Luís Valle

Siete fragmentos de Fiebre

 

 

 

 

02:43 [Enuresis nocturna. ¡Odio mi cuerpo!]. La palabra resistencia suena inútil en la cama. Algunas lágrimas trepan por el pecho hacia la D de la palabra desprecio. Siento el cuerpo borroso, desleído, la efracción inicial de la A en el verso Ad claras Asiae volemus urbes y la incomodidad de la baba en las comisuras de los delatores. La alegría sólo comienza: se hace vida. Algunos ángeles danzan con la boca llena sobre la S de la palabra suicidio.

[…]

03:40 Todo mi cuerpo es lenguaje: barco de venenos. Filas de ojos estucados en la remuda de olas arden bajo el vuelo de los grandes albatros. Así es la gloria de los pescadores y así será el fondo del glaciar. Oscuro y transparente como escribir cruces sedientas. Oscuro y obsceno como escribir gallineros negros.

[…]

09:11 [Estupor, desconcierto]. Un corazón nervioso y lento mueve la mano del ángel y entorna la puerta. El cuerpo permanece mudo y rígido, como un tormo de carne majado en la cama. Contemplo el techo… La sed es inmensa, de luz calcárea y colibrí a tranco blanco en el desierto. Hay vasos llenos de sangre, campos amarillos hasta el exterminio de las sílabas. Camino hacia al sol por fuera de mi cuerpo. Cuento los pasos dados, ¿cuántos? […]

[…]

09:37 La luz es una torre hialina, una liebre casi borrada del paisaje. Colores malignos beben de mí hasta el llanto de la sierpe y el hilo de garzas.

[…]

12:23 [Líquido cefalorraquídeo. Duermo en diagonal para separarme algo de mi cuerpo]. […] Soy un país más extenso que la mirada del águila, más lento que el buey de nieve. El sol habla de mi poco juicio y abrasa todo lo que resiste: sueño, silencio y piedra. […] Abrazo mi cuerpo a un lado de la cama. Abrazo mi cuerpo al otro lado de la cama. Son la ruina y la esperanza de un mismo cielo.

[…]

18:02 [Afasia y dolor hasta la llaga y los peines tristes]. El mundo fue durante horas soga de sombras colgadas al ojo: memorial y descenso. Noto el polvo de los lirios plantados en las esquinas del cuerpo y el espasmo de la L cuando pronuncias la palabra luz. Imposible borrar el olor a Ducados de esta página. Cuelgo mi cabeza como una lámpara de oro en el Cottolengo.

[…]

19:55 [Déjà vécu, el ruido de las agujas en el electro traduce el dolor de la montaña, el valle y la fosa]. Atravieso el tímpano del águila de fuego. Escucho con sus ojos el ascenso de la palabra noche, la sombra de la liebre cazada y el ruido de huesos de los primeros planetas. […] 20:00 Aún trabajan en mí todos los vermes de la belleza.

Luís Valle (Lugo, España, 1977). Humanista y consultor cultural. Como poeta es autor de Zigurat (2001), volumen compuesto por los libros ... LEER MÁS DEL AUTOR