Palabras en un sueño
(Traducción al español de Mariela Cordero)
Llamando a la puerta
Olvidando que mamá había fallecido—
como de costumbre,
llamé a su puerta.
“¿Estás bien, mamá?
sí, lo estoy.
No sientes ningún dolor, ¿verdad?
no, hijo mío, no”.
Me quedé allí, hablando conmigo mismo.
Palabras en un sueño
La puerta del inframundo fue abierta el Día del Padre.
Papá y mamá descendieron del techo
y entraron en mi sueño
susurrándome, como antes.
Se fueron atravesando la pared al amanecer.
“Has hablado en Hakka toda la noche.
¿Soñaste con alguien?”,
preguntó mi esposa con curiosidad.
Ella no estaba familiarizada con el Hakka.
Sonreí en forma enigmática,
“Era un secreto del inframundo”.
El código del Hakka
aún no ha sido descifrado.
Una llamada entrante
Por una llamada equivocada proveniente de muy lejos—
hablé con una anciana desconocida
con delicadeza durante un largo rato
Sólo por pensar que era mi madre quién vivía en el campo.
Una tos en el momento en que la pandemia se propagó
Una tos
de repente hizo que la alegre reunión de amigos
se congelara como la nieve del invierno.
Como un niño que había cometido una travesura
confesé con remordimiento mi itinerario
por un día,
dos días,
tres días,
y más—
para que ningún detalle se pasara por alto
hasta que todos se sintieron seguros.
Empecé a darme cuenta
de lo importante que yo era.
No,
no era importante en absoluto.
La muerte determina la vida en Hong Kong
Las llamas furiosas saltaron al cielo.
El mismo incendio
había ardido en las calles de Gwangju, Seúl y Taipei
antes de que los dictadores se convirtieran en cenizas.
Te envidio
no por la espléndida juventud
sino por el hastío de
vivir en una pocilga
apareándote y languideciendo.
Mañana, tal vez antes del amanecer
alguno de ustedes debería perecer.
Sin embargo, la forma en que sacrificas tu vida
proclama al mundo cómo eliges vivir.
Sí—
La muerte determina la vida.