Si yo fuera normal
(Traducción al español de Marisa Martínez Pérsico)
SOÑANDO LA RELIGIÓN
Señor
no creo no creo
sin embargo estoy aquí
delante arrodillado
Ah si supieras
me gustan las contradicciones
para poder seguir siendo yo mismo
Soy un estúpido
no hace falta que te lo diga
el menos logrado
de tus hijos
Soy feo soy un fracasado
sin embargo nada te reclamo
no quiero milagros para mí
me conforta que el sol
me diga buenos días.
Señor, no estoy aquí
para alardear como un pavo
ni golpearme el pecho
pidiéndote perdón.
Soy solamente un niño
que llora y se arrastra con torpeza.
Yo muero en una cruz distinta
mordiendo los clavos
y empujando los pies
hacia abajo para sentir
cómo crece la hierba.
LOURDES
Hoteles
uno junto a otro
y los Pirineos
ahí abajo,
en el fondo.
Aquí
te curas
o te mueres.
Cuando estuve yo
no se curó ninguno.
A COSTA DE DELATARME
Hablo del pasto
cuando era verde
y de las caras
cuando eran de carne,
hablo de antiguas tardes de verano,
de grillos y luciérnagas,
de vacas dejándolos
caer en medio de una plaza,
hablo de tonterías
y de mí.
Mi poesía
es una tormenta:
va cruzando las calles
para darle puñetazos a la nada.
LA NAVE ESPACIAL
Este
no es un cuento de hadas
para niños,
es una historia real,
de locos.
El dieciocho de agosto
del ochenta y dos,
apenas salí del hospital
me encerré en mi habitación,
coloqué dos armarios
y una mesa de luz
delante de la puerta.
Luego me acosté en la cama
como un astronauta.
Del otro lado de la puerta
me llamaban todos:
“¡Sal de ahí!”.
“¡No, no! Estoy volando
en una nave espacial,
no me molesten,
ustedes son de otro mundo.”
Y las horas pasaban…
Mientras tanto, cruzaba
estrellas y galaxias
y pájaros extraños.
El espejo hacía de escotilla,
de firmamento el techo.
Desde afuera,
todos preocupados:
“¡Sal de ahí!
¡Oh, Dios, este está loco!”
Y yo seguía volando
a dos mil años luz
para llegar al sol.
La sombra en las paredes
y el runrún de los coches
parecían los ruidos del motor
de la nave espacial.
Y pasaron dos días…
“¡Sal de ahí!
¿No comes?
¡Oh, Dios, este está loco!
¡Derribamos la puerta!”
Pero la puerta resistía,
¡y yo en lo alto,
cada vez más alto!
Y afuera sólo ruido:
“¡Sal de ahí de una vez!
¿Qué estás haciendo?
¡Vamos, sé buen chico!
¡Oh, Dios, este está loco!”
“¡Déjenme en paz!
estoy en una nave espacial.
Huyo
y veo el mundo tan lejos,
los hombres chiquititos…”
Y pasaron tres días…
Empujaron la puerta
tumbaron los armarios
y la mesa de luz.
Los esperé escondido
debajo de la cama:
¡OH DIOS!
¡LLEGARON
LOS HUMANOS!”
SI YO FUERA NORMAL
Si yo fuera normal
ayudaría al viento
a escribir poemas
sobre tu cabello.
Descalzo
en el agua de Andreis
en busca de la fuente.
Y por la noche,
ebrios de luna,
sin cansarnos jamás
de gritar nuestro amor.
Y después, en los árboles,
a la pesca de nidos,
en los labios, orugas.
Si yo fuera normal
tocaría
todas las campanas
y al fin me marcharía
por los prados
a convertirme
en flores
abejas
y miel.