Maria Palitachi

Telón invernal

 

 

 

Escritorio

 

I

 

En cada ciudad del norte

existe un Downtown desgastado

de vedar ciudadanías para un sueño

 

empuja papeles de izquierda a derecha

hasta perderse en el aire de basura

 

(tus) ojos de lupa dedos de yeso

y carbón mojado

 

renegadas sean tus cuatro patas

y las credenciales que engavetas

 

escritorio, tus manos de abandono

recorren los alrededores de una taza

de café latte

huella que dejas al terminar el día

 

mientras el primo a la espera de su esposa

e hijos mi mujer sufre sin su familia

yo por ella

 

enjaulaste niños y parientes en código de área

sin recordar hacia donde los punteaste.

 

Escritorio arrebatas la esperanza

entre el polvo y la tinta seca

separas y aplastas familias sin compasión,

 

tus canturreos laceran almas

tus gavetas no tienen una pluma

que libere el nombre de Juana

de Pedrito Rosario, Esteban, Lucia

Carla, Brenda, Alberto José o María

 

(no estampas sellos para que brille tu madera)

estas asegurado contra la burocracia de la polilla

mientras nosotros los soñadores morimos en la demora.

 

 

II

 

El sueño americano queda en la desgracia

de los miles fallecidos sin ser sepultados

 

La migra nos descalabra

crea un llanto que en la noche

penetra como el coyote

que reclama al más allá

por los demás exiliados desaparecidos

sin epitafios en el desierto y en el río

 

mientras las ventanas panorámicas

te rodean los que no caen en la vía

y logran cruzar el Red Tape

tu democracia los detiene

 

escritorio tu reloj malgasta memes

mientras el dolor salta al pueblo

 

¿por qué no copias el modelo de Europa

sin fronteras?

 

escritorio tú solo alcanzas a garrapatear

y separar indocumentados,

pendiente los enjaulas como perros callejeros

 

nos juegas como peones de ajedrez

mientras el ICE y los federalis

nos desfiguran (a cuchilladas)

 

me citaste una vez

tomé prestado una corbata y sombrilla

no me dejaron pasar

argumentaron que le debo a un tal tío Sam,

 

denigrada sea la silla que te hace compañía,

espero la carcoma los devore a tiempo

y, que esa lámpara asentada en tus maderos,

ilumine los criterios.

 

 

 

Kurdistán por un memo te trituran

 

Y ahora

¿a quién le responden?

Diga usted, ¿quién firmo el memo?

 

En medio de las monedas negras

y el ocio holgazaneo firman el

Red Dead Redemption

 

y entonces

 

¿quién creó el memo que a muleta las calles

y polvoriza los pensamientos?

 

Los quehaceres en Kurdistán

se han convertido en (el) sálvese

quién pueda

de escombros masticados por buitres.

 

La música de cohetes

los adiestra a correr con mesura.

 

-En el ruedo de la humanidad

desgarran familias vecindarios

y una ciudad…

 

Hoy ayer y mañana quien le explica

a esos niños que tuvieron padres

que no se sabe como se llaman

ni con cual apellido los engendraron.

 

se han creado una deuda histórica

de una carreta sin burro y un burro sin carreta.

 

¿Quién llenó aquel memo que carga historias detrás del chador,

de un cristo extraviado

entre clavos, madera

y una piel que llora

por regresar a la mitad

de un pueblo del medio oriente?

 

Como cruzaran el puente de liberación

si le amputan las alas;

¿Quién firmo?

Carajo,

¿quién lo envió?

 

Mientras Bagdad sufre presión arterial por las venas de petróleo,

en el norte se firman dos memos

de ajedrez político.

 

Entonces:

 

¡Ah!

Ya.

 

Ese memo sabemos quién lo patento.

¿Y Ahora?

-¿Ahora que?

 

Recargan las baterías…

 

 

 

 

Telón invernal

 

Serenata del silencio

 

migraciones forzadas

de un Kosovo desaparecido

una Armenia de niños huérfanos

y una Palestina como el queso Suizo

 

lagrimas encapsuladas en las costas

maquilladas por Tsunamis

y por las injusticias del Haarp

 

residuos de huesos polvorientos

espantan los ojos

telas de araña sostienen las mentiras.

 

 

II

 

otra noche en silencio ronda

 

una compra venta sin dólares

desde aquel purgante del rio grande

que no es el río bravo

 

una hemorragia

ahoga las mejillas

de criaturas sin culpa

 

opaco el deseo

de los chocos Americanos

 

avecina un circo de Rusia

 

los malabares se repiten

se repiten desde la falsedad

del uso sin razón

 

presagio de catástrofes

 

sabemos que este largo metraje

tiene la cinta rota

tragamos su veneno con dolor

 

nos exterminan mientras le venden

al resto mentiras de paz

 

en el invento de estar perdidos

nos cambiaron oro por espejitos

desnudaron la alegría

de nuestros ojos

 

en el telón de Vietnam

del 9-11 los espantos en Ferguzon

en el ebola

en el teclado de guerra en el Boko haram

sierra León Siria

y lo que avecina desde Asia

 

si no queman la venda

si no abren los ojos que escuchen

la verdadera serenata del nuevo orden

 

de a poco se creerán que existimos

en un lugar prestado

en un ave Maria

en un credo

en la ignorancia del Twitter

y home run de los Pokemones.

 

 

 

 

Hope

 

Mi país es una frontera derramada

a ella le muerden su foresta

(para hacer carbón)

 

en la bandera de mi país

ya no se ve el escudo

 

cansado de ser usado para limpiar

heces que defecan en las calles

 

mi país es una frontera rota

que no debió crecer pudriéndose

 

los cascos azules duermen

como los polis acostados

 

mi país hoy sombra del racismo

y enjambré usado de cañaverales

 

en mi país no sobra

lo que hoy nos hace falta

memoria

 

las flores son espinas de crematorios

las lechugas marchitas (contaminadas)

por el ejercito sin jardinería

 

atados al reportaje sombra

en el nombre de la Hispañola

levantan el telón de mi país

 

el escenario se quiebra

los tambores suenan otros vientos

 

en otra burbuja clandestina

la hojalata de güiro se oxida

a la intemperie de la ignorancia

 

hay un pedazo de tierra

que flota sin rumbo como isla

adolorida sin brazos

pañales y campamentos

 

mienten que se van

mienten que están de paso

 

ya se quedan se quedan

sin haber llegado.

 

 

 

Aquí estoy de vuelta

 

Aquí estoy de vuelta

en el calor del trafico

 

las piernas calientes

se forma el tapón

suben el puente

como pelos de erizos

en el mar

 

de vuelta me desvisto de las pieles

que pasean horondas por mi cuerpo

desde el carro prestado

de vidrios opacos

con la matricula vencida

y los faroles apagados

escucho un merengón

 

subo el cristal y empieza el chupetón

hasta que sale el espesor

 

la calma me pone a dormir

después que le robamos

el tiempo al puente

 

Aquí estoy de vuelta

en el calor del trafico

 

se partió el plástico

y sobrevive un feto

 

baja el puente vence el deseo

de vuelta compro en Amazon

pago por PayPal a los fantasmas

que avecinan con el calor

 

un deja-vu

sin trafico y sin pelos como un desierto

con la lengua mojada de arena

 

de vuelta voy al mismo lugar

en bici sin merengón y chupetón.

 

María Palitachi República Dominicana. Poeta, conferencista, reportera y editora. (AWA) cuatro veces galardonada en el Latino Book Award, 2017, 2018 y 2019. ... LEER MÁS DEL AUTOR