Alejandro Cortés González

El señor notario

 

 

 

 

La ausencia que damos

 

A la ausencia que damos

la llamamos Dios

 

Dios te cuide

quiere decir:

Ojalá te cuide alguien que no sea yo

Dios te proteja:

Ojalá te proteja alguien que no sea yo

Ve con Dios:

Quiero que vayas con alguien que no sea yo

Dios te pague:

Ojalá te pague alguien que no sea yo

Dios, ayúdame:

Quiero que me ayude alguien que no sea yo

Dios mío:

Quiero acogerme a alguien más grande que yo

 

E imploramos a la ausencia que damos

A esa parte de nosotros

que sin necesidad de existir

nos acoge

 

Dios es tan grande como aquello que nos falta

 

Quizá lo que nos falta sea crear a Dios

Es decir:

Crear a alguien que no seas tú

para que te acoja dentro de ti

porque estás solo

la jornada abruma

lo real no basta

porque el mito es fuente primigenia de creación

y a veces pesa tanto el mundo

que hace bien el mito de que algo en un cuartito sagrado dentro de nosotros mismos

como el apéndice científicamente inútil de una vejiga natatoria

conserva al hombre en tierra

durante los días de diluvio.

 

 

 

 

El señor notario

 

Que la mirada ofrendada a la calle

no se pierda al cerrar los párpados

 

Servirá de poco escrutar en las fachadas

o en el anonimato de quienes las caminan

 

Se sabe de la humedad que carcome la piel de las casas

y los muros de los hombres

 

Tal vez nunca se vuelvan a juntar estas cosas que ahora le hablan a los ojos. Por eso, ellos

evaden la coloración del ruido… callan ante una secreta voz. Y no son fiables las fotografías.

Su párpado de pez se embelesa con la belleza de lo bello, con la forma de lo formado. A veces,

por buscar lo que cualquiera encuentra, no se percibe la atmósfera real de la atmósfera.

 

Quien al mirar por la ventana presencia la imagen

querrá celebrar su arribo

 

Con la contemplación callada

la imagen sabrá que es bienvenida

y que unos ojos esperan escucharla

 

Para robarle al tiempo sus luciérnagas

hay que escribir un silencio con otro

 

Por lo tanto:

 

Que haya registro de la tarde en la Panadería San Isidro

Frente a un pan finamente rebanado

los ancianos mastican una hora de soledad

 

Que se expida el acta de la noche en La Normanda

Bajo su araña de candiles

lo que fuimos siempre está de vuelta

 

Que se abra un sumario a las puertas cerradas

La luz se recoge para entrar en el umbral

Las apariciones son sombras de las sombras

 

Cláusula de confidencialidad:

 

Me gusta pensar que mi paso por el mundo es más que un simple seguir de filas; que, además,

puedo ser el notario de un instante donde lo poético ha abierto grietas de luz sobre los días.

 

Consideraciones:

 

En razón a que sólo notarios y contadores pueden dar fe pública de la existencia de algo o alguien,

aquí lo poético crea un orden notarial y da fe de su existencia, porque lo imaginado o presentido,

no es lo inexistente.

 

Se resuelve entonces:

 

Que se oficie al poeta para dar fe notarial de las apariciones

Que se constituya por escrito la Fundación de la Mirada

Y que las horas recuperen su expediente de imágenes

cuando se cierren los párpados.

 

 

 

 

Desautenticación personal

 

Yo no soy el firmante al dorso de mi documento de identidad. Yo soy el que va al trabajo, a los cafés,

a los talleres; el que aliteradamente vive, bebe y babea. El que destina gran parte de su tiempo a la

práctica notarial de dar fe sobre epifanías y apariciones. El que entrega hasta su propia identidad

para que un escritor exista. Pido al despacho, muy respetuosamente, se me asigne un nombre que

yo mismo no me pueda quitar.

 

 

 

 

Un hombre rudo camina como si estuviera en un videoclip de Guns N´ Roses

 

Hay hombres que pasean con pitbulls y rottweilers para verse rudos

Pero un hombre rudo

realmente rudo

enciende un cigarrillo mientras arrastra por la cola a un cocodrilo africano

 

Un hombre rudo camina como si estuviera en un videoclip de Guns N´ Roses

y al final se da el lujo de amedrentar a Axl Rose

 

Un hombre rudo tiene un nido de zarigüeyas en la rueda del hámster

y se afeita la barba con una barba de abejas

 

La casa de un hombre rudo tiene un puma sobre el tejado

un tiburón en la bañera

y pirañas en el agua de los baños

 

El garaje de un hombre rudo tiene una jaula de águilas calvas

que se alimentan de gatos

que se alimentan de canarios

que se alimentan de las tarántulas

que en cada esquina tejen una red

 

Un hombre rudo no es un tigre en la cama

Tiene un tigre en la cama al cual golpea antes de hacerle el amor a una mujer

y termina con un grito de diez segundos al estilo de You Could Be Mine

 

Un hombre rudo se abriga con bufandas de piel de boa

sin matar la boa

Y en venganza adánica la obliga a tragar manzanas

 

Cuando un hombre rudo saca la leche de la nevera

es porque en la nevera tiene a una búfala pariendo

 

Un hombre rudo camina descalzo sobre su alfombra de piel de oso

aunque el oso todavía esté usando esa piel

 

Un hombre rudo mira al miedo a los ojos

y hace que el miedo tiemble de miedo

 

Un hombre rudo tiene…

La casa de un hombre rudo tiene…

El garaje de un hombre rudo tiene…

Hollywood nos ha enseñado que la rudeza de un hombre

está en tener

Y no sé qué más decir de un hombre rudo

No conozco personalmente a ninguno

y creo que cualquier persona se alejaría de él

 

Excepto Chuck Norris

Porque Chuck Norris tiene un afiche de Schwarzenegger en su habitación

y ese sí que fue un hombre rudo

dentro y fuera de Hollywood

 

Él fue el gobernador más rudo que ha entrado a un salón de belleza en Texas

para que una mexicana que trabajaba quince horas diarias

sostenía a su familia y enviaba dinero a Guadalajara

una mexicana

realmente ruda

le arreglara el pelo

y le hiciera el manicure.

 

 

 

 

Hay quejas de que en Colombia se levanta una piedra y aparece un poeta

 

Lo mismo dicen de México

de Perú

de Chile

y de otros lugares

Las piedras no engendran poetas

las heridas sí

Y no tienen que ser propias

Un poeta puede

—debe poder—

cantar los ultrajes de otros como suyos

porque entiende la gran cicatriz de ser parte de todos

 

Cantar hasta las llagas de las cosas

con tonadillas alegres satíricas épicas melancólicas

Darles el registro tonal

para que sean dignas de un antro o de una matiné

 

Y todas son lesiones

Incluso la felicidad deja una marca

Entonces no se quejen de la proliferación de poetas en ciertas tierras

Si les desagrada la profundidad de las heridas

traten de caminar sin remover las piedras.

 

 

 

 

Arte poética con bombillo roto

 

Un foco ha estallado

Recogemos los cristales en el primer papel que encontramos

sin darnos cuenta de que tiene escrito un poema

 

Tal vez para esto existen los poemas

Para recoger en ellos

sin darnos cuenta

los pedazos luminosos

de lo que se va rompiendo.

 

 

 

 

Home sweet home

 

Los sábados durante mi último año de colegio, recorría discotiendas en busca de música de

Mötley Crüe. En un almacén del barrio Galerías encontré en acetato Dr. Feelgood, su álbum

más reciente. Anduve las calles del centro, desde la diecinueve hasta la veinticuatro, y conseguí

Girls, girls, girls también en acetato, Too fast for love y Shout at the devil en CD, y por encargo,

después de dos meses de trámites de importación, Theater of pain en casete. Tan pronto lo tuve

en mis manos lo metí al walkman. La quinta canción del lado A era mi favorita: Home sweet home.

Me notó tan feliz el vendedor, que me regaló dos afiches de la banda. Mi papá los vio pegados en la

pared de mi cuarto. Vio los acetatos. Los cedés. No entendió lo del maquillaje glam. No le gustó eso

de gastarse la plata de las onces en música, como si la ausencia de música no dejara más vacíos que

el hambre. Lo rompió todo, hasta la tarjeta del almacén de Galerías. Pasé el resto de sábados del

bachillerato lavando las paredes de SU apartamento, escuchando en mi walkman el único casete

sobreviviente y aprendiendo que Home sweet home, es una canción de despedida.

 

Alejandro Cortés González

Bogotá, Colombia,1977. Poeta, n ... LEER MÁS DEL AUTOR