Confesiones de un jardinero y otros textos
De Confesiones de un jardinero
I
El jardín
es la medida de todas las cosas
Con la calma de lo organizado
dispone parámetros iniciales
y una lógica de la perspectiva
Anuncia dónde se levantará la casa:
orientación y dimensiones
Modela el tipo de cercado incluyendo su altura
Impone verdades absolutas:
dónde estará la entrada
los costados
y la parte trasera que acumula lo estropeado
El jardín
es la medida de todo:
nos dice de qué tamaño
será el hombre
II
El jardín
es una forma de la memoria
Mientras lo que enterré florece
me ocupo para que insectos el viento y los aguaceros
bailen en él así
podrá ofrecer pruebas sonoras de su existencia
Recién entonces se alojará
en aquel lugar reservado para los recuerdos
Ése es mi trabajo:
hacer
que la memoria cante
VI
La visita exige una cordialidad:
que sea breve
La luciérnaga lo sabe
Con su aparición momentánea e intermitente
sostiene mi expectativa
Varias dan vueltas como si quisieran hacer visible
las fuentes blancas de los lirios
Tal vez se han tomado muy en serio esto de la brevedad
y por ello cada vez hay menos
Se están extinguiendo
En unos años les contaré a mis nietos:
“había insectos que volaban prendiendo luces”
No podré ofrecerles pruebas
No sé qué luz
podré ofrecerles
De Tratado de arquería
I
La puntería nace en la imaginación
Consolidar la distribución del peso en ambas piernas
calmar la respiración y cerrar un ojo
es cierto
ayudan a dar en el blanco
Lo dramático es tensar la cuerda:
dependerá del temperamento
Disciplinar el corazón hasta comprender que la melancolía
es una exageración del recuerdo
Luego disminuir la velocidad del ajuste
para lograr un instante de certeza ajeno a todo pensamiento
El arco
es quietud que sueña
XX
El oficio del arquero
es inventar la perfección con la flecha
El del artista
es inventar el vuelo
con un pájaro pintado
De Animales obligatorios
LA MANTIS RELIGIOSA
Está decidido:
esta noche te voy a hacer el amor
Poco importa que en este acto de entrega
deba cumplir con la tarea de morirme
No es un exceso de romanticismo
ni siquiera es una constancia del amor que te profeso:
simplemente
así es la naturaleza
Cuando la embestida de tus gemidos suba por mi respiración
y mi caldeada boca te empuñe la lengua y entonces
seas una hoguera lanzándome eslabones ardientes
yo estaré de pie
Ya me parece escuchar
la sangre rugir bajando en remolinos
para abastecer de delirio los movimientos
del armazón apasionado de su cuerpo homicida
Prisionero del éxtasis
a través de la espesura la veo llegar
untada de noche
Aún sabiendo que me trae la muerte
mis ojos se adelantan para abrazarla
La jirafa
Todo su cuello
está justificado
por el simple hecho de ser jirafa
Además
ella se ha sentido jirafa desde el primer día
Mantiene la cabeza inalcanzable
las manchas frescas desparramadas en la alargada firmeza
y en la longitud de las patas
el tacto necesario para transmitir al resto del cuerpo
esa delicada armonía
Lo hace para que confirmemos lo exacto de su legitimidad
Siente que en ninguna jirafa
hay más jirafa que en ella
Todo en su cuerpo es desmesura
exageración de la pose
argumento justo que la contiene
Si hasta se dejaría morir solamente
para que la autopsia revele cuánta jirafa era
Esta tarde se paró frente a mí
para decirme algo que de repente calló
solamente
para no salirse de su especie