Anca Mizumschi

Dormir en el agua

 

 

 

(Traducción al español de George Nina Elian)

 

 

 

EN LA FILA 

La luz se traía en vagones de carga. Hacinada y pesada. Aunque estaba prohibido, en cada estación alguien se adelantaba y gritaba: ¡Más despacio! ¡Más despacio, que sea suficiente para todos! Hicimos fila noche tras noche, hasta que este tren se movía vacío a la siguiente estación, donde nuevamente intentábamos compartir el recuerdo de la luz, y nadie sabía dónde estaba la primera estación, solo cómo sentarse en silencio en la fila

 

 

 

 

PEQUEÑO TRATADO SOBRE NAVEGACIÓN 

Tócame aquí, te lo dije y te mostré un punto fijo en mi muslo por encima de la rodilla y presionaste tus labios en ese punto fijo. ¿Es suficiente? tu me preguntaste. Y cada vez que dices eso, las constelaciones dejan de moverse y la Vía Láctea corre por nuestros dedos como un bol de nata ya lamida. Ya es suficiente, me reí y te deslizaste fuera de equilibrio sobre el techo de cristal del observatorio astronómico, donde me abrazas como si fuera un mapa cuando me tocas

 

 

 

 

MATERNIDAD

La tierra es buena: entra por tus narices, por las cuencas de tus ojos, es buena cuando cuelga de las heridas como cataplasmas, en los párpados cerrados, no pide comida, aunque puedes darle un festín de vez en cuando con tu cuerpo. Es buena en el viaje, cuando te la llevas como un molde dental con una foto como huella genética para identificarte y la mezcla pantanosa de líquido amniótico y tierra te nubla la visión y terminas aferrándote a tus huesos de vidrio como reliquias sagradas y le rezas a tu madre y a tu abuela como a figurillas de barro cubiertas de cera

 

 

 

 

ESPECIALISTA EN COMIENZOS

Soy especialista en comienzos. Tengo comienzos de todos los colores,
comienzos del día al borde de la cama, cuando te abrochas la camisa
y me dices que se acabó, comienzos con mamá, que
dobla la nieve blanda en la cara
de papá todas las mañanas. Comienzos con libros que nunca escribiré,
comienzos con amigos y copas de vino, con
trenes retrasados, incluso comienzos con mis abuelas frente
a su soledad fetal.
Al final creo que hasta la muerte
es una especie de país donde todos somos niños
y todos somos padres
para poder descansar uno a uno
en una sala de espera
más grande

 

 

 

 

JUANA DE ARCO

Si Juana de Arco tenía armadura,
probablemente estaba desnuda por la noche, cuando
estaba sola en su habitación y se quitaba el maquillaje. Puedo
imaginarla incluso ahora de pie junto a la luz de las velas
con la cara llena de sebo, sacudiendo el polvo del camino y las palabras
pronunciadas por todo tipo de extraños. Y yo, que nunca seré
Juana de Arco, sino sólo una armadura
tirada en el suelo y tenuemente iluminada
por las llamas de la alfombra.

 

 

 

 

RESPIRACIÓN CORAZÓN A CORAZÓN

Trato de imaginar cómo te verías si
en lugar de tu corazón creciera una mariposa
y esa mariposa estuviera viva. Todas las mujeres correrían
locas detrás de ti por el jardín botánico,
redecillas en mano,
mientras yo esperaría
que te sentaras directamente sobre mi hombro izquierdo,
un poco más arriba y un poco más cerca,
dándome respiración corazón a corazón,
con la cara pegada
a mi cara

 

 

 

 

LA AHOGADA

Si pegas la oreja al radiador de mi habitación por la noche
puedes oír el mar. Las patas de la cama están cubiertas de una
fina costra de sal
y puedes flotar mientras duermes.

Si pegas la oreja al radiador de mi habitación
durante el día, los vecinos
no dirán nada. Te esperarán, como retratos de
santos apenas dibujados sobre una pared mojada cubierta con sábanas,
a que llegues a un puerto.

Si pegas la oreja al radiador de mi habitación
por la mañana,
entraré en tu casa como una hermosa mujer ahogada
que encuentras en la playa al amanecer

 

 

 

 

EL DESDOBLAMIENTO DE LAS MARIPOSAS

Las mariposas son malas. Nacen y mueren en un segundo,
un segundo en el que yo, como mujer, vivo una vida
de abandono. ¿Quién más me quiere?
Me veo caminando, con la tierra colgando de
los tobillos y el ojo derecho sobre el izquierdo, viendo a la
misma distancia, y cargando a todos a mis espaldas,
desde el bautizo hasta el funeral. Ya no me reconozco
y, a través del pájaro derretido ante mis ojos, me pregunto:
¿cómo puedo estar siempre en el mismo lugar en el tiempo que
existe en mí
y en un tiempo que agoniza?

 

 

 

 

FOTO DE FAMILIA CON CIERVO

Siempre quise una foto familiar con papá
mirando directamente a la lente como un ciervo disparado
accidentalmente al anochecer
y mamá inclinada sobre él, sosteniendo su cabeza recta
y suave para que pudiera morir hermoso, porque así se supone que debe ser:
ser justo, mantenerse recto hasta en las fotos que
nadie mira o que solo yo miraba cuando era niño
y todos me contaban historias
de muerte

 

 

 

 

DORMIR EN EL AGUA

Ella duerme al borde de la montaña, bajo el cielo blanco,
y si la llamas por su nombre, te habla en sueños,
entumecida entre las sábanas
y envuelta en hielo que fluye

Ella duerme cuando llueve y la cama está mojada,
y los portaobjetos de vegetación salen del parquet
y la tocan de pies a cabeza con dedos delgados
como tocarían a la amante de un faquir, tumbada en la hierba

Ella duerme y nunca sabré si,
caminando por charcos de agua, soy yo
la que duerme en el sueño de otra persona
o solo mi sueño en movimiento

 

 

 

 

GUARDIA FRONTERIZO

Tengo una parte dentro de mí que
nunca
me encaja. Vivo más allá,
al otro lado de la puerta,
en la otra acera,
frente a otra persona,
más allá, como un guardia fronterizo que
se asegura
de que los bordes del otro país
no toquen
mi país

 

 

 

 

PANTOCRÁTOR

Te extraño como extraño a Dios que regresó
a casa, ocupándose de sus propios asuntos, pero incapaz de quitarme los ojos
de encima, extraño la forma en que el suelo susurraba bajo
tus pies
cada vez que tirabas de la manta
hacia ti, extraño el olor, las uñas que estaban rojas
de sudor, el cabello enredado bajo
tu peso, extraño todo ese cielo en el que
el nombre de un solo hombre estaba escrito en forma redonda,
el cielo apretado entre nosotros y la sábana, en la cama
de borde

 

 

 

 

INVESTIGACIÓN DE MERCADO

En el hospital de Colentina*, los mendigos tienen
las uñas limpias,
como corresponde
a un hospital

Ellos me acechan en los pasillos,
se esconden en las esquinas de las paredes
y me huelen desde lejos
cada vez que vuelvo de rehabilitación,
como si hubiera ido
a fumar a escondidas

Después de todo, no tienen nada que pedir;
así compartimos
una base de datos de registros sobre mí,
mi visión montada en el salón-taller,
mi estudio de investigación de mercado póstumo,
donde paran a las personas en la calle
con las manos extendidas y les piden que marquen
la respuesta a la pregunta: ¿cómo sería morir
durante el ensayo general?

* hospital en Bucarest (N. del T.)

 

Anca Mizumschi Es una escritora de lengua rumana que actualmente vive en Phoenix, Arizona, nació en Constanza, Rumanía, el 24 de noviembre de 1964 y se m ... LEER MÁS DEL AUTOR