Alice Massénat

Vergüenza de estar viva con su muerte en mi cráneo

 

 

 

Nota de presentación por Floriano Martins
Traducción al español de Berta Lucía Estrada

 

No sé si soy realmente una surrealista. He estado inmersa en un mundo surrealista desde mi infancia, aunque solo sea a través de la biblioteca de mi padre, que está dedicada al surrealismo. Estaba convencida –pensé de niña– de que cuando él muriera, todo su conocimiento sobre el tema pasaría automáticamente a mi cerebro. Así que nunca he leído nada teórico o histórico sobre el tema. Las palabras con las que Alice Massénat comenzó nuestro encuentro dan cuenta de un surrealismo mucho más allá de la letra. Como le dije, la escritura automática es un mecanismo para conectar con el instante. A través de él también es posible llegar a la enigmática profundidad del silencio. Pero no creo que la intervención de corrección de escritura, digamos mediúmnica, sea algo que haga menos surrealista la experiencia creativa. Luego comentó: Usted leyó un poema mío. ¿Realmente podemos encajar mis poemas en algún movimiento? De todos modos, muchos de mis amigos son surrealistas, grupos etc. También está la noción de juego. Dibujo y Willem den Broeder completa mis dibujos. Mis poemas están escritos impulsivamente, mucho más por el ritmo y la asociación de ideas, la escansión, que por el sentido. Solo repaso las palabras que aparecen muy a menudo en mis libros. Su poesía es un grito de dolor desencarnado con un fuerte acento lírico y una perenne cascada de imágenes. Un surrealismo lleno de esencia humana, como en este pasaje: Dígame / que la locura secuestrada desollará algún día / dígame que aquí estoy / llamar atrozmente / un silencio blasfemo. La traducción al español de Berta Lucía Estrada captura fielmente el dolor de toda una vida. Entre sus libros más recientes se encuentran La Vouivre encéphale (2013), Les Dieux-Vases (2015), Le Squelette exhaustif (2019), Glossolalie des ongles (2019), La Balafre au minois (2020), L’Ombre à cœur (2021 ).

 

 

 

 

Poemas de Alice Massénat

 

 

1.

Quisiera decir esos alegatos que ya no existen

más allá de la sangre que golpea

la hoz esculpe el desconcierto de nuestros cuerpos

hasta no creer más

 

Ya no hay sexo

solo la alcoba vigilante

violada

ultrajada

y este collar de muertos empapados

que solo existen si balbucean

 

Yo le dedico mi registro, mis espasmos y nuestros orgasmos

a los deslices en el espejo

con un gancho certero de derecha

 

Odiar es un lujo

los adoquines se ahogan en sus pleonasmos

de esos villorrios de colmillos indignos

y corto por descuido

los ángulos de mi cerebro

 

 

2.

Por qué este descuartizamiento

conmigo misma sin más

con rupturas de correas

 

Dormirme aquí mismo sobre mis navajas

que se inervan en el patíbulo

Torturarme con las excavaciones que no llegan

y convertirlos en una pesadilla

todo menos enrojecer

El paroxismo enjaulado y conturbado

 

Dígame que una voz

arenga la multitud desde sus vísceras

perpetrada

a su muerte

Reventarse antes que esos murmullos torpes

 

Dígame

que la locura secuestrada se desollará algún día

dígame que hago aquí

a callar atrozmente

un silencio blasfemo

 

 

3.

Vergüenza de estar viva con su muerte en mi cráneo

simple residuo en insulto

Yo dedico mi cuerpo a mi escalpelo

la fiebre del desespero

 

Furiosa

la viola a ruedas estridentes del ejecutado

primer delirio del día

de esas katanas el jurado se ríe a carcajadas

una grúa se enamora del clamor

 

Con la punta del puñal las entrañas se escriben

el final está acá

desordenado en un pedestal de pacotilla

 

Mi cólera arrancada

y ese palo incrustado dentro de mí

niega hasta la obra

 

Odio ese sexo yugo

odio mis vísceras y mis fantasmas

a mil leguas de aquí

odio hasta las lágrimas

simples contusiones

y me apago en el locutorio

 

 

4.

En las profundidades de nuestros lacustres

el armario que se empala

Combate de gallos que se desmoronan la censura

solo leen

esas escorias de mierda

Esos machos engañados sin ninguna distinción

que

se desmayan con el menor reflujo

 

La vindicta al locutorio

consagro la dentadura postiza y cataplasmas

a las sirenas de nuestras zarzas

 

El delirio que se abriga al menor energúmeno

de golpear este asfalto

el Hombre yace

prolífico

y en todos esos perdedores

yo violo su cicuta

la emergencia

 

Agotado de precariedad y de catafalcos

en sus manos declinará el mártir

sin pestañear

 

Mi negro es loco

y esas alabardas calladas

el caldero me dice los males de cada día

 

Alice Massénat (Francia, 1966). Poeta y artista plástica. Vive en París, donde trabaja como revisora de libros. En dibujo trabaja junto a Willem den Broe ... LEER MÁS DEL AUTOR