Agathi Dimitrouka

Difonías

 

 

 

Se presentan aquí ocho de los quince poemas escritos para ser musicalizados por el famoso compositor griego Manos Hadjidakis, entre 1980 y 1983, quien los presentó en varios conciertos y los tituló Difonías, teniendo en cuenta que se interpretasen por dos voces: juveniles y varoniles. Son traducciones de la autora revisadas por el comité editorial excepto el poema 5, en traducción de Armando Romero. Todos los poemas están incluidos en Κήπος με γιασεμάκια ο ουρανός [El cielo, jardín de jazmineros] (antología personal), Ediciones Patakis, Atenas (Grecia) 2019.

 

 

 

 

 1. Prólogo

 

Medusas incandescentes

incendiaron las salas

de los altares de mármol.

Lamentos no permito

ni lloros demorantes.

En la selva de mi corazón

unos seréis cazadores

y otros presas cobardes.

 

 

 

2. Una alegría azul

 

Sobre Propóntide

y Bosphorus

un rayo pasó

de fósforo.

 

Lunas agarenas

corrieron detrás de él,

cubriéndole huellas

y sombra.

 

Y me quedó en la mirada

y en los párpados

un surco de arena

y una alegría azul.

 

 

 

3. La trayectoria de la flecha

 

En el momento que daba agua

a los ángeles pecadores,

una pluma roja entró

en la trayectoria de la flecha.

 

Y entonces vi los ojos de Dios

atravesándome como lanzas

desde las cuencas

del cielo inclemente.

 

Y ahí donde se une

la luz con las tinieblas,

en negro va la mayoría;

en blanco, unos pocos.

 

 

 

4. Por las soledades del Emos

 

Todo lo rápido lo haces lento

como la gente que no entiende

y yo, que siempre estoy de prisa,

como un perro me he quedado

tomando el sol, el de tu rostro.

 

«Que envíes tus representantes»

me mandas, y me estás diciendo

«que ellos hagan los trabajos,

y que nosotros dos, mi dulce amor,

por las soledades del Emos

saldremos de excursión».

 

 

 

5. Si

 

a Josep Antoni Tàssies

 

Si me dan un caballo negro

y me dicen: «Encuentra tu camino»,

yo me volvería un río grande

para calmar la sed de mi caballo.

 

Si me dan hilos para bordar

y me dicen: «Viste el mundo»,

yo buscaría palomas

para anidarlas en mis brazos.

 

Si todos me dan sus amarguras

y me dicen: «Construye una ciudad»,

yo dibujaría casas verdes

para abrir sus puertas al sol.

 

Pero nadie me ha dado nada.

 

(Traducción de Armando Romero)

 

 

 

6. Dos narcisos

 

Yo soy una piedra

tú eres otra,

juntos rodamos del volcán.

Yo nunca te he contenido a ti

tampoco tú a mí,

somos dos esferas de cal.

 

Yo soy una orilla

tú eres otra,

ríos han cabido entre nosotros.

Mis manos tendidas a ti,

las tuyas a mí,

nunca lograron unirse.

 

Sentidos paralelos,

impulsos insondables

nos elevaron a cielos ignotos.

Costumbres milenarias,

buscando el olvido,

en las catacumbas de la mente se han colado.

 

Yo soy un día

tú eres otro,

mancha la noche indefinible.

Te doy mi sol,

me das el tuyo,

exiliados somos en el mismo mundo.

 

 

 

7. Como los indios

 

a Temistocles Skouras

 

Como los indios yo tejo de seda

un pájaro que quiere volar,

pero en el momento que abre sus alas,

el cielo desaparece de su vista.

 

Como los indios yo riego mi sombra

con lágrimas de los ojos de Príamo

la noche que su fratría se traicionó

y los aqueos asolaron Troya.

 

Como los indios esculpo la plata

y veo fuegos encender la memoria;

pero un niño lavado con lejía

me trae recuerdos de Shiva.

 

Como los indios amaso mi estatua

con tierra y agua del Río Blanco

para vencer el tiempo, antes de secarse el corazón,

por aquí con los sueños, con el conocimiento por allá.

 

 

 

8. Epílogo

 

Romped vuestras lanzas

y dejad las filas:

las cosas invisibles

no las habéis comprendido.

Agathi Dimitrouka (Missolonghi, Grecia, 1958). Albacea del gran poeta Nikos Gatsos, es autora de cuatro libros de poesía, ocho de literatura infantil, de su ... LEER MÁS DEL AUTOR