Variaciones de un día
Variaciones de un día
Desconozco, lo reconozco, la instantaneidad
(quien no tiene tiempo
para más sería Dios)
desconozco la
simultaneidad, y
más ahora dada
mi provecta edad,
incapacidad de
realizar con una
mano dos funciones,
objeciones, triple
carpintería y con
una mente tres
ejecuciones, doble
práctica, como
mucho me basta
un ejercicio que
se desdobla, se
repliega, llega a
su cometido
(duración) termino:
descansar, no doy
más (treinta minutos
de calistenia y
tumbarme a
dormitar).
Hice la cruz el día que nací y veo con buenos
ojos se haya prolongado,
se prolonguen mis ristras
por escrito, la verba
sitiando cuanto puede
la presencia (¿habrá
tal cosa?) del Verbo:
darse a fin de cuentas
el poema (éste) (aquél)
deseado, ceda para mi
quietud su cuerpo
sobrepuesto a este
cuerpo mío en el
espejo y del otro
lado de mis tinieblas:
cruz inverosímil,
séptimo sello a la
espera de ser abierta
la escritura: a la mesa
el cordero chamuscado
a repartir (seríamos
dieciséis) la distribución,
concédase, no contemple
la posibilidad de la
multiplicación, cinco
peces cinco panes
son cinco panes cinco
peces.
Dios es Dios y yo su alfeñique.
Toda vocación se reconoce o soslaya, en todo caso
la actividad no sobrepasa
la hora de trabajo al día,
a la noche dormir como
todo hijo de vecino, a la
hora del almuerzo (no
atracarse) comer: a
un lado la vocación,
el día en adelante al
servicio de las artes
(manuales) o la
insustancialidad:
termine Troya de
arder, barra yo sus
cenizas, irme a echar
los bofes a una playa
al sur de Chile a leer
novelas policiacas,
ver cormoranes pasar.