Los poemas del diván
Todo
Quiero que seamos todo,
pero, al mismo tiempo, nada.
Quiero que tengamos libertad de hablar,
y, al mismo tiempo, de guardar silencio.
Seremos el tiempo:
sin aniversarios, ni ataduras,
sin buscarnos conflictos.
En el horizonte
buscaremos encontrar el sentido
de esta coyuntura.
¿Sabes por qué?
porque eres nada, pero representas todo.
A quien me hizo feliz
A ti, por regalarme la felicidad,
a ti, por preservar mi existencia,
a ti, por entregarte.
A ti, que me otorgaste
lo más preciado.
todo & nada
Apareciste de la nada,
sin embargo, la nada
nos dio todo.
Ese complemento,
la confianza de los mensajes,
la secrecía y el enigma.
Una relación
que se tornó poco a poco
en una necesidad entrañable.
A quién confiarle todo,
a quién confiarle nada.
Recuerdos
Estas sola decía la mente,
eres libre decía el cuerpo.
Las emociones fluyen.
Este no es el mejor momento
para la nostalgia
porque la nostalgia
nos consume.
La luna
Y fueron felices
a pesar
de no estar juntos:
sorteaban la distancia,
al acecho de la luna.
Solían coincidir
en sus sueños,
en esa utopía
que los abrazaba
y perseguía,
en esa soledad
al acecho de la luna.
Energía
Si digo que no, no amanecerá.
si digo que sí, no anochecerá.
Es lo cierto de lo incierto
aunque quizá un día nos iluminemos
y lo incierto se convierta en cierto.
Es la energía: su verdad.
Soñar
Sonríe,
que nadie sea capaz
de disolver tu alegría.
Después de la penumbra,
de la oscuridad
que refleja un país roto,
siempre hay una luz,
una esperanza
La vida también es eso: soñar.
El diván
Este es el diván del paroxismo,
este es el lugar,
el sitio de tus temores.
Este es el diván
donde abres tus secretos,
aquí te escucho.
Aquí liberas tus deseos,
este es el diván del paroxismo,
la llave a tu ansiedad.
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-Claudia Osorio
Los poemas del diván
Editorial Summa
Lima, Perú, 2024