del futuro la memoria.
Por ello es mi deseo que regrese
lo que una vez olí
sin saber de su nombre.
Y olvidarlo de nuevo
para hacerlo posible.
DÉDALO
No he podido enterrarte,
porque eres mi conciencia.
No usaste imperativo
—quédate—,
sino el tiempo futuro
—caerás—,
así como perífrasis verbales
—vas a caer—
que no eran advertencia sino solo
precisa profecía.
Ni hacia el sol que derrite la cera de las alas,
ni en la espuma que lastra las ansias de despegue:
vuela siempre en el medio.
Verme nacer,
saber del laberinto y de sus hilos
te dio la potestad de hacerme libre.
Predecir mi futuro
debió frenar mi vuelo. Y, sin embargo,
no usaste imperativo,
cayendo en mi caída.
LA BELLEZA
Quién no ha visto una tumba del siglo veintiuno
cuyo mármol con fechas
y nombres es anuncio de la aurora.
Quién no ha visto flamencos
tan rosados y juntos
que aquello daba igual sobre qué cementerio
volaban y a qué mundo.
Quién no ha visto a mi padre
muerto pero dormido,
completamente muerto pero solo dormido,
confiado en despertar por la mañana
que sigue a tanta venda,
la que sigue al cansancio de los justos
y al vuelo de las alas;
la segura mañana en que salir
del mármol, de la escarcha, del sepulcro
y abrazarme de nuevo,
que lo sigo esperando.
NO LUGARES
Son las descomunales escombreras
junto a los campos de patatas
en tierras de Castilla y en Dakota del Norte.
Anuncios de desvío,
kilómetros de yeso, barbacoas
y jóvenes con casco que conducen
maquinaria pesada y tienen novia
en una pedanía de Albacete.
Golondrinas que anidan en las peñas
y porciones de pizza, doble queso.
Hay caballos pastando, don quijotes de forja
y búfalos eléctricos de feria.
Semáforos mecidos por el viento
en una carretera de provincias
que en los años 80 fue famosa.
Duchas para viajantes. Gasolina en garrafas.
Mecánicos que apenas te saludan,
aun cuando miran a los ojos.
Y otra vez los montones de patatas
que esperan viajar lejos
sobre cintas transportadoras
y grúas monobrazo conducidas
por un tipo gordito
con una cruz armenia dibujada
sobre los pectorales.
Mudas lavanderías y algún aparcamiento
con carros de la compra sin su amo.
Buganvillas que fingen
las lindes de jardines con estatuas
de piedra artificial.
No lugares propicios a la no permanencia.
Con los ojos cansados de Cervantes
o los de Frances McDormand,
los viste en muchos sitios, pero nunca
pensaste que es tu casa.
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-Antonio Praena
La belleza del otro
Colección Visor de Poesía
España, 2024