Isabella Serra

Cerrar en el sueño el sueño del mundo

 

 

 

-Selección de poemas tomados de las colecciones: Notte y Il sonno del mondo.
Traducción al español de María Sánchez Puyade.

 

 

 

 

 

Entro en el parque,

aquí están

los lúgubres pinos,

el pésame de los árboles.

Paso y siento

sus miradas encima,

el silencio

de las frondas combadas,

su unirse en recogimiento

mientras pasa

Isabelita muerta.

 

 

***

 

 

Cerrar en el sueño el sueño del mundo

que mientras aún lo miras se apaga.

 

No nos es dado llamarte, sol,

mientras aún te hablo tú ya invocas a la luna.

 

 

***

 

 

Cuando la noche crece

sobre las sábanas tendidas,

anaranjadas con la luz de la farola,

la mujer lava los platos

en una de las cien ventanas

que por mi balcón se asoman.

Cuando la noche crece,

con su hálito de viento

derrama la derrota

de los rostros

hacia abajo

por las cañerías.

 

 

***

 

 

Visita la noche,

su crujir denso por el valle.

Suspira el alma

porque en el aire inquieta.

 

Así se generan o diferentes

las formas del descontento

de un inexplicable aliento

que falta.

 

A veces pienso

en los fulgores inesperados

de la rosa de los vientos,

en las maravillas del siglo

en la nocturna velada trepadora.

 

 

***

 

 

Murmullo de la noche,

manto de voz de pájaros;

tú que te refractas contra los escollos y lloras,

luz de luna en las olas.

 

Quiero que permanezca

la lumbre de este fuego,

el cuchicheo de la chimenea

meciendo la habitación

como el humo que por los tubos

se disipa en el vacío.

 

Tú, que por barrancos de tierra te acercas

vuelve a mí tu hoja de otoño,

tú, que de oro me bañas.

 

 

***

 

 

Besen mis labios

ustedes, retorcidos, ustedes barbudos,

viertan enjambres de hojas

como mariposas sueltas,

siento

de ustedes el hablar quedo,

de frondas y de ramas

la lengua.

 

 

***

 

 

Yo tengo que cantarte mi trueno extraviado por el viento

tú que en mis antros abrevabas tristeza

y bañabas mis senos con el oro de las albas.

Ahora eres sombra de frondas y en las sombras te sumerges,

hasta que el día de los días termine,

cuando sobre ti sientas bajar los telones,

yo seré el secreto nutrido por la tierra que piso,

mi secreto se irá donde van las hojas.

 

 

***

 

 

Irguiéndose

en el espacio de una vuelta

se consume la hora del tiempo,

se espera a que la ola

encima se derrame su fragor.

Se cree

que la resaca se lleva el agua

siempre agitada.

 

En cambio el mar se rompe.

 

 

***

 

 

Estabas encorvado con tu mirada

de roca sobresaliendo de lo hondo,

inclinaste el dorso

para hacerme subir

y que me zambullera

en tu pecho tieso,

consumiendo tu aliento

para verme reír.

 

Me hiciste lugar,

te concediste, abriste

tus angosturas

para dejarme entrar.

 

Sin moverte inmóvil

mi mar

no hiciste nada.

 

Isabella Serra Poeta y traductora, creció en Cerdeña y vivió en Londres, Venecia, Udine, Moscú y Milán. Actualmente vive en Trieste. Se graduó en la ... LEER MÁS DEL AUTOR