Andrea Rivas

Mundo propio

 

 

 

 

SER INCENDIO

Nadie te va a abrir la puerta. Sigue golpeando.
Insiste.
Al otro lado se oye música. No. Es la campanilla del
teléfono.
Te equivocas.
Es un ruido de máquinas, un jadeo eléctrico, chirridos,
latigazos.
No. Es música.
No. Alguien llora muy despacio.
No. Es un alarido agudo, una enorme, altísima lengua que
lame el cielo pálido y vacío.
No. Es un incendio.
Blanca Varela

 

Relámpagos y enredaderas de la más profunda memoria

vértigo y barro creadores de existencia

sí, pero dónde habremos de descansar las cicatrices?

Conocer el origen, crear un refugio temporal

no es suficiente

no basta explicarnos cómo surgió la herida

aprender remedios para aligerar su carga;

hace falta un sitio que retumbe con nuestro nombre

que sepa cuándo, en qué sitio vibrar

cuando se llega derrotado, cuando no se tiene y aún

se vive,

hace falta algo grande como el mundo

puertas que se nos abran cuando toquemos

y solo estemos listos

para crear incendios.

 

 

*

 

que nos volemos, que nos volvamos jaulas casas hogares propios

señor que se esfume el miedo que crezcamos alas

que la negra obsidiana de nuestras entrañas se levante

y abra fuego

que nos volemos señor

y seamos explosiones imparables en medio de la noche

 

 

 

COSMATESCO

 

soñé los añejos muros de sus casas

los cientos de recuerdos rencores resabios contenidos

en las grietas y cubriendo la superficie toda

soñé el eco de los sueños caducos

las voces constantes sobre la piedra

el fragmentado mármol que colorea los pisos

sobre el que se sostiene el linaje del mundo

soñé que encontraba el origen del nombre que me nombra

y que las puertas hablaban a gritos verdades

y soñé el frío y soñé el miedo de poner pie

sobre todos los odios de la tierra

 

 

 

PIRÁMIDE DEL SOL

 

Y vuelves a la blanca energía de tus antepasados

nada aquí te pertenece

el vibrante rugido del jaguar

las luminosas cascadas de sangre

el sacrificio de los victoriosos

 

nada hay aquí que se asemeje a tu nombre

a tu deseo a tus palabras

y sin embargo en el eco arriba

en la casa del sol

vuelan mariposas blancas

y algo en tu oscuridad

despierta

 

*

 

Sobre un escalón te hablas de los muros

un imperio espera tu retorno de no sé dónde

siete de la mañana

la casa vacía llena de sombras

vibra con el roce de tu mano

algo sonríe desde los rincones

lo cotidiano no será esperar a que llegue la vida

estás ahí, dices

estoy aquí

tienes seis años y estás buscando

un lugar en donde pertenecerte entera

 

*

 

Hoy que vuelves a la casa de la infancia

te sientas en el mismo escalón a dibujar planos

el lugar donde irán los muebles, las paredes que serán pintadas

las conductas que necesitan dar vuelta

los mitos que ser rehechos

hoy te prometes que empezarás la vida pronto

cuando entregues el proyecto cuando suene la campana

vuelves a la casa de la infancia y tienes de nuevo seis años

nada te pertenece sino la lista de cosas que aún no son tachadas

y la impotencia

 


 

MUNDO PROPIO

 

cuántas miradas para petrificarlos a todos

cuántas piedras para alzar los muros

donde haya sitio para estos infinitos gritos

de dónde tantas piedras para tallar aún más petrificados rostros

para llenar galerías con la historia nueva

el Triunfo de María Magdalena

Medusa Victoriosa                 La Lengua de Marina

Venus sin firmas         la Venus de Venus

cuántas hidras cortadas entonces

cuántas brujas cuántos más vueltos piedra

cuántos y cuántas

y ahora más cuántas piedras hay que lanzar

y cuántas más

hasta formar los cimientos sobre los cuales

construir un mundo propio.

Andrea Rivas (Puebla, México, 1991). Poeta y traductora, maestra en literatura hispanoamericana. Autora del poemario Pertenecerme entera (Circu ... LEER MÁS DEL AUTOR