El señor notario
La ausencia que damos
A la ausencia que damos
la llamamos Dios
Dios te cuide
quiere decir:
Ojalá te cuide alguien que no sea yo
Dios te proteja:
Ojalá te proteja alguien que no sea yo
Ve con Dios:
Quiero que vayas con alguien que no sea yo
Dios te pague:
Ojalá te pague alguien que no sea yo
Dios, ayúdame:
Quiero que me ayude alguien que no sea yo
Dios mío:
Quiero acogerme a alguien más grande que yo
E imploramos a la ausencia que damos
A esa parte de nosotros
que sin necesidad de existir
nos acoge
Dios es tan grande como aquello que nos falta
Quizá lo que nos falta sea crear a Dios
Es decir:
Crear a alguien que no seas tú
para que te acoja dentro de ti
porque estás solo
la jornada abruma
lo real no basta
porque el mito es fuente primigenia de creación
y a veces pesa tanto el mundo
que hace bien el mito de que algo en un cuartito sagrado dentro de nosotros mismos
como el apéndice científicamente inútil de una vejiga natatoria
conserva al hombre en tierra
durante los días de diluvio.
El señor notario
Que la mirada ofrendada a la calle
no se pierda al cerrar los párpados
Servirá de poco escrutar en las fachadas
o en el anonimato de quienes las caminan
Se sabe de la humedad que carcome la piel de las casas
y los muros de los hombres
Tal vez nunca se vuelvan a juntar estas cosas que ahora le hablan a los ojos. Por eso, ellos
evaden la coloración del ruido… callan ante una secreta voz. Y no son fiables las fotografías.
Su párpado de pez se embelesa con la belleza de lo bello, con la forma de lo formado. A veces,
por buscar lo que cualquiera encuentra, no se percibe la atmósfera real de la atmósfera.
Quien al mirar por la ventana presencia la imagen
querrá celebrar su arribo
Con la contemplación callada
la imagen sabrá que es bienvenida
y que unos ojos esperan escucharla
Para robarle al tiempo sus luciérnagas
hay que escribir un silencio con otro
Por lo tanto:
Que haya registro de la tarde en la Panadería San Isidro
Frente a un pan finamente rebanado
los ancianos mastican una hora de soledad
Que se expida el acta de la noche en La Normanda
Bajo su araña de candiles
lo que fuimos siempre está de vuelta
Que se abra un sumario a las puertas cerradas
La luz se recoge para entrar en el umbral
Las apariciones son sombras de las sombras
Cláusula de confidencialidad:
Me gusta pensar que mi paso por el mundo es más que un simple seguir de filas; que, además,
puedo ser el notario de un instante donde lo poético ha abierto grietas de luz sobre los días.
Consideraciones:
En razón a que sólo notarios y contadores pueden dar fe pública de la existencia de algo o alguien,
aquí lo poético crea un orden notarial y da fe de su existencia, porque lo imaginado o presentido,
no es lo inexistente.
Se resuelve entonces:
Que se oficie al poeta para dar fe notarial de las apariciones
Que se constituya por escrito la Fundación de la Mirada
Y que las horas recuperen su expediente de imágenes
cuando se cierren los párpados.
Desautenticación personal
Yo no soy el firmante al dorso de mi documento de identidad. Yo soy el que va al trabajo, a los cafés,
a los talleres; el que aliteradamente vive, bebe y babea. El que destina gran parte de su tiempo a la
práctica notarial de dar fe sobre epifanías y apariciones. El que entrega hasta su propia identidad
para que un escritor exista. Pido al despacho, muy respetuosamente, se me asigne un nombre que
yo mismo no me pueda quitar.
Un hombre rudo camina como si estuviera en un videoclip de Guns N´ Roses
Hay hombres que pasean con pitbulls y rottweilers para verse rudos
Pero un hombre rudo
realmente rudo
enciende un cigarrillo mientras arrastra por la cola a un cocodrilo africano
Un hombre rudo camina como si estuviera en un videoclip de Guns N´ Roses
y al final se da el lujo de amedrentar a Axl Rose
Un hombre rudo tiene un nido de zarigüeyas en la rueda del hámster
y se afeita la barba con una barba de abejas
La casa de un hombre rudo tiene un puma sobre el tejado
un tiburón en la bañera
y pirañas en el agua de los baños
El garaje de un hombre rudo tiene una jaula de águilas calvas
que se alimentan de gatos
que se alimentan de canarios
que se alimentan de las tarántulas
que en cada esquina tejen una red
Un hombre rudo no es un tigre en la cama
Tiene un tigre en la cama al cual golpea antes de hacerle el amor a una mujer
y termina con un grito de diez segundos al estilo de You Could Be Mine
Un hombre rudo se abriga con bufandas de piel de boa
sin matar la boa
Y en venganza adánica la obliga a tragar manzanas
Cuando un hombre rudo saca la leche de la nevera
es porque en la nevera tiene a una búfala pariendo
Un hombre rudo camina descalzo sobre su alfombra de piel de oso
aunque el oso todavía esté usando esa piel
Un hombre rudo mira al miedo a los ojos
y hace que el miedo tiemble de miedo
Un hombre rudo tiene…
La casa de un hombre rudo tiene…
El garaje de un hombre rudo tiene…
Hollywood nos ha enseñado que la rudeza de un hombre
está en tener
Y no sé qué más decir de un hombre rudo
No conozco personalmente a ninguno
y creo que cualquier persona se alejaría de él
Excepto Chuck Norris
Porque Chuck Norris tiene un afiche de Schwarzenegger en su habitación
y ese sí que fue un hombre rudo
dentro y fuera de Hollywood
Él fue el gobernador más rudo que ha entrado a un salón de belleza en Texas
para que una mexicana que trabajaba quince horas diarias
sostenía a su familia y enviaba dinero a Guadalajara
una mexicana
realmente ruda
le arreglara el pelo
y le hiciera el manicure.
Hay quejas de que en Colombia se levanta una piedra y aparece un poeta
Lo mismo dicen de México
de Perú
de Chile
y de otros lugares
Las piedras no engendran poetas
las heridas sí
Y no tienen que ser propias
Un poeta puede
—debe poder—
cantar los ultrajes de otros como suyos
porque entiende la gran cicatriz de ser parte de todos
Cantar hasta las llagas de las cosas
con tonadillas alegres satíricas épicas melancólicas
Darles el registro tonal
para que sean dignas de un antro o de una matiné
Y todas son lesiones
Incluso la felicidad deja una marca
Entonces no se quejen de la proliferación de poetas en ciertas tierras
Si les desagrada la profundidad de las heridas
traten de caminar sin remover las piedras.
Arte poética con bombillo roto
Un foco ha estallado
Recogemos los cristales en el primer papel que encontramos
sin darnos cuenta de que tiene escrito un poema
Tal vez para esto existen los poemas
Para recoger en ellos
sin darnos cuenta
los pedazos luminosos
de lo que se va rompiendo.
Home sweet home
Los sábados durante mi último año de colegio, recorría discotiendas en busca de música de
Mötley Crüe. En un almacén del barrio Galerías encontré en acetato Dr. Feelgood, su álbum
más reciente. Anduve las calles del centro, desde la diecinueve hasta la veinticuatro, y conseguí
Girls, girls, girls también en acetato, Too fast for love y Shout at the devil en CD, y por encargo,
después de dos meses de trámites de importación, Theater of pain en casete. Tan pronto lo tuve
en mis manos lo metí al walkman. La quinta canción del lado A era mi favorita: Home sweet home.
Me notó tan feliz el vendedor, que me regaló dos afiches de la banda. Mi papá los vio pegados en la
pared de mi cuarto. Vio los acetatos. Los cedés. No entendió lo del maquillaje glam. No le gustó eso
de gastarse la plata de las onces en música, como si la ausencia de música no dejara más vacíos que
el hambre. Lo rompió todo, hasta la tarjeta del almacén de Galerías. Pasé el resto de sábados del
bachillerato lavando las paredes de SU apartamento, escuchando en mi walkman el único casete
sobreviviente y aprendiendo que Home sweet home, es una canción de despedida.