Fue una figura importante en la cultura nicaragüense. Ernesto Cardenal, en su antología de la Poesía Nicaragüense, considera que «fue la primera mujer de letras que ha tenido Nicaragua, y su importancia ha sido grande como promotora de la cultura nicaragüense. Durante una larga y fecunda etapa de la literatura nicaragüense (las décadas del 40 y del 50) su casa fue un centro de reunión de los escritores y artistas, y un lugar de conferencias y exposiciones. Viajó por los países centroamericanos promoviendo la cultura nicaragüense. En su círculo se produjeron verdaderos acontecimientos culturales como la conferencia sobre Huidobro de Joaquín Pasos y la presentación del gran poeta español republicano León Felipe. En la década de los 80 recibió la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío.
Murió el 21 de agosto de 1994 en Managua. Entre sus obras más reconocidas se encuentran: Sombras (1939), Oasis (1943), Canción de los caminos (1949), Poemas de la tarde (1963), Poemas agradeciendo a Dios (1964), El poeta pregunta por Stella (1967) y Huésped del Olvido (2001).