

Presentamos tres textos del reconocido poeta colombiano.
Giovanni Quessep
Pájaro
En el aire
hay un pájaro
muerto;
quién sabe
adónde iba
ni de dónde ha venido.
¿Qué bosques traía,
qué músicas deja,
qué dolores
envuelven
su cuerpo?
¿En cuál memoria
quedará
como diamante,
como pequeña hoja
de una selva
desconocida?
Pero en el aire
hay un patio
y una pradera,
hay una torre
y una ventana
que no quieren morir
y están prendidos
de su cola
larga de norte a sur.
En el aire
hay un pájaro muerto.
No sabrá de la tierra
ni de esta mancha
que todos llevamos,
de las máscaras
que lapidan,
de los bufones
que hacen del Rey
un arlequín perdido.
¿Quién lo guarda,
quién lo protege
como si fuera
la mariposa angélica?
Pájaro muerto
entre el cielo y la tierra.
Poema para recordar a Alicia en el espejo
Aquí lo legendario y lo real
Nuestra historia resulta semejante
A la de esa muchacha maravillosa que penetró en el espejo
Estuvo siempre a punto de desaparecer
Pero ninguno pronunció la fórmula que la devolviera al polvo
Ni Tweedledum ni Tweedledee ni la Reina ni el Rey Rojo
Que lo único que tenía que hacer era despertarse
Tal vez somos un cuento
Tal vez sin que nunca nos percatemos
La nave de Ulises
O el ruiseñor de Keats
(Ese pájaro no destinado a la muerte)
Digamos entonces que lo que ha sido un canto de la Odisea
Continuará siendo nosotros
Sin dejar de ser por eso el país de las maravillas
Y alguien podrá reconocemos
Al escuchar la historia no escrita todavía
En la historia castillo la historia luna múltiple
En la historia juguete destruido
La historia en fin cuando pasó una nube sobre Alicia
Tal vez somos la sombra de ese azul en su mano
Vigilia
Pasos en el jardín. El vigilante
golpea la corteza del manzano
y hay pájaros que huyen, quedan otros
enjaulados en tiempo y luz de plata.
Fábulas no me encanten; velar quiero
mis armas esta noche o adentrarme
por el jardín y oír bajo mis pasos
los tréboles que guardan en el polvo
las maravillas de la blanca torre.
Debajo del manzano ya mi lado
una mujer hojea un viejo libro:
Demonios hay en torno y una fuente
refleja un ciervo, un tigre de Bengala.
Los pasos van y vienen y no saben
quién es el vigilante, el vigilado.