Silviu Gongonea

Un sueño pesado

 

 

 

(Traducción al español de George Nina Elian)

 

 

 

EL ANCHO MUNDO 

Cuando abrió los ojos,
le mostré a cecilia
el ancho mundo
por la ventana.
Eso es todo lo que podía pensar:
el ancho mundo.
Lo di a ella
porque a mí me dieron lo mismo.
Cuando cruzamos el umbral
sólo nos llevamos el nombre.

 

 

 

TANTAS ESPERANZAS

Últimamente
me estoy poniendo cada vez más sentimental,
los demás no.
No puedo adaptarme a…
estoy buscando el camino largo
estoy frustrado.
Finalmente
no me crece la barba
como veo en los comerciales,
no tengo paciencia no me es fácil.
Tenía tantas esperanzas
que se hicieron realidad
y no sé
qué hacer.

 

 

 

EN VÍSPERA DE DÍA FESTIVO

Su figura con un abrigo rojo que apenas le cubría la cintura
tal vez un defecto en el corte tal vez un dobladillo apolillado
estaba limpiando sus botas ligeramente desgastadas en la hierba.
Y unas piernas bastante delgadas cuya fragilidad estaba enmascarada
por medias color cereza.
Estaba sentada en el borde de la acera estirando la pierna sobre la hierba todavía tierna
en diciembre (la gente estaba sorprendida de no haber visto ni un copo de nieve)

a veces de un lado a veces del otro
su falda negra hasta la rodilla.
Cualquiera que lo hubiera visto hubiera dicho
qué desajuste qué falta de gusto en el lado derecho
los bloques de la calle nicoliță sanda* en el lado izquierdo las casas que escaparon
a la demolición
junto con las recientemente construidas.
Un olor acre a humo salía de las chimeneas ridículas
como los escolares que no saben alinearse en orden de altura.
Estaba estirando la otra pierna y su bufanda colgaba a un lado,
debía ser las ocho la mañana en víspera de día festivo
cuando el sol ascendía sobre los techos pintados de todo tipo
de colores y tonalidades y gente seria de todas las edades
empezaba a caminar de aquí para allá.

* Nombre completo: “Profesor Nicoliță Sanda” — calle en la ciudad de Dragășani, Rumanía (N. del T.)

 

 

 

UN SUEÑO PESADO 

1.

El recuerdo de una mañana con álamos helados,
a través de la silueta de la niebla
la camisa de una canción ondeando muy sola,
cat stevens,  t h e   f i r s t   c u t…
o algo así,
los colmillos del sonido mientras las uñas arañan la carne,
tu sexo que palpita como el cuello cortado de un ave.

 

2.

Tienes un sueño pesado:
duermes continuamente.
y algo que cuelga de la cavidad torácica
y luego esperas a que empiece desde las sienes:
una lluvia suave que se vuelve uno con la tierra.
en tu sueño, a través de la niebla marrón,
pasan las cabras de los recuerdos, saboreas las cerezas de la infancia,
tu respiración silba sedosamente,
aprietas tus muslos con fuerza.

 

3.

Me escondo de tu mirada,
solo salgo en las noches escamosas,
espero que solo veas mi contorno
y adivines mi presencia.
Cada vez que me ves entero:
mentiroso farsante carne podrida
mezquindad de la mezquindad,
me lees como un libro
conocido.

 

4.

quería
sorber de ti el calor del verano.

 

5.

tu sueño comienza donde
se desprende el manto terrestre.
hace sol en tu sueño, las aguas vuelven a su cauce,
las otras mujeres te saludan desde los balcones,
los chismosos son niñitos hipócritas,
puedes pisar la delgada línea de la imaginación.
mientras aquí arriba los pájaros malvados
golpean una campana de cristal.
el agua se escurre

también serpentea bajo
la lana de la colcha más resistente
que el sueño, que
la ferocidad de tu sueño
enloquecedor y curativo,
frente a cuya boca, con los dientes de un treintañero,
se asienta rígido un zapato de señora.

 

6.

En nuestra tierra el invierno no fue demasiado duro,
los lazos de cera se rompieron,
las historias fluyeron por las esquinas.
deja atrás el ruido de vitrinas
o de copas de champán que no hemos probado.
como un balanceo, como un jadeo decapitado,
la mueca de las antenas arriba.
los camisones debieron haberse acostado temprano.
en camas bien hechas, envueltas en sábanas inmaculadas,
yacen nuestras frentes cansadas y pesadas.

 

7.

los que quieren el agua
la oyen como música extraña en tejados ajenos.

nos queda el aire seco que reseca la piel y la lengua,
una sed profunda,
el recuerdo del desprendimiento. lento y vulgar — y
justo ahora pensamos que, en el otro extremo del mundo,
aunque aquí la oscuridad y el silencio se han unido,
un trueno sacude el cielo del día —
frente a la gasolinera,
bajo la luz de neón,
un melocotón seco parece una cruz de piedra,
mi mano dibuja un remolino que levanta las hojas.

 

8.

Una mañana de mayo,
zapatillas ligeras en los pies descalzos,
un pájaro suave detrás de la retina,
una luz sobre la cálida ropa de cama
que se filtra entre sus pliegues.
cuando olvidas la desesperación, el alma ya no tiene hambre,
ya no tiene miedo, ya no es esclava de los fantasmas.
cuando algo se desliza debajo de la puerta, sonríes.

 

9.

Te veo en todos los frentes
limpiando cuidadosamente las ventanas,
mirando el atardecer por el rabillo del ojo,
preguntándome si me estás molestando.
pero también perteneces al lugar: eres uno con él,
sientes su traicionero agarre,
la presión como una lluvia de otoño.
tienes una banda sencilla para pisar, apretada, irregular.
las alas de las palomas muertas se levantan de los charcos.
no habrías podido limpiarlas de suciedad.
creíste, como yo, que por un momento aquí arriba,
en nuestras cabezas, habitaba Dios.

 

10.

Hablemos de lo que hiciste hoy,
de cómo metiste entre los pliegues de tu abrigo
el aire fresco que a veces
toca tu piel y la hace temblar
como una hoja de maíz seca,
de cómo debemos arrodillarnos
como dos ciegos,
tocar la fina envoltura con venas poco visibles.
disfrutar de nuestro humilde lugar
que nos recuerda al anciano
alimentando a las palomas,
cientos de palomas.

migas migas
y nuevamente brillantes migas

 

11.

noche marrón sobre hombros pesados,
los cascos de un caballo
galopando dentro del vientre del pueblo.
te ríes y tu figura se vuelve siempre más delgada.
muy poco hemos capturado en la trampa helada de la oscuridad.
si supieras que cada uno de nosotros camina
por un lado diferente de la calle…

 

 

 

SEGUNDA NATURALEZA

A veces lo llevamos en la cabeza
como a un gusano que roe
cada célula,
te hace ver su película favorita,
te lleva a diario a pasear
hacia los puentes arqueados,
bajo los árboles anillados.

 

Silviu Gongonea El poeta y ensayista nació el 27 de septiembre de 1980 en Drăgăşani, condado de Vâlcea (Rumanía). Docente universitario en la Faculta ... LEER MÁS DEL AUTOR