Ana Blandiana

Primera persona del plural / El talón vulnerable

 

 

 

(Traducción al español de Viorica Patea y Natalia Carbajosa)

 

 

Hechizo de lluvia

 

Amo la lluvia, amo la lluvia con locura,

La lluvia impetuosa, la lluvia serena,

La lluvia virginal y la lluvia de mujer desatada,

La lluvia reciente y la interminable lluvia del tedio.

Amo la lluvia, amo la lluvia con locura,

Me gusta revolcarme en su hierba blanca y alta,

Me gusta cortar sus hojas y llevarlas entre los labios,

Que se desmayen los hombres al verme así.

Sé que está feo decir: «Soy la mujer más bella»,

Está feo y, quizá, ni siquiera sea cierto,

Pero déjame, cuando llueva,

Y solo cuando llueva,

Pronunciar las palabras mágicas: «Soy la mujer más bella».

Soy la mujer más bella porque llueve

Y los flecos de la lluvia me sientan bien,

Soy la mujer más bella porque sopla el viento

Y mi vestido en vuelo me tapa las rodillas,

Soy la mujer más bella porque tú

Estás lejos y te espero,

Y tú sabes que te espero,

Soy la mujer más bella y sé esperarte,

Y aún te espero.

En el aire hay aroma de amor vivo,

Y todos los transeúntes sienten el olor de la lluvia,

En una lluvia como esta puedes enamorarte de repente,

Todos los transeúntes están enamorados,

Y yo te espero.

Solo tú lo sabes…

Amo la lluvia,

Amo la lluvia con locura,

La lluvia impetuosa, la lluvia serena,

La lluvia virginal y la lluvia de mujer desatada…

 

 

 

 

Regreso

 

De la aventura de ser honrada

Regreso a casa vencedora.

¿Hace cuántas generaciones me he marchado?

No recuerdo y ya ni sé de dónde.

 

Llevo conmigo todos los astros y les muestro

El jardín que deben calentar,

Y las montañas me piden que las lleve a la tierra

Sobre la que erigirán su altura,

 

Y las aves giran y me preguntan

Dónde poner su nido, y rebaños infinitos

Vienen detrás de mí y esperan el lugar

Donde asentarse y multiplicarse.

 

Yo digo: «Esperad solo un instante,

El lugar de donde partí está cerca.

Un minuto más, debe de haber

Un lugar firme, tan solo un lugar firme…».

 

Pero todo alrededor es fluido. Busco

Y estoy exhausta de tanto andar,

Obligada a llevar dentro de mí el punto

Rígido de apoyo para el universo.

 

 

 

 

Sé que la pureza

 

Sé que la pureza no da frutos,

Las vírgenes no alumbran criaturas,

Así es la gran ley del ultraje,

El tributo que la vida estipula.

 

De las azules mariposas nacen orugas

Y los frutos crecen de las flores,

La nieve es de un blanco impoluto,

La tierra caliente es impura.

 

Duerme el éter, inmaculado duerme,

De microbios el aire está poblado,

Tú puedes desear no haber nacido,

Pero si eres, también serás enterrado.

 

Es feliz la palabra en el pensamiento,

Pronunciada, el oído la agravia,

¿Hacia qué platillo me inclinaré:

Hacia el sueño mudo o hacia la fama?

 

Perdida entre el silencio y el pecado

¿Qué elegir: rebaños o flores de loto?

Oh, el drama de morir de blanco

O la muerte de vencer, a pesar de todo…

 

 

 

 

De vez en cuando

 

Como un ave a la tierra

De vez en cuando os anhelo.

Cuando me canso de tanto volar,

Cuando mi carne se refugia en el pensamiento

Y siento que me elevo hacia lo alto,

Cuando soy solo el recuerdo de un cuerpo,

Vuelvo a descansar a casa

Y a nacer de nuevo un poco,

Me derrumbo casi vencida,

Desciendo agotada hacia la gente

Como las grandes aves de vez en cuando

Regresan a dormir a la tierra.

 

 

 

 

Elegía matinal

 

Al principio prometí callarme, pero luego, por la mañana,

Os vi aparecer con ceniza en las puertas

Sembrando, como se siembra el trigo, la ceniza.

Y no aguanté más y grité: ¿Qué hacéis? ¿Qué hacéis?

Para vosotros he nevado toda la noche sobre la ciudad,

Para vosotros he blanqueado toda la noche: ¡ah,

Si entendierais lo difícil que es nevar!

Anoche en cuanto os quedasteis dormidos salí afuera.

Allí estaba oscuro y frío. Yo debía

Volar hasta el punto único en el que

El vacío hace girar a su alrededor los soles y los apaga

Y tenía que hacer refulgir un momento más aquel ángulo

Para volver a nevar entre vosotros.

Cada copo lo he pensado, pesado, probado,

Modelado, bruñido con la mirada,

Y ahora me caigo de sueño y cansancio, tengo fiebre.

Observo cómo sembráis el polvo del fuego muerto

Sobre mi blanca obra y sonriendo os confieso:

Vendrán nevadas mucho más copiosas después de mí…

Y todo el blanco del mundo nevará sobre vosotros,

Intentad entender su ley desde ahora,

Vendrán gigantescas nevadas blancas después de nosotros,

Y no vais a tener suficiente ceniza,

Y desde pequeños los niños aprenderán a nevar,

Y el blanco cubrirá vuestro débil rechazo

Y la tierra entrará en la rotación de las estrellas

Como un astro de nieve ardiendo.

 

 

 

 

¿Hemos crecido?

 

¿Hemos crecido? ¿Somos personas maduras?

Cuántos miles de matices pudren un color…

Queridos y ridículos, lejos quedan esos días

En que dividíamos el mundo en buenos y malos.

Nos hemos hecho fuertes nadando en el desconcierto

Como Aquiles en la laguna Estigia,

Pero del talón vulnerable aún pende

La suerte del universo entero.

Todo es grave. Y lo comprendemos todo.

De ahora en adelante el tiempo va a pasar inalterable.

Solo nos delata adolescentes la ausencia

Del sabio terror ante la muerte.

 

 

 

 

-Ana Blandiana
Primera persona del plural / El talón vulnerable
Traducción de Viorica Patea y Natalia Carbajosa
Colección Visor de Poesía
España, 2021

 

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Ana Blandiana (Timișoara, Rumanía 1942). Poeta, prosista y ensayista de excepción, es una figura legendaria de la literatura rumana y una de las voces ... LEER MÁS DEL AUTOR