Roxana Elvridge-Thomas

Relámpago y otros textos

 

 

 

RAYO

 

Parte el cedro.

Flecha

Tigre

Lanza

Eléctrico golpe que inflama.

Desploma en ardores

su sino de arma fulgente.

Furia arrancada a los dioses.

Mirada de airados designios.

Ruge, troza.

Abrasa el choque de su marcha.

 

 

 

RELÁMPAGO

 

Rasga el vientre

de incólume bestia aérea.

Fragores que rugen.

Estrépito marca con furia su rastro de fuego.

Estraga los pliegues.

Fractura el instante

eterniza el segundo en que estalla.

Azota la puerta al salir.

 

 

 

VAPOR

 

Exhala oclusivas pendientes.

Ondula.

Despliega su oficio

a aquél que contempla, cerrados los ojos,

con piel, con pestañas,

con yemas febriles,

con poros absortos al fuego

el soplo que ardiente

conduce sentidos al orbe convexo

al paso silente

del fuego interior.

 

 

 

FÓSFORO

 

Fósforo estalla.

Sustento.

Exhibe su chispa en heroico flash-back que despunta.

Conífero mártir gruñente.

Se vuelca en conflicto

traspasa la euforia

termina su vida:

susurros en off.

 

 

 

LLAMA

 

Lento ulular de los sones.

Ménades pulsan su danza.

Lánguido asciende el aliento

al lacio abandono del ritmo.

Flexiona el extremo, entrega

el talle luciente al ritual.

Flota, imagen bruñida

en sutil vasallaje al suspiro.

El fasto que aviva su forma

irrumpe con prendas que preñan

de rumba el impulso

y prisma prolijo

enciende el resuello

de bastos confines.

Se agita en fragores.

Inunda en delirio su voz.

 

 

 

FUEGO

 

Bestia que inflama aposentos internos.

Cruel y diversa,

bella y terrible.

Seduce en estruendos,

inflama el impío territorio.

Su coce aviva secretos.

Perfecta premisa de augurios

es templo y calcina en su trono.

Embiste e inmola

sus patas trituran legiones

sus alas arrasan comarcas

sus rabos escriben con marcas de sangre.

Sus fauces horadan al que ose

luchar contra él.

 

 

 

CENIZA

 

No sueña: respira. Nocturna de frágil cimiento, untoso abandono a la cifra.

Sutil soledad al acecho:

¿Serán los arribos del ave que siendo gusano resuena al cabo de días sus flamas?

¿Será degustar el arrobo de frágil memoria, humores de fuegos lejanos?

¿O aguarda que viudas y ancianos cubran la frente en sus lutos?

Respira y espera.

Espira e inhala.

Silencio que arropa memorias, deshechos, arcanos.

Consume su aliento en renuncia letal al latido.

 

 

 

VERANO

 

Se esparcen mieles densas por su cuerpo.

Derrama adormecidas infusiones,

espesa la sangre lentamente para luego aletargar a los mortales.

Pasta en los sudores que alienta,

bebe de la sed que explora pieles,

deambula por cordura enardecida.

Es sabio y cruel.

Goza el descaro, la impaciencia, el terror.

Ceba ira

seducciones

luego engulle a los caídos en sus garras.

Es ánfora de aceite donde escalda a los endebles,

Lengua que pasea su sequedad entre los pliegues,

golpe de vapor insospechado,

clamor que graba el aire de candelas al marcharse.

Al cabo de los ciclos volverá.

 

 

 

MALGRAT

 

Bulle la epidermis  como lenta bulle, por internos tramos, la zozobra.

Lejano el cuerpo de otras costas donde el mar es cálido y la arena frágil llama entre las yemas.

Lejano el lengüetazo de los cielos.

Sin embargo, la piel es atizada

y los sentidos

-cardos que atenazan la impaciencia-

emanan con su estela el argumento.

Dejarse embestir por esa fría caricia que inflama.

El cuerpo es una hoguera que escuece entresijos donde mora.

A pesar del vértigo que emana

de ese fiero ojo áureo.

A pesar de su presencia turbadora.

A pesar del viento.

A pesar del frío.

Malgrat el mar.

 

Roxana Elvridge-Thomas (Ciudad de México, 1964).  Ha obtenido varios premios nacionales e internacionales tanto de poesía como de ensayo. Ha publicado ocho libr ... LEER MÁS DEL AUTOR