
Entre los intelectuales chilenos existe un poeta que después de sufrir el turbión de las diatribas burdas y del sonreír liviano de los histriones malévolos y oscuros ha encontrado una senda en la cual gustará un perenne reposo espiritual. Este artista se llama Vicente Huidobro. Él será un desorientado para aquellos que viven adorando a muchas de nuestras risibles momias literarias. La bizarría de sus versos novísimos, el grito de su corazón sano y profundo, batido