(Lisboa, 1906-Lisboa, 1997). Entre 1934 y 1974 fue profesor de enseñanza secundaria y se destacó como autor de libros escolares y obras de divulgación científica, bajo el nombre de Rómulo de Carvalho. Estuvo ligado al ministerio de Educación y fue socio desde 1983 de la Academia de Ciencias de Lisboa. Fue socio de la Academia de Ciencias de Lisboa desde 1883. Su poesía se reveló tardíamente, y atrajo la atención, ya por la notable fluidez de ritmo y de rima, ya por la originalidad de las imágenes, ya, incluso, por su sobrio y a veces desencantado humanismo que lleva al poeta a titubear entre una perspectiva derrotista, según la cual los hombres están condenados al sufrimiento y a la mutua incomprensión, y en el polo opuesto, a una solidaridad que une al género humano. Esa comunión no llega a destruir un profundo sentimiento de soledad y de absurdo frente a ciertas señales de insensatez, pero abre las puertas a la densidad de un misterio incomunicable que hay en los gestos en apariencia sin explicación del hombre y de la mujer. Entre sus libros de poesía, Movimiento perpetuo (1956), Máquina de fuego (1961), Líneas de fuerza (1967), Poemas póstumos (1983), Nuevos poemas póstumos (1990). Escribió también ficción, teatro y ensayo