Salvadora Medina Onrubia. Un largo sueño mío

 

Presentamos dos textos de la recordada poeta argentina.

 

 

 

Salvadora Medina Onrubia

 

 

MI VERSO

Como una juglaresa con sus bolas doradas
Juego yo con los metros
Para mí, el metro no tiene secretos ¡pero odio el metro!
Como la domadora india de panteras
Que con una mirada arrodilla a sus fieras
he domado la rima.
Pero odio la rima.
Me enferma la asonancia monótona del verso medido
del verso rimado
me crispa los nervios ese sonsonete
bárbaro y cansino del verso latino
odio rima y metro
estúpidas leyes
que atreverse quieren a encerrar la idea suelta, libre y única
en estrechos caminos trillados
en cuadros medidos y clasificados.
Los versos perfectos, parecen acequias,
cavaditas rectas
por dónde va un hilo recto de agua útil,
a regar jardines más o menos bellos
o a regar cebollas…
¡Santa inutilidad de la belleza
Y belleza sagrada de lo libre!
¿Quién se atreve a guardar
la luz del sol adentro de una esfera?…
¿Y a quién la idea libre
le puso trabas, y le dio caminos
y le cortó alas?…
Amo la idea en bruto que surge impetuosa
Igual que un torrente
la que no conoce vallas ni caminos
y rompe con todas las leyes posibles
abriéndose cancha
por donde su antojo soberano cuadra,
igual que un torrente brutal de belleza
que salta por todo!…
Odio los sonetos
medidos y estúpidos,
rectos y pulidos.
adonde la Idea
tiene que ajustarse a catorce versos!
Son joya muy vieja
para mis audaces audacias modernas!
Odio los tercetos,
monocordes, neutros…
Son los pareados
vagos balbuceos
que jamás consiguen agarrar la idea…
Duelen en mi oído
las cuartetas fáciles…
Como odio la rima
bárbara y monótona
del verso latino,
madre de los ripios,
monocorde y floja
¡Cómo odio la rima!
Yo presiento ya, un verso perfecto,
de belleza única…
Un verso que fluya del alma a la boca,
que fluya sonoro…
Que al par de la idea
tenga la armonía,
que sea como música
alada y sutil de palabras eufónicas…
y que no haga falta
saber el idioma para comprenderlo,
y que fluya libre,
como se le antoje,
como se le cuadre!
Lo bello, es perfecto
aunque no obedezca
cánones adustos…
El verso impecable
que en gesto de mono
no se atreve a salir de los límites
que quién sabe que
geómetra lunático
puso a la belleza,
me pone epiléptica,
me parece seco
me parece frío,
sin alma y sin nervio!…
Hace tiempo, sueño con cosas extrañas,
presiento algo nuevo,
y mis alas crecen…
El canto del pobre pájaro encerrado,
aunque sea jaula tallada en diamantes,
suena lastimoso.
Quiero abrir las alas y volar muy lejos,
hundirme en lo azul…
quiero alzar mi voz
sin moldes, ni trabas, ni estúpidas leyes..
¡Quiero que mi verso
se abra paso, rugiente y sonoro
y libre
igual que un torrente de brutal belleza
que arrase con todo!

 

 

 

UN LARGO SUEÑO MÍO

Mi madrina es un hada
de cabellos de oro
con los que hace su túnica…
Lleva en la mano un lirio…
Tiene
los pies desnudos…
Me dijo un día… qué quieres
ser?… ¿Qué ansías?
Yo, ansío, repuse, toda la Belleza
condensada en la frase…
Yo quiero ser poetisa, Hada madrina…
Dame el don
de domar las palabras
de dominar la Idea…
“…Ven y elige tu modo,
me dijo…
y me guió
al jardín de las almas
y de las maravillas.
Yo caminé a su lado
por sendas florecidas…
Tomamos leche y miel
en cuévanos votivos…
…de pronto, por la senda
sentimos acercarse
a alguien…
Era un anciano viejo como Tiempo
llevaba en las barbas prendida una estrella
sus pies ágiles en el florido sendero
de patas de chivo dejaban la huella…
¿Quién es? es el viejo Anacreonte
y puede ser Verlaine…
Pasamos…bajo los laureles
de blandos triclinios, divinas mujeres
servidas de esclavas
Presidía Sapho
Delmira bebía…
Pasamos de largo…
Más lejos, más lejos, bajo un crucifijo
toda luminosa de amor, extendía
sus manos ingrávidas Teresa de Ávila…
Pasamos
Mas lejos…
bajo los boscajes de laureles rosa
triscaban alegres blancos corderitos
ornados de cintas, oíase un son
con un claro riente, marquesas pastoras
gentiles galanes de blancas pelucas,
bailaban, amaban…
De pronto, un tumulto
que viene del bosque…¿Qué pasa?
Es un sátiro
que robó una ninfa…
Rubén nos salía
al paso, sonriente…
invitándonos,
tendiendo su mano
de príncipe…
Nosotros pasamos…
Más lejos los ojos deslumbrados vieron
un girar de círculos de todos colores
de luces vivísimas…
Luego eran triángulos
y luego octaedros…
Giraban, giraban
en una armonía geométrica y loca
¿Qué es esto?
Son versos de Herrera y Reissig…
Más lejos la selva vibró estremecida
el suelo temblaba…
un viejo centauro…
trotando llegose…
Su cuerpo de toro
tenía la cabeza del viejo divino
de la Lusitania…
de Guerra Junqueiro…
Pasamos…
Más lejos aun, más lejos…
un viejo castillo
una niña pálida, un gentil trovero
la muerte rodando…
Emilio Carrere…
Seguimos andando.
De pronto una sombra
negra y silenciosa
se escurrió a mi lado,
Mi alma sintió algo…
¿Quién es?…
Es el largo dolor musical
que Asunción Silva pone en su amargo cantar…
Pasamos…
Más lejos
hervía una carroña
llena de gusanos…
los árboles tristes
escondían serpientes en flores malsanas
sentía a Baudelaire…
Pasamos ligero…
Más lejos, músicas guerreras, frases ampulosas
todo emborrachado de loca belleza
y de egolatría.. cantaba D’Annunzio
su canto sonoro, voluptuoso a veces,
a veces heroico…
Pasamos….
Pasamos
De pronto un conjunto
de cosas enormes y cosas sencillas…
evocando Grecia, las orgirompesas
andaban con leves sandalias de plata…
Mármoles desnudos, bosques de laureles
y cielos radiantes que llovían oro…
junto de un chingolo picando en la escoba
y una sartencita con dos huevos fritos…
Lugones
Pasamos, pasamos
dejamos detrás
los más locos símbolos…
se multiplicaban, bellos o grotescos
confusos, sencillos…
Bajo un ranchito de adobe y totora
frente de la pava, pronta para el mate
templaba despacio su vieja guitarra
Santos vega el gaucho…
Pasamos, pasamos
casi ya no había
nada…
Nosotras andábamos…
Entramos al yermo
solitario y árido…
La gruta de piedra
un árbol raquítico, un cielo nublado
la cruz del cristiano…
Un cráneo, dos tibias, un seco mendrugo
agua clara, un huerto de plantas humildes
un monje muy pálido de manos heladas…
Es Amado Nervo…
Hada, mi madrina
Yo me quedo aquí
¿Cómo?… y no temen tus años
floridos, tanta seca austeridad?
Mi madrina Hada
la forma
es tosca, imperfecta…
La burda vasija de barro cocido
roja y quebradiza…
lo que hay dentro es oro puro de sabiduría…
Hada, mi madrina…
Yo me quedo aquí,
Hada, mi madrina yo me quedo aquí.