

Presentamos dos textos del célebre autor español.
Leopoldo María Panero
El lamento de José de Arimatea
No soporto la voz humana,
mujer, tapa los gritos del
mercado y que no vuelva
a nosotros la memoria del
hijo que nació de tu vientre.
No hay más corona de
espinas que los recuerdos
que se clavan en la carne
y hacen aullar como
aullaban
en el Gólgota los dos ladrones.
Mujer,
no te arrodilles más ante
tu hijo muerto.
Bésame en los labios
como nunca hiciste
y olvida el nombre
maldito
de Jesucristo.
Danza en la nieve
mujer maldita
danza hasta que tus pies
descalzos sangren,
el Sabbath ha empezado
y en las casas tranquilas
de los hombres
hay muchos más
lobos que aquí.
Luego de bailar toca
la nieve: verás que es buena
y que no quema tus manos
como la hoguera
en la que tanta belleza
arderá algún día.
Partiendo de los pies
hasta llegar al sexo
y arrasando los senos
y chamuscando el pelo
con un crujido como de
moscas al estallar en la vela.
Así arderá tu cuerpo
y del Sabbath quedará
tan sólo una lágrima
y tu aullido.
La monja atea
Las monjas adoran a su Dios que no existe
mientras el Papa aprieta el gatillo
y dice ‘Dios no existe’
es una imaginación de la Iglesia
que está muriendo poco a poco;
los ateos lloran al pie de una estatua.
Y el mundo dice ‘Dios no existe’
es una imaginación del Papa
mientras los ateos
lloran y lloran por su belleza perdida
y Dios ya no existe
está llorando en el infierno.
Esta es la estatua entera de la nada.