

Presentamos algunos textos del gran autor estadounidense en la versión al español de Miguel Martínez-Lage.
Carl Sandburg
Broadway
Nunca te olvidaré, Broadway,
tus luces doradas me llaman.
Mucho tiempo te recordaré,
río amurallado de prisas y juegos.
Los corazones que bien te conocen te odian
y los labios que tantas risas te prestaron
hoy cenizas son de la vida y de sus rosas,
y maldicen los sueños echados a perder
en el polvo de tus piedras ásperas y pisoteadas.
Desde la orilla
Un ave gris y solitaria
baja en picado, vuela lejana,
sola en las sombras y grandezas y tumultos
de noche y mar
y estrellas y tempestades.
Allá sobre las tinieblas oscila y planea,
allá en la penumbra se interna y aletea,
allá en el viento y en la lluvia y en lo inmenso,
allá en el pozo de un gran mundo negro,
donde batallan las nieblas por el cielo, empujadas por el mar,
el amor de la bruma y el embeleso del vuelo,
la gloria del azar y los avatares de la muerte
sobre sus alas ansiosas, palpitantes.
Allá en lo profundo del gran mundo oscuro,
más allá de las fronteras dilatadas donde espuma y pecios
de las olas numerosas se pierden para siempre
con las mareas que se precipitan y retroceden y se hunden.
La gitana
Pedí a una gitana amiga
que imitara a una vieja imagen
y hablara con la sabiduría de antaño.
Bajó el mentón contra el pecho,
convirtió cabeza y cuello
en la cúspide de un obelisco del Nilo
y dijo:
Arráncate la mordaza de la boca, hijo,
y sé libre de guardar silencio.
Nada digas a nadie, pues nadie escucha,
pero ten prestos los labios para hablar.
Sueños en el crepúsculo
Sueños en el crepúsculo,
sueños tan sólo al final del día
que al caer el día regresan
a las cosas grises, a lo oscuro,
a lo lejano y lo profundo,
a la tierra de los sueños.
Sueños, sueños tan sólo en el crepúsculo,
tan sólo fotos viejas, recordadas,
de días perdidos en que la pérdida del día
con lágrimas escribía la pérdida del corazón.
Así lágrimas y pérdidas y sueños rotos
hallen tu corazón en el crepúsculo.