Ejercicio del tarjador
ADELANTO LIBRO “BALANDRA, TALA EDICIONES, 2020.
Ejercicio del tarjador
(Mallarme)
El ejercicio más duro es la escritura
mientras el mundo parece un prado
Confía en el supremo adiós de los pañuelos
y en la constante palabra de la brisa
Dime de qué color palidece la tarde
y qué escrito tarjarás para siempre.
Cruz del sur
Ya sabes que La Cruz del Sur nos vigila
cuando la ciudad nos abandona
y los bares ya cerraron
Estamos en el litoral frente al mar
y sólo permanece
lo que escribí con los pies en la arena.
Carta de amor a destiempo
La maldita palabra amor
y el beso que la empapa:
Eso fuiste mujer en estas calles de los cerros
Guardo reliquias por cábala: Pulseras tontas con tu nombre
y fotografías de cámaras de cajón
Si yo gimiera un poema de aquellos años
volverías a mí seguramente con la excusa de acostarte
o tener un lugar sin patria en el tiempo
y esta cita es lo único que tiene sentido
más otras que guardamos como fragmentos
de un tiempo leve como el volar de las gaviotas
La historia es corta y casi cinematográfica
en el abuso de un final como Casablanca:
La mujer que se va el hombre con impermeable.
Ángeles en Berlín
A Sergio Ojeda
El litoral que espera a las mujeres en verano
El sueño que sueña el adolescente delgado
frente a frente al amanecer
(sin relojes ni alcobas)
El campanario de la iglesia de provincia
que le recuerda a Rilke
Todos los relatos vívidos del primer trago
La oscura casa del pecado
La oscura casa de la culpa
La bella ciudad de los ángeles en Berlín.
Bares de Chile
I
Piensa en Mallorca como un paso al otro mundo
riega el jardín secreto cada día escribiendo
Juega con bolas de nieve en Berlín
emborráchate en Ámsterdam
Mientras yo temo desaparecer
en los espejos de estos bares de Chile.
París, Texas
A Marcela Acuña (Q. E. P. D)
Aún recuerdo tu rostro perdido viendo París, Texas
La lluvia es un recuerdo olvidado que golpea las ventanas
Ebrios de cerveza recorremos la ciudad insomne
y una música de otro mundo reemplaza a las bocinas.
Cifrado en las nubes
Cifrado en las nubes de antaño
el espejo de la edad
se nubla en el recuerdo de unos heliotropos
Y es necesario que las cosas hablen por nosotros
y no nosotros de las cosas
La vertiente se convierte en río
y esta lluvia no escampa más.