

Presentamos algunos textos del gran autor francés adscrito al surrealismo en la traducción al español de Aldo Pellegrini.
André Breton
ÚLTIMA RECOGIDA
La carta que espero viaja de incógnito en un sobre
La estampilla la cubre y allende
Esa estampilla está sellada por el zodiaco
Se hace mucho esfuerzo para descifrar mi nombre en su festonado
Cuando me alcance el sol se habrá vuelto frío
Habrá escombros en la Place Blanche
Entre los cuales se distinguirá mi decisión
Semejante a una rueda de ardillas
La abriré con un golpe seco de remo
Y me dispondré a leer
Lo que no dejará de provocar una aglomeración de gente
Pero no me detendré
Las palabras jamás oídas desaparecerán
Serán una llamarada y lucirán en una jaula de amianto
Suspendida en el árbol de las adivinanzas
La carta que espero tendrá el color de veleros extintos
Pero las noticias que me traerá sus formas de rocío
Reencontraré en esas formas todo lo que he perdido
Esas luces que mecen las cosas irreales
Esos animales de metamorfosis que me han vuelto razonable
Esas piedras que pensé lanzadas para perderme a mí mismo
Cuán mínimas son las dimensiones de la carta que espero
Con tal que no se pierda en las partículas de veneno.
EL AGUILA SEXUAL EXULTA
El águila sexual exulta una vez más va a dorar la tierra
Su ala descendente
Su ala ascendente agita imperceptiblemente las mangas
de la menta picante
Y todo el adorable desvestirse del agua
Los días están contados tan claramente
Que el espejo ha hecho sitio a una nebulosa de frondas
No veo del cielo más que una estrella
Alrededor de nosotros sólo existe la leche describiendo su
eclipse vertiginosa
De donde la blanda intuición de párpados de ágata ojerosa
Se levanta a veces para clavar la punta de su sombrilla en
el fango de la luz eléctrica
Entonces unas extensiones echan el ancla se despliegan por
el fondo de mi mirada cerrada
Icebergs que irradian los hábito de los mundos venideros
Nacidos de una partícula de ti de una partícula desconocida
y helada que emprende el vuelo
Tu existencia es el ramo gigante que se escapa de mis brazos
Mal atado ahueca los muros despliega las escaleras de las casas
Se deshoja en los escaparates de la calle
Voy a por noticias me voy continuamente a por noticias
Hoy el diario es de cristal y las cartas no llegan ya
es porque el tren ha sido comido
La gran incisión de la esmeralda que dio nacimiento al follaje
Está cicatrizada para siempre los aserradores de nieve
cegadora
Y las canteras de carne zumban solas con el primer rayo de luz
Invertido en ese rayo
Tomo la huella de la muerte y de la vida
Al aire líquido.
HOTEL DE LA CENTELLA
La mariposa filosófica
Se posa en la estrella rosa
Y forma así una ventana del infierno
El hombre enmascarado está siempre de pie ante la mujer desnuda
Cuyos cabellos resbalan lo mismo que de mañana la luz de un farol
que han olvidado apagar
Los sabios muebles preparan la pieza que hace juego de manos
Con sus rosetones
Sus rayos de sol circulares
Sus moliendas de vidrio
En cuyo interior azulea un cielo con precisión
En memoria del pecho inimitable
Ahora la nube de un jardín pasa por encima de la cabeza del hombre
que acaba de sentarse
Parte por la mitad a la mujer de busto mágico y ojos de parma
Es la hora en que el oso boreal con gesto de gran inteligencia
Se estira y se da cuenta de un día
Al otro lado la lluvia se encabrita sobre los bulevares de una gran ciudad
La lluvia entre la niebla con regueros de sol sobre las flores rojas
La lluvia y el diávolo de los viejos tiempos
Las piernas bajo la nube frutal rodean el invernadero
Sólo se percibe el pulso de una mano muy blanca representado
por dos minúsculas alas
El balancín de la ausencia oscila entre las cuatro paredes
Hendiendo las cabezas
De donde se escapan bandadas de reyes que enseguida se hacen la guerra
Hasta que el eclipse oriental
Turquesa en el fondo de las tazas
Descubre el lecho equilateral de sábanas color de esas flores llamadas
bola de nieve
Los veladores deliciosos las cortinas rasgadas
Al alcance de un librito con otras palabras estampadas
No hay mañana
Cuyo autor lleva un nombre extraño
En la oscura señalización terrestre.
EL MARQUÉS DE SADE
El marqués de Sade ha vuelto a entrar en el volcán en erupción
De donde había salido
Con sus hermosas manos todavía ornadas de flecos
Sus ojos de doncella
Y ese permanente razonamiento de sálvese quien pueda
Tan exclusivamente suyo
Pero desde el salón fosforescente iluminado por lámparas de entrañas
Nunca ha cesado de lanzar las órdenes misteriosas
Que abren una brecha en la noche moral
Por esa brecha veo
Las grandes sombras crujientes la vieja corteza gastada
Que se desvanecen
Para permitirme amarte
Como el primer hombre amó a la primera mujer
Con toda libertad
Esa libertad
Por la cual el fuego mismo ha llegado a ser hombre
Por la cual el marqués de Sade desafió a los siglos con sus grandes árboles abstractos
Y acróbatas trágicos
Aferrados al hilo de la Virgen del deseo