Damaris Calderón Campos

Gato encerrado

 

 

 

 

 

ÁGAPE

 

El almuerzo que hice para mí

(arroz blanco)

me hizo pensar

mientras masticaba

en los arrozales chinos

en los hombres y mujeres

matando gorriones

y segando el arroz,

en los obreros y trabajadores de Pekín

calentando una porción de arroz

que se comen frente a una pantalla,

en los gazatíes

a los que les lanzan comida del cielo

(un maná indigerible)

por el que le disparan en tierra

o una libra de arroz en mi propio país

a 250 pesos.

Hundí mi cara en el plato

(un arrozal en el río).

Nunca he estado tan sola

ni tan acompañada.

 

 

 

 

GATO ENCERRADO

 

Los traían en un ataúd sellado.

Flores rojas y un agua verde acuosa.

El fuselaje del avión

como una estrella caída del cielo.

Vivos y muertos simultáneamente

en una caja

los niños de Aleppo.

Los niños.

Los gatos de Schrodinger

caminando por los tejados

entre los escombros.

Al centro del campo electromagnético estaba mi madre

en una camilla

compartida en dos cajas separadas

fotones microondas

la piel escaldada como si le hubiesen arrojado

un balde de agua hirviendo.

(Una simulación).

Helicópteros cazabombarderos.

Aún a varias decenas de metros de nosotros

dentro del hospital de campaña

se podían escuchar perfectamente

los gritos de dolor.

(Una simulación).

Un experimento de ciencia

de un estudiante de secundaria en otro universo.

Los niños ardían.

(Yo nunca había visto llorar a mi padre).

“El mundo es ilusión”.

(Berkeley).

“Yo refuto eso”.

(Samuel Johnson

pateando las piedras).

Los gaticos vivos y muertos

subían y bajaban por las cajas.

Ascendían y descendían un agujero

donde eran llamados por sus nombres.

 

 

 

 

PUNTUALES, CON EL SOL

 

El amor de mi hermana

se expresa en trozos de carne.

O en el pan que me prepara, rápido,

con dos rodajas de embutido

en el supermercado donde trabaja

para la plusvalía.

No hay blandura en mi hermana

ni en la expresión monetaria

del tiempo de trabajo.

Permanece largas horas de pie

junto a la máquina de cecinas

y ella misma es una herramienta.

Po las noches cuando se duerme

sueña con no cortarse una mano

y con los pedidos que volverán

puntuales, con el sol.

 

 

 

 

OTOÑO

 

I

Otoño otoño otoño otoño

Otoño otoño otoño otoño

 

Sólo

la lluvia

es elocuente.

 

Ignorado

por las migajas

que los pájaros

desprecian

yo tengo

una mano que escribe

y una pierna angustiada

que no fue

baleada por nadie.

La enfermedad.

La asepsia.

La camisa de fuerza

del lenguaje.

 

 

II

Árboles negros

y retorcidas

hojas

secas

dejó

el otoño.

 

dejaste menos.

 

 

III

El otoño como en mi mano.

Reverdece.

 

Una raíz una hoja un abrelatas

pueden entrar hasta las venas.

El banco donde se apoyó el suicida

se ha convertido en manzano

pero nadie ha venido a nutrirse.

 

 

 

CUANDO PIENSO EN LA VIDA,
PIENSO EN EL SUICIDIO

 

Cuando pienso en la vida,

pienso en el suicidio.

En mi abuela suicida.

Cuando el sol se pone

y cuando amanece,

en aquello que no se puede pensar,

Pienso:

Toda esa cantidad de muerte

en la lengua.

Haber nacido

para vivir de nuestra muerte.

Cuando se mueren,

los suicidas

se vuelven inmensos.

Invisibles,

se vuelven visibles.

Todos tienen una ropa

una anécdota

con el muerto.

Les prestan un hombro,

los recogen

en antologías de cenizas.

Quieren

la tinta fresca

de sangre.

Las cabezas recién horneadas.

El gusano penetra

en el pájaro y el pájaro

es otra carroña sobre la yerba.

(Pienso en el suicidio).

Los viejos se arrojan de los balcones,

los escolares se toman la tinta de sus zapatos,

otros, le ponen azúcar al cianuro

para tener una muerte dulce.

(Pienso en el suicidio).

El suicidio es un ejercicio vigoroso

al que la muerte le queda como poncho.

(Pienso).

Hay quien cree que el suicidio

se vence escribiendo,

pero el suicidio, como la muerte,

es ágrafo.

Cuando lo conocí, no tenía dientes,

y me eché a temblar.

 

Damaris Calderón Campos (La Habana, Cuba, 1967). Poeta, narradora, pintora, docente y ensayista. Ha publicado más de dieciséis libros en varios países entre los ... LEER MÁS DEL AUTOR