

Presentamos dos textos claves del reconocido poeta y traductor mexicano.
Alberto Blanco
LOS PERICOS
Hablan todo el día
y entrada la noche
a media voz discuten
con su propia sombra
y con el silencio.
Son como todo el mundo
─los pericos─
de día el cotorreo,
de noche malos sueños.
Con sus anillos de oro
en la mirada astuta,
las plumas brillantes
y el corazón inquieto
por el lenguaje…
Son como todo el mundo
─los pericos─
los que hablan mejor
tienen su jaula aparte.
MI LABERINTO
El cielo es inmenso
sobre las torres disparejas
que coronan esta colina
en la Isla de Francia
Las gárgolas negras
y las golondrinas hacen su nido
sin hacer distinciones
entre santos, vírgenes y pecadores
Y lo que por dentro es noche ornada
de monstruos y vitrales
joyas de la mente, iluminaciones
por fuera es un bloque macizo de piedra
Fortaleza, libro abierto
al día ensimismado
más abundante que las palomas
y más ligero que un gorrión
*
Entro, sigo el hilo de oro
de mi propio laberinto
y llego al centro
Me enjugo las lágrimas
con el manto de la Virgen
Pido por mis hijos:
que amen, vivan
envejezcan, lloren
y al final comprendan
Y que ya viejos
traigan a sus nietos
de la mano a recorrer
el laberinto de Chartres
Cuando tú y yo ya no seamos
más que un puñado de polvo
disperso en el agua, en el viento
una imagen de un sueño
Pero recuerda:
una vez estuve aquí
contigo
y estaré contigo siempre
*
Y cuando llegue
la hora de la hora
no tengas miedo
Toma un poco
de polvo dorado
entre tus dedos
Y siéntelo: soy yo
sólo que con otro nombre
(ahora me llamo polvo)
*
No temas
si hoy tengo
otra forma
Déjame seguir
el curso del río
de las cosas
De la vida
de la muerte
del espacio
del tiempo
Déjame ser
al fin el río
el manantial
y el mar
Chartres
julio del 2000