Legado
Sin abismos
Y de voz
y de rodillas
vengo del mar
a la sombra de tu álamo
y predigo los versos que escribes
los que avergüenzan
los que matan
los que callan
también los que te faltan
Y mis ojos buscan las aceras de tu nombre
Y mis manos acarician tus columnas
Y me someto
al beso
al golpe de palabras
a la angustia
de la cuchillada feroz
que limpia el alma.
Querencias
Quiero escribir, pero me sale espuma
César Vallejo
Quiero dormir
pero tus manos
rompen las rendijas de la noche
embargan el sueño
la mesura
Necesito calar
el fondo de tu abrazo
nadar a contrapecho de las horas
llorar la soledad apelmazada
reír con la risa de los locos
los borrachos
los suicidas
Me urge
encallar en una playa
donde pueda gritar tu nombre
a las gaviotas
y rendirme al consuelo de las olas
hasta que llegues
por fin
a mi naufragio.
Hilachas
No puedo ofrecerte
amor orgasmo
amor bandera
amor discurso
amor cascada
amor de siestas
de paseos por la playa
por los soles
por abiertas avenidas
No puedo ofrecerte
amor de poemas inconclusos
de miradas horizonte
de clásicos futuros
de labios puente
de aeropuertos
Solo puedo ofrecerte
el astillado por el tiempo
a veces fugaz
siempre imperfecto
amordazado por silencios
que nunca son gratuitos
el oscuro
el necio
el sésamo cerrado
Solo puedo ofrecerte el
parco
lento
amor
que va conmigo
ciego lazarillo en el tumulto
Este amor
que es todo lo que tengo
o lo que tuve
ya no es mío
ahora es tuyo
para empinar en la cornisa
para romper a carcajadas.
El poeta y la jaula
A Raúl Rivero y tantos otros
El poeta no ha muerto
el poeta está enjaulado
asusta el poder de su palabra
Ya lo dijo él mismo hace unos años
el poeta vivo aterra
el poeta muerto es tolerado
pero un poeta es siempre peligroso.
Su poesía es la poesía del negro
blanqueado por canas graves
aferrado a su dominó
a su optimismo
De la mulata que estremece
el malecón con sus caderas
sensualidad callatristezas
Es la poesía del amante tímido
renuente de lo eterno
vivo hasta la angustia
Su poesía es la poesía de mi abuelo
escondido en un rincón de la bodega
llorando a su hija
gritándole a Dios
Es la poesía de mi padre maestro
amante de portales y tabaco
enamorado irremediable de la vida
Es la poesía adolescente
preñada de ilusiones
de esperanzas prometidas
falsas, hermosas, mentidísimas
Su poesía es la poesía del enfermo
del triste
del irreverente
del suicida
Su poesía es la de los gritos contenidos
el mar omnipresente
los desterrados
en todos los odios de la isla
Por eso el poeta está enjaulado
Su palabra
hace temblar a los verdugos.
Promesa
No oses inventar
un romance póstumo
de alas mutiladas
Saca tus cuchillos
tus balas
tus katanas
desentierra fusiles
cañones
la metralla
Yo los cubriré despacio
con mis aguas mansas
Ofreceré mi cuello
mis labios
mis entrañas
murmuraré a tu oído
sin himnos
sin batallas
No amordaces gritos
ni rabia
ni esperanzas
Yo acunaré a tus hijos
lejos de la violenta fauna
que mata tomeguines
arpegios
y manzanas
Tendrán tus ojos fieros
la paz de mi palabra
el fuego de tu verbo
mi voz apagallamas
Serán eternos
como el dolor más hondo
como la bella rama
que florece necia
abriendo las ventanas
como el sabor del viento
como la madrugada
Cuando el café frío
cuando la piel de lodo
cuando el terror inmerso
cuando la sombra mala
cuando helados fiordos
animen viejos tedios
en el rincón
en la mirada
en olas
malecones
y nostalgias
yo estaré a tu lado
al borde del volcán dormido
a la sombra de tu nube
en medio de tus ganas
Espantaré a la muerte
que tiembla entre bostezos
insomnios
venganzas adosadas
Y te besaré los labios
sin filos
sin murallas.
Repararé el abismo
Repararé las alas.
Sin sombra
Te pienso en las noches sin sombra
en la respuesta callada
en el balcón sin nombre
en el entrecejo erguido de la nada
Te pienso voraz
inaccesible
como la llama azul
como el rencor sin alas
Te pienso apócrifo
constante
aguacero que amansa el arrecife
caracol ahíto de nostalgias
Te pienso con tres manos
con tres dientes
con tres agujeros en el alma
que devoran mi carne entumecida
mi verso oculto
mi piel sin gracia
Te pienso murmullo
grito
carcajada
Te pienso en las noches sin sombra
sin acordeón
sin alebrijes
Te pienso
y amanece tu voz
en mis ventanas.
Legado
Lego mi buena salud
a los enfermos incurables
que yo mismo hice tambalear
con muerte al hombro
Lego mi buen sentido
mi ancestral inteligencia
a los torpes
a los locos
a los arrepentidos de las flores
Lego mis ojos
a los que hasta hoy
no han hecho más
que imaginarse
Lego mis piernas
(rodillas incluidas)
a la tendida
y a todos sus parientes
que sabrán repartirlas con justicia
Y por último lego mis manos
a los hombres
que aprenderán a usarlas
para sembrar lo que perdieron
(o quizás enterrar, no viene al caso)
y a los que no les alcanzan las que tienen
incluso a los que las guardan nuevecitas
Las lego a todos
y no me importa
quedar manco a estas alturas
en que ya no puedo engañar
ni equivocarme
Yo soy Dios
y estoy muriendo.