Jane Kenyon

Sacar afuera la Melancolía y otros poemas

 

(Traducción al español de Enrique Solinas)

Si muchos remedios son prescritos para una enfermedad,
puedes estar seguro de que la enfermedad no tiene cura.
P. CHEJOV, El jardín de los cerezos

 

 

1. Desde la Nursery

Cuando nací, tú esperaste
detrás de una pila de ropa en la nursery,
y cuando estuvimos solas, te acostaste
encima de mí, presionando
la bilis de la desolación en cada poro.

Y desde ese día
todo bajo el sol y la luna
me hizo triste –incluso el abalorio
amarillo de maderas que se deslizaban y giraban
a lo largo de un eje sobre mi cuna.

Tú me enseñaste a existir sin gratitud.
Arruinaste mis modales para con Dios:
“Estamos aquí simplemente para esperar la muerte;
los placeres de la tierra están sobrevalorados”.

Sólo aparecí para pertenecer a mi madre,
a vivir entre calles y bajo remeras de algodón
con broches a presión; entre luncheras de lata roja
y libretas de calificaciones en feos protectores marrones.
Ya era tuya –el anti impulso,
la mutiladora de las almas.

 

 

2. Botellas

Elavil, Ludiomil, doxepina,
Norpramin, Prozac, litio, Xanax,
Wellbutrin, Parnate, Nardil Zoloft.
La cubierta huele dulce o no tiene
olor, los polvos huelen
como el laboratorio de química en la escuela,
eso me hizo contener la respiración.

 

 

3. Sugerencia de un amigo

No serías tan depresiva
si realmente creyeras en Dios.

 

 

4. A menudo

A menudo me acuesto pronto después de cenar
como los adultos
(Me refiero a que intento esperar la oscuridad)
con el fin de alejar
desde el dolor masivo en la barca del sueño,
de mimbre frágil.

 

 

5. Una vez que se hizo la luz

Una vez, en mis treinta y pocos años, vi
que yo era un punto de luz en el gran
río de luz que ondulaba a través del tiempo.

Estaba flotando con toda
la familia humana. Éramos todos los colores –los
que están vivos ahora, los que han muerto,
aquellos que aún no han nacido. Por unos pocos

momentos yo flotaba, completamente tranquila,
y ya no odiaba tener que existir.

Como un cuervo que huele sangre caliente
tú vienes volando para sacarme
de la corriente que brilla con intensidad.
“¡Yo te sostendré. Nunca dejo que los que amo
se ahoguen! “. Después de eso, lloré durante días.

 

 

6. Dentro y fuera

El perro busca hasta que me encuentra
en el piso de arriba, se acuesta con estrépito
de codos, pone su cabeza sobre mi pie.

A veces el sonido de su respiración
guarda mi vida –adentro y afuera, adentro
y afuera; una pausa, un largo suspiro…

 

 

7. Perdón

Un pedazo de carne quemada
lleva mi ropa, habla
en mi voz, despacha obligaciones
en forma vacilante, o nada en absoluto.
Es cansador intentar
tener valor, cansa
sin medida.

Pasamos al monoamino inhibidor
de la oxidasa. Día y noche
siento como si hubiera bebido seis tazas
de café, pero el dolor para
abruptamente. Con la maravilla
y la amargura de alguien indultado
por un crimen que no cometió
vuelvo al matrimonio y a los amigos,
a los flecos rosas de las malvarrosas; regreso
a mi escritorio, a los libros, a la silla.

 

Jane Kenyon (23 de mayo de 1947 - 22 de abril de 1995). Fue una poeta y traductora estadounidense. Nació y creció en Michigan. Obtuvo el título de Ba ... LEER MÁS DEL AUTOR