Álvaro Solís. Ningún reclamo

 

Presentamos tres textos del reconocido poeta mexicano pertenecientes a su libro Cantalao.

 

 

Álvaro Solís

 

 

NINGÚN RECLAMO

 

a J. K., in memoriam

 

Morirnos todos fue la consigna,

no importa si en grandes cruces (y con

renombre), pero morirnos, cerrar la puerta al salir

 

y con cerrojo. Morirnos todos

 

de uno en uno o por montones,

pero ausentarnos de nuestras

casas, de la oficina y de los bares,

 

ausentarnos de las esquinas donde el semáforo

detiene los pasos nuestros hacia la tumba.

 

Morirnos todos y para siempre,

fue la consigna, que algunos cumplen

antes de tiempo.

 

 

 

 

EL AHOGADO

 

Los ahogados son como los barcos,

pero sin velas, sin dirección, sin puerto.

 

Si los marinos por el mar se

nombran, ¿cómo se llama el que

navega en ríos?

 

 

 

 

TESTAMENTO

 

Con discreción, tírenme al río, que mi cuerpo, ceniza entonces,

no provoque marejadas,

que no me rapte el viento en sus efluvios y me aleje del agua, de la boca

del pez que ansioso espera.

 

Tírenme al río, con la discreción de la ceniza, que mis manos

sucedan en el agua.

 

Tírenme al río.

Yo conozco el ardid de la carnada y mis brazos,

buscan siempre el rumbo que conduce hacia la infancia.

 

Con la discreción del silencio y la ceniza, tírenme al río.