Alejandro Sánchez

Aguas adentro

 

 

 

 

 

Del poemario Aguas adentro

 

 

 

Clau:

 

Dieciséis minutos tarda escribir una despedida. Fijar las palabras, cual puntillas, sobre una pared blanca.

El hueco permite advertir la humedad, mas no el lugar de la filtración. Dieciséis minutos. Tiempo justo

y suficiente. Un minuto más traería la duda, se ablandarían las palabras.

 

Ni más, ni menos. Dieciséis minutos de escritura lenta. En los que las manos descascaran la grieta. Los

ojos ven los restos, mojados, arrugarse al tocar el suelo. Dieciséis minutos en los que cambia la necesidad

de preservar la armonía del espacio por la de contener el relente.

 

Dieciséis minutos que en tus manos serán tres de lectura. Pasarás por la fecha, tu nombre, un contenido

legible y, al final, la firma borrosa bajo el rocío de una pared que se viene abajo.

 

 

 

Clau:

Guardaba estas palabras

anidadas en mi garganta

para decirte

la palabra amor no es el amor

y el olvido es

 tan solo una palabra

para contarte

que el tiempo no está en el reloj

para hablarte

de la soledad de un cuerpo

—que nada entre los recuerdos—

para escribirte

este poema

que no es un poema

sino un testamento.

 

 

 

Día 7

 

Plinc, plinc, plinc

 

Ese incesante goteo

es el sonido de las palabras

escribir es d

                   e

                     r

                      r

                       a

                        m

                          a

                           r

                            s

                             e

 

 

 

Día 11

 

La depresión ha subido
como algo que solo le recuerda
a la marea de la bahía.
Claudia Hernández

 

I

 

Camino

entre los hibiscus

al consultorio

desde algún lugar

cercano o lejano

me acompañas

 

 

II

 

El doctor Carrasco

usa Converse rojos

como tú

 

Organiza las fechas

los acontecimientos

no dice nada concreto

como tú

 

Me hace preguntas

lo acostumbro al silencio

como a ti

 

Hacemos una actividad

recorto lágrimas hechas de fomi

cuando me pregunta qué he hecho

no encuentro las palabras

pero algo sonríe dentro de mí

 

 

III

 

En la sala de espera hace frío

las lágrimas recortadas

pueblan mis manos

una a una

las dejo caer al piso

una bahía hecha de lágrimas

 

Carrasco asoma tras la puerta

lo veo en el reflejo del agua

su voz

fuerte

clara

forma ondas concéntricas en el líquido

sus palabras llegan a mi orilla

como una ola

golpean mi cuerpo:

Debemos mantener el medicamento

 

 

 

 

Día 12

 

Alguien tapió las ventanas

el agua se estira en la oscuridad:

navego en la huida de la luz

 

 

 

 

Día 16

 

Antes de mi salida

Carrasco

en una hoja membretada

me entregó unas recomendaciones:

 

 

1.

 

Salir

sobre un pedestal vacío

oler la noche

 

Volver

al presentir la necesidad del tacto

con el tono acuoso de la madrugada

 

 

2.

 

En casa

las brasas frías del sofá

observarán la leve brizna acaparar

los espacios del calor en la ventana:

dejar lo húmedo ser

 

 

3.

 

Al dormir

cerrar cortinas

y no preocuparse:

el tránsito de las sombras

tan solo dibuja la impermanencia

 

 

4.

 

Al despertar

busque la luz

y en un frasco

guarde algunos rayos

 

 

5.

 

En caso de recaída

abra el recipiente

 

 

 

 

Día 18

 

Violeta me recuerda

las formas del amor:

 

Una vez

en medio de la lluvia

sus pies desnudos

caminaron sobre los charcos

—negros, estancados—

que se abrían a su paso

 

En casa

sequé sus plantas

reía:

sus carcajadas

apagaban los truenos

 

Otras veces

en la quietud de la noche

buscaba su aroma

como un colibrí

en una rosa cabizbaja

 

Encontrada la hondura

nadábamos

los chapoteos

del cuerpo

eran la voz del agua

 

De regreso a la orilla

Violeta descansaba

giraba el torso hacia la ventana

y al intentar abarcarla

me ahogaba en su espalda

 

Al despertar

la mañana y sus sonidos

llegaban claros

 

La luz del sol

—recostada en la cama—

entibiaba su piel

como si se hundiera en ella

 

Con mis manos

buscaba su calor

 

Violeta

abría los ojos

su luz

me guiaba

de nuevo

 

Adentro

mi cuerpo

conversaba

con el agua

antes

del temporal

 

Alejandro Sánchez (Colombia, 1995). Sociólogo y Maestro en Literatura y Cultura. Autor del libro de cuentos Canasta familiar y de los poemarios < ... LEER MÁS DEL AUTOR