Amadeo Gravino

El poeta le habla a su muerte

 

 

 

 

 

Carpintería

 

allí estaban

el cedro colorado

el pino

el roble

doradas astillas

sierras

cepillos

serruchos

 

allí estaban

tablas

tirantes

tacos

la garlopa

las limas

y las lijas

el barniz

y la laca

 

me inundaba su mágica música

todos los mágicos violines de la carpintería

 

 

 

 

El poeta le habla a su muerte

 

–no me jodás ahora

que toco el bandoneón para la gloria

“para plegar los cielos de París

los ángeles

la lluvia

el cabaret”

 

–después

entre lloronas sábanas de acordes

de abandonados machos

en la catrera de notas de algún tango

enloquecido de Barracas y Gardel

te juro amiga mía

cuando el otoño vuelva

voy a dormir con vos

 

 

 

 

Tango de otoño 2001 en Buenos Aires

 

mientras golpea el viento

mientras golpea

la copa de los tilos

mientras golpea

-fiero-

en los techos de chapa

en las vidrieras sucias

 

ahora

mientras golpea el viento

con su puño cerrado

sin piedad crece el otoño

como un roble dorado

como una flor violeta

 

ahora

mientras golpea el viento

con su puño cerrado

sin piedad crece el otoño frío

que marcha hacia el abismo

que marcha hacia el espanto

y nos hace temblar

mientras que desde lejos

Dios nos está mirando

sufrir en Buenos Aires

 

 

 

 

The end

 

tengo 75 años

estoy enfermo

solo

pero le confesé

que la amaba

pese a todo

para que lo supiera

nada más

 

bendigo sus virtudes

su belleza que es del cielo

pero no estoy para vivir amores

dentro de poco

la muerte me golpeará la puerta

 

 

 

 

Ella

 

“ella camina bellamente como la noche”

vientos cantan en ella música de estrellas

dulce melodía que adormece a los gatos

 

alegría

sube la alegría

de gestos de sus manos

mientras se queja el viento

niño rubio que repica su amor

en sus campanas

 

 

 

 

Ana

 

es alegre y luminosa

una princesa

pájaros cantan en su risa

la acunan los claveles

que envidian las estrellas

hay milagrosa música

en sus ojos húmedos de mar

Ana es un hada

de países encantados

a veces

suelta palabras

que hacen vibrar el alma

los misterios

los sueños

 

 

 

 

La música

 

ella conversa con las nubes

abraza las grúas

baja del cielo entre bailarines

trompetas

tambores

contrabajos

y pájaros de cobre

 

ella es aceite

limón

manteca

manzana

sal

harina

 

la música es licor

y te emborracha

 

Amadeo Gravino (1945-2024). Nació y vivió en Buenos Aires, ciudad que es gran protagonista de su poesía. Publicó más de 50 títulos en poesía. Figura ... LEER MÁS DEL AUTOR